Covid-19: Qué dicen los expertos sobre el rol de los chicos en la transmisión
En el país, el debate sobre la vuelta a las clases presenciales en plena pandemia de Covid-19 no para de sumar afirmaciones sin datos que las respaldan. Días atrás, hasta se llegó a comparar el riesgo de contagios en las aulas, con protocolos, al de las fiestas clandestinas sin medidas de cuidado alguno.
Lo cierto es que, a más de un año del inicio de esta pandemia en China, no hay información epidemiológica que avale mantener las escuelas cerradas como medida sanitaria preventiva por tiempo prolongado y sin que la intensidad de la circulación viral comunitaria local lo justifique. Y aunque aún quedan preguntas por responder sobre su rol en la propagación de este coronavirus, nada indica que ese papel sea mayor que el de los adultos en la comunidad solo por la edad.
Gabriela Ensinck, secretaria del Comité Nacional de Infectología de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), explicó que, en general, la carga viral en los chicos que contraen la infección no es alta, tienen síntomas leves o son asintomáticos y la fuerza al toser o expeler, sobre todo de los más chicos, no es la misma que la de los adultos. Sobre la nueva cepa más transmisible del SARS-CoV-2, que ya se detectó en el país, consideró que lo más probable es que el contagio sea similar en los chicos y los adultos en las mismas condiciones, sin aislamiento.
"Con las escuelas abiertas al comienzo de la segunda ola, se vio en varios países de Europa que los chicos transmitían poco el virus a otros chicos, los docentes o sus familias. Y, mientras que este coronavirus no los afecta tanto como otros virus respiratorios, como el de la bronquiolitis o la gripe, sí padecen las consecuencias de no concurrir a clases, permanecer encerrados y no tener contacto con pares", sostuvo Ensinck.
Para el pediatra Gonzalo Pérez Marc, subdirector médico del Departamento Materno Infantil del Hospital Militar, aun cuando no se sabe con certeza cuán transmisores son los chicos, los datos indican que tienden a tener síntomas muy leves, principalmente fiebre y tos seca, o no tener síntomas.
"En principio, la transmisibilidad sería baja por una carga viral reducida. Pero también sabemos que cuando se juntan muchos chicos el contacto es muy estrecho y no tienen tanto control de las secreciones respiratorias y la higiene de manos. Ante esto, se podría dudar si los chicos, todos juntos en los colegios, empeorarían la transmisión -planteó el especialista-. Pero lo que se vio en otros países es que cuando el virus circula en todos lados de la comunidad, también lo hace en las escuelas. Además, se conoce el daño psicosocial que les está provocando a los chicos no ir a clases, con un claro desequilibrio en el acceso a la educación que afecta a los grupos más vulnerables."
El viernes pasado, como anticipó este medio, Unicef Argentina instó a retomar la educación presencial "en las mejores condiciones posibles de seguridad en todas las escuelas del país". Y aconsejó que, de tener que volver a disponer un confinamiento, "las escuelas sean lo último en cerrar y lo primero en abrir cuando las autoridades comiencen a suprimir las restricciones".
Es que la revisión de la evidencia de 191 países que publicaron el mes pasado Unesco y Unicef ante la incertidumbre que ofrecen los rebrotes y las nuevas olas de contagios en el mundo demuestra que, aun cuando hubo casos esporádicos de Covid-19, los datos muestran que "las escuelas no se identificaron como entornos de propagación alta". La excepción, de acuerdo con el análisis, es un secundario de Jerusalén en mayo del año pasado, donde se determinó localmente que habían fallado las medidas de mitigación para el nuevo coronavirus.
En el país, no se conocen aún relevamientos similares sobre el impacto de la presencialidad en los contagios familiares y comunitarios, de acuerdo con las jurisdicciones que fueron implementándola en 2020 con distintas modalidades.
Ensinck destacó que, a diferencia del año pasado, hay intención entre las autoridades educativas de que los chicos vuelvan a las escuelas. "Y eso se irá viendo de acuerdo con la situación de cada ciudad o comuna -dijo-. Si donde vivimos el número de casos está en una curva ascendente, con una gran transmisión comunitaria, y una alta ocupación de camas de terapia intensiva, es probable que las clases no puedan comenzar, pero donde el escenario sea distinto, no habrá motivo para mantener cerradas las escuelas. Ante un aumento de casos importante, es posible retroceder con un cierre de 15 días y volver a clases. Va ser dinámico, de acuerdo con la evolución epidemiológica."
Para Pérez Marc hay que volver a las aulas con pautas muy claras. "Los colegios no están exentos de la transmisión comunitaria", sostuvo. "No se puede decir que los colegios son la gran causa de diseminación, como ocurre con los virus de la gripe o la bronquiolitis. En este contexto, si la situación epidemiológica se desmadra, hay que poder retroceder y volver a avanzar", agregó el pediatra.
Al mes pasado, según difundió el Ministerio de Salud de la Nación, el 6,7% de los más de 1,8 millones de casos detectados de Covid-19 en la Argentina tiene menos de 18 años (98.496 contagios, de 14 años como edad promedio, con más de 26.000 en estudio a la segunda semana de diciembre). Eso incluye a 11.038 menores de cinco (5933 por debajo del año), 19.294 de entre 5 y 9 años, 27.028 de entre 10 y 14 años y el resto (61.549) de entre 15 y 19 años. Fiebre, tos, dolor de garganta, malestar general, dolor de cabeza y pérdida del olfato fueron los síntomas más comunes.
Por la presencialidad, con cuidados
La conclusión del estudio de Unesco y Unicef es que, por ahora, se sabe que, con las medidas para minimizar la transmisión viral y la vigilancia adecuadas, "la educación presencial no parece ser el principal promotor de los incrementos de la infección, los estudiantes no parecen estar expuestos a mayores riesgos de infección en comparación con no asistir a la escuela cuando se aplican medidas de mitigación y el personal escolar tampoco parece estar expuesto a mayores riesgos relativos comparado con la población general".
En octubre, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) había advertido que cerrar las escuelas debería ser "un último recurso" cuando, en la región, la Argentina surgía como ejemplo de una medida oficial extrema que carecía de fundamentos sanitarios.
Ese mismo mes, la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) también fijó su posición públicamente. "La vuelta a las escuelas en la modalidad presencial es imprescindible", fue la conclusión de un documento de 43 páginas elaborado por ocho de sus comisiones y grupos de trabajo. La entidad consideró esencial, para eso, el cumplimiento de los protocolos y el control activo de posibles casos en los establecimientos, sino también la realidad local donde funciona.
Ya ante la controversia por el papel de los chicos en la propagación del virus SARS-CoV-2, la entidad aclaró que no se los debía considerar "grandes transmisores" con respecto de los adultos, como reafirmó Ensinck.
"No es una crisis tener uno o dos casos en una escuela. Uno o dos casos son cifras muy bajas. Las escuelas pueden seguir abiertas porque la educación es fundamental para los alumnos", sostuvo en conferencia de prensa Marcos Espinal, director del Departamento de Enfermedades Transmisibles de la OPS, como publicó LA NACION.
"Siempre y cuando implementemos las medidas no farmacéuticas, el distanciamiento, la educación a los padres, la interacción con los docentes e incluir el tema de Covid-19 en el plan de estudios para enseñarles a los alumnos, las escuelas pueden seguir abiertas –agregó Espinal–. Si no se ve un aumento marcado o sostenido de los contagios, no hay que cerrar las escuelas. Cerrarlas debería ser el último recurso."
De acuerdo con Unicef Argentina, menos de la mitad de los hogares cuenta con acceso fijo a internet de buena calidad y uno de cada dos no cuenta con una computadora para estudiar. Con datos oficiales, la representación local del organismo de Naciones Unidas concluye que cerca de un millón de chicos matriculados en marzo del año pasado en la primaria o el secundario mantuvo poco o ningún contacto con su escuela, lo que pone "en severo riesgo" su escolaridad.
Por todo esto, como lo hizo la SAP, sostienen que "hoy es prioritario volver a las aulas de forma segura y planificada". Para hacerlo, aconsejan utilizar sistemas de alternancia, grupos reducidos y el uso de espacios públicos y escolares.
"Es clave fortalecer el uso pedagógico de nuevas y viejas tecnologías; asegurar el acceso al agua y mecanismos de higiene y desinfección, ampliar la conectividad y la distribución de equipamiento; informar a las familias y la comunidad educativa; acompañar y fortalecer las condiciones de trabajo y las habilidades de los directivos y los docentes para transitar esta emergencia", finalizan desde Unicef Argentina.
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