Crean un legajo digital con datos de cada estudiante porteño
La trayectoria escolar de los alumnos desde el nivel inicial al secundario, junto a una serie de datos personales como la nacionalidad y la composición del grupo familiar, formarán parte del Legajo Único del Estudiante (LUE), que fue aprobado ayer por la Legislatura porteña con críticas de gremios y de la oposición, que alertaron sobre el manejo de la información que consideran "sensible".
La ley fue sancionada con 36 votos a favor del oficialismo, 13 en contra de los bloques opositores Unidad Ciudadana y la Izquierda y siete abstenciones de la bancada Evolución. La aprobación fue durante la última sesión ordinaria del año de la Legislatura que el próximo 10 de diciembre cambiará su conformación parlamentaria. En ese contexto, el traspaso de la información en formato de papel al nuevo orden digital despertó dudas y advertencias en torno a la seguridad de los datos que se volcarán en el documento.
Según pudo saber LA NACION, el legajo funcionará de manera conjunta al que ya existe en las escuelas de cada alumno y que consta de una carpeta que contiene distintas hojas y planillas en papel que se van acumulando a lo largo de los años con los datos escolares, pero que en algunos casos no acompaña al estudiante cuando, por ejemplo, cambia de escuela o pasa de nivel.
La propuesta parlamentaria es "modernizar" ese formato tradicional a través de la digitalización de los datos académicos y personales de los estudiantes. Y también facilitar la producción y análisis de indicadores educativos sobre los alumnos.
La medida regirá para los 750.000 estudiantes de los 2773 establecimientos escolares que existen en la ciudad, tanto de gestión pública como privada, y en todos los niveles educativos; y está en consonancia con la ley nacional del 2018 que creó la Cédula Escolar a la cual ya adhirió una decena de provincias.
La idea en la ciudad es concentrar la historia de cada estudiante en lo concerniente al desarrollo académico, como las asignaturas cursadas y las calificaciones obtenidas y la asistencia; así como lo relativo a los establecimientos educativos: la localización y el distrito escolar al que pertenece.
Además, habrá datos personales de los estudiantes: apellido y nombre, género y nacionalidad; información de salud escolar y cobertura médica; y "todo lo relativo a servicios que el Ministerio de Educación o la escuela provee de manera adicional como podrían ser becas, transporte escolar, boleto estudiantil".
También contenido sobre la composición familiar: nombre y apellido de los progenitores, domicilio, sexo, estado civil, nivel educativo, ocupación, teléfono, correo electrónico y "en caso de corresponder, debería estar especificado cualquier cuestión de tenencia entre los progenitores y los estudiantes".
El proyecto del LUE fue impulsado por la legisladora de Vamos Juntos Natalia Fidel, que explicó que las metas son "modernizar y agilizar la información que ya existe en un sistema único y dar un marco jurídico también a esta herramienta ya que queda encuadrada en las leyes nacionales y de la Ciudad de Protección de Datos Personales".
La aclaración de la diputada surgió ante los cuestionamientos esgrimidos por parte de gremios docentes y legisladores de la oposición respecto del destino que tendrán los datos que serán incorporados dentro del Legajo.
La diputada de Unidad Ciudadana y vicepresidenta de la Comisión de Educación de la Legislatura, Lorena Pokoik, evaluó que "queda claro que la transparencia en los datos no tiene que ver con la implementación de un sistema, sino con una decisión política del cómo, el qué y para quiénes. Un sistema de consolidación de datos, es solo una herramienta. Lo que debe discutirse es el sentido".
Amanda Martin, secretaria gremial de la Asociación de Enseñanza Media y Superior (Ademys), manifestó que "el legajo único recaba información privada, sensible que será utilizada por el Estado para condicionar el ingreso de los niños, niñas y adolescentes por su nivel socioeconómico a la educación, segmentar la oferta educativa y viola todo principio de ingreso irrestricto y libre a la escuela pública".
La opinión de los expertos
El economista y exministro de Educación nacional Juan Llach vio como "un avance y algo positivo" la implementación del legajo único que servirá "tanto para la políticas educativas, como para los estudios de los factores determinantes de los éxitos y fracasos escolares".
"Las ventajas superan largamente a las posibles desventajas porque esa información ayudará a que las autoridades sepan qué chicos desertaron de la escuela y también puede ser muy importante para que los investigadores realicen estudios de factores sociales determinantes sobre las distintas jurisdicciones", indicó.
Inés Aguerrondo, especialista en innovación educativa y docente la UCA, consideró que la posibilidad de contar con la información de la trayectoria de los alumnos "va a ayudar a pensar en políticas públicas más eficaces".
La experta, no obstante, entendió los reparos de algunos sectores frente al avance de la informatización de los datos. "En todos los casos de intentos de cambios en la educación, siempre hubo resistencias, pero no se puede seguir frenando", dijo. Y remarcó que "siempre que se use bien, es una ayuda contar con esa información".
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