Covid-19: expertos de 112 países hicieron una guía con 57 recomendaciones para terminar con la pandemia
Para definir los pasos a seguir que se exponen en el documento, se llevó adelante un proceso de debate sobre seis ejes: prevención, comunicación, tratamientos, inequidad, sistemas de salud y vacunación
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El fin de la pandemia del coronavirus Covid-19 es algo que moviliza a actores sociales de diferentes ámbitos. Con esta premisa, publicaron hoy las conclusiones del “Consenso Delphi multinacional para acabar con la amenaza a la salud pública de la Covid-19″, un trabajo que reunió a 386 expertos de 112 países que elaboraron 57 recomendaciones y 41 declaraciones que publica la revista británica Nature.
Para definir los pasos a seguir que se exponen en el documento, se llevó adelante un proceso de debate sobre seis ejes: prevención, comunicación, tratamientos, inequidad, sistemas de salud y vacunación.
“Un grupo de 40 investigadores encabezados por Jeffrey Lazarus convocaron un panel de 386 médicos, expertos en salud pública y científicos de 112 países, que recibió enunciados y recomendaciones sobre los que había que manifestar nivel de acuerdo, realizar comentarios y correcciones que servían para reformular; así en varias rondas hasta lograr el consenso”, detalló a Télam, Andrea Pineda Rojas, del Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera (CIMA) y una de los cinco argentinos que formaron parte del debate.
Mediante esta metodología, se llegó a 41 declaraciones de consenso y 57 recomendaciones para gobiernos, sistemas de salud, industrias y otros sectores.
La recomendación que más consenso tuvo fue que “la preparación para pandemias y la planificación de la respuesta deben adoptar un enfoque de ‘toda la sociedad’ que incluya múltiples disciplinas, sectores y actores (empresarial, sociedad civil, ingeniería, comunidades religiosas, modelos matemáticos, militares, medios, psicología)”.
En la misma línea, la recomendación, que quedó octava en nivel de consenso, sostuvo que “la planificación y estrategias de respuesta deben adoptar un enfoque unificado (por ejemplo coordinación multiministerial) para revisar y abordar la resiliencia de los sistemas de salud”.
Dentro de estas diez recomendaciones que más consenso tuvieron, tres están vinculadas a la comunicación: una postula que “líderes comunitarios, científicos y autoridades de salud pública deben colaborar para desarrollar mensajes que mejoren la confianza individual y comunitaria”; la otra que “las autoridades de salud pública deben asociarse con personas y organizaciones que sean confiables en sus comunidades para proporcionar información precisa y oportuna”.
La tercera es que se debe combatir de manera “anticipada y proactiva” la desinformación e información falsa.
Vinculadas a la inequidad, recomendaron que “la preparación y respuesta a la pandemia deben abordar las inequidades pre-existentes, tantos sociales como de salud” y que “las organizaciones mundiales de comercio y salud deben coordinar la transferencia de tecnologías que permita a los fabricantes en los países de ingresos bajos y medios desarrollar vacunas, análisis diagnósticos, terapias, de calidad y a precios accesibles”.
“En lo personal me parece importantísimo que una revista como Nature hoy publique un artículo como éste porque lo que vemos, sobre todo en el mundo occidental, es que hay una postura de que ‘la pandemia terminó’ cuando no es así”, indicó Daniel Feierstein, profesor titular de la Universidad de Buenos Aires y de la Universidad de Tres de Febrero y otro de los argentinos que participó del debate.
Feierstein sumó: “Esta postura implica no solo negar que todavía estamos en pandemia, sino que no hay que hablar más del tema, que no hay nada que aprender y en todo caso hay desaprendizajes porque lo que aparece como conclusión en muchos lugares es que el mayor error es que ‘estuvimos encerrados innecesariamente’ o que se ‘perdieron clases’”.
“Que en este contexto Nature publique un artículo, no sé si lograra enfrentar esto, que en términos de construcción de relato colectivo tiende a caracterizarse como pacto negativo, que es cuando todos decidimos sin explicitarlo que hay algo de lo que no hablamos más, pero al menos lo pone nuevamente en foco”, sumó
Por su parte, Pineda Rojas destacó que “la importancia de las recomendaciones es que trascienden la Covid-19; de hecho, hemos aprendido que la mayoría de las enfermedades respiratorias se transmiten por el aire, entonces hay medidas como la ventilación o el filtrado del aire que sirven para muchas de ellas y no afectan el desarrollo de actividades”.
“Sin embargo, muchas personas siguen sin darle importancia; sin ir más lejos en las guardias de enfermedades respiratorias esperan sin barbijo; esto es algo que deberíamos haber aprendido y no se logró”, añadió. Los otros tres argentinos también integran el Conicet y fueron: Jorge Aliaga, Rodrigo Quiroga y Daniel Maceira.
Una por una: las 57 recomendaciones separadas por ejes:
Prevención: incluye 7 recomendaciones (de mayor a menor consenso)
- Los gobiernos deben regular e incentivar el desarrollo y la implementación de medidas estructurales de prevención (por ejemplo, ventilación, filtración de aire) para mitigar la transmisión aérea del SARS-CoV-2, con un énfasis temprano en entornos de alto riesgo.
- Las medidas que ya no sean científicamente válidas para la prevención de Covid-19 deben eliminarse inmediatamente de la orientación y política de Covid-19.
- Las comunicaciones de riesgo deben enfatizar claramente que la transmisión del SARS-CoV-2 se debe principalmente a la inhalación del virus.
- Las restricciones de viaje nacionales e internacionales deben basarse en el conocimiento científico actual y las tasas de transmisión predominantes de todas las variantes que tengan en cuenta factores relevantes basados en la salud (por ejemplo, estado de vacunación del viajero, prueba de recuperación reciente de Covid-19 o resultado negativo de una prueba de antígeno o PCR).
- Todos los países deben adoptar un enfoque de más vacunas que incluya una combinación de vacunación contra la Covid-19, medidas de prevención, tratamiento e incentivos financieros.
- La prevención de la transmisión del SARS-CoV-2 en el lugar de trabajo, las instituciones educativas y los centros comerciales debe seguir siendo una alta prioridad, reflejada en la orientación de salud pública y apoyada a través de múltiples medidas sociales e intervenciones estructurales (por ejemplo, políticas de educación/trabajo remoto, ventilación, filtración de aire, uso de mascarillas).
- Los gobiernos deberían considerar imponer amplias restricciones a las libertades civiles solo en el caso de variantes de preocupación que presenten un riesgo de altas tasas de transmisión y gravedad, junto con (1) disminución de la inmunidad o (2) resistencia a la vacuna.
Comunicación: incluye 10 recomendaciones (de mayor a menor consenso)
- Los líderes comunitarios, los expertos científicos y las autoridades de salud pública deben colaborar para desarrollar mensajes de salud pública que construyan y mejoren la confianza individual y comunitaria y utilicen los medios de acceso y comunicación preferidos por diferentes poblaciones.
- Las autoridades de salud pública deben asociarse con personas y organizaciones de confianza dentro de sus comunidades para brindar información precisa y accesible sobre la pandemia e informar el cambio de comportamiento.
- Los profesionales de la salud pública y las autoridades deben combatir la información falsa de manera proactiva con base en mensajes claros, directos y culturalmente receptivos que estén libres de jerga científica innecesaria.
- Las instituciones e individuos que deseen promover la confianza pública deben: (1) basarse en evidencia sobre cómo se crea y restaura la confianza; (2) brindar capacitación y desarrollo profesional enfatizando las habilidades y competencias que transmiten confiabilidad; y (3) desarrollar, implementar y evaluar estrategias de comunicación que tengan muchas probabilidades de crear o restaurar la confianza.
- Los investigadores multidisciplinarios deben evaluar el impacto de la ‘infodemia’ en los comportamientos y resultados de salud en poblaciones específicas de todos los países.
- Los financiadores de la investigación deberían encargar más revisiones de alcance, narrativas y sistemáticas para sintetizar, evaluar y difundir evidencia relacionada con Covid-19.
- Los gobiernos deben determinar qué agencias son o deberían ser responsables de monitorear la información de salud y desarrollar herramientas de monitoreo para identificar información falsa.
- Las empresas de redes sociales deben comprometerse de manera transparente con investigadores y desarrolladores, que estén libres de un conflicto de intereses directo, para implementar controles para sus plataformas que reduzcan la publicación y difusión de información de salud falsa.
- Los gobiernos, la industria y las organizaciones no gubernamentales deben identificar y exponer activamente a las personas y redes que promueven información de salud falsa sobre la pandemia de Covid-19.
- Los gobiernos deberían considerar responsabilizar a los editores de información de salud falsa, al mismo tiempo que equilibran las libertades civiles.
Tratamientos: incluye 6 recomendaciones (de mayor a menor consenso)
- Las definiciones de casos globales para SARS-CoV-2 y para la morbilidad y mortalidad de Covid-19 deben estandarizarse.
- Promover la colaboración multisectorial para acelerar el desarrollo de nuevas terapias para todas las etapas de la COVID-19 (por ejemplo, ambulatorio, hospitalización y larga duración).
- Los ensayos clínicos y las cohortes longitudinales deben incluir muestras estadísticamente suficientes de todos los grupos de edad, géneros y poblaciones vulnerables.
- Ampliar la base de evidencia sobre el efecto acumulativo de la reinfección por Covid-19 para informar la política de salud pública.
- Los gobiernos ahora deberían priorizar la detección temprana de casos para que los sistemas de salud puedan facilitar el tratamiento y la atención antes.
- Priorizar la financiación de la investigación para el Covid-19 prolongado para desarrollar herramientas de diagnóstico, tratamiento y atención, y conocimiento sobre factores extrínsecos (por ejemplo, estigma y discriminación).
Inequidad: incluye 10 recomendaciones (de mayor a menor consenso)
- Al reconocer que los contextos locales y regionales son importantes para las respuestas equitativas a la pandemia, los gobiernos deben involucrar a las comunidades y a expertos multidisciplinarios que comprendan el contexto local al desarrollar planes operativos para terminar con el Covid-19 como una amenaza para la salud pública.
- Además de los esfuerzos actuales de equidad de vacunas, los gobiernos y las organizaciones mundiales de salud deberían coordinarse mejor para hacer que las pruebas y los tratamientos de Covid-19 sean asequibles para todas las personas en todos los países.
- Los órganos de toma de decisiones (por ejemplo, los gobiernos, los comités de la OMS) deben involucrarse de manera significativa y transparente con una amplia base de voces para informar sus decisiones.
- Los gobiernos, los organismos regionales, la industria y los sistemas de salud deben anticipar las necesidades de gestión de adquisiciones y suministros para suministros, tratamientos y vacunas en entornos de bajos recursos (por ejemplo, logística de transporte, almacenamiento, refrigeración).
- La preparación para una pandemia, la planificación de la respuesta y la política deben revisarse y actualizarse para proteger a los niños, enfatizando la prevención de la transmisión del SARS-CoV-2 y al mismo tiempo abordando su bienestar físico, mental y social.
- Las organizaciones mundiales de comercio y salud deben coordinarse con los países para negociar la transferencia de tecnologías que permitan a los fabricantes de países de ingresos bajos y medianos desarrollar vacunas, pruebas y tratamientos asequibles y de calidad asegurada.
- La preparación y la respuesta ante una pandemia deben abordar las desigualdades sociales y de salud preexistentes.
- Los gobiernos, la industria y los sistemas de salud deben priorizar la reducción al mínimo del desperdicio de vacunas en frascos cerrados y abiertos, con un énfasis temprano en el desperdicio resultante de fechas de vencimiento innecesariamente cortas, y abordando las barreras regulatorias y los desafíos de gestión de adquisiciones y suministros para transferir o donar dosis de vacunas.
- Los esfuerzos de preparación y respuesta ante una pandemia deben evaluar y mitigar los riesgos y efectos de la transmisión del SARS-CoV-2 entre las personas dentro y las que emigran de las zonas de conflicto.
- Los países de altos ingresos deben reenfocar la distribución de vacunas a países con bajas tasas de vacunación y acceso inadecuado a las vacunas.
Vacunación: incluye 6 recomendaciones (de mayor a menor consenso)
- Los mensajes de vacunación deben explicar claramente la eficacia y las limitaciones de las vacunas actuales para prevenir la transmisión del SARS-CoV-2 y reducir la gravedad de la Covid-19.
- En entornos donde las personas tienen niveles más bajos de confianza en el gobierno, los esfuerzos de vacunación deben involucrar a líderes y organizaciones locales de confianza.
- Para combatir la vacilación de vacunas, se deben utilizar mensajes personalizados que aborden las bases subyacentes de las preocupaciones de un individuo en comunicaciones específicas de salud pública.
- La financiación gubernamental, filantrópica y de la industria debe incluir un enfoque en el desarrollo de vacunas que brinden protección duradera contra múltiples variantes del SARS-CoV-2.
- Los cálculos de inmunidad deben tener en cuenta el tiempo posterior a la fecha de vacunación y/o infección y actualizarse periódicamente con nueva evidencia científica.
- Dado que las causas de la reticencia a la vacunación no son únicamente una función de la información o la visión del mundo, los incentivos económicos deben considerarse en paralelo con la información y el acceso para aumentar las tasas de vacunación.
Sistemas de salud: incluye 18 recomendaciones (de mayor a menor consenso)
- Los gobiernos deben eliminar las barreras económicas a las pruebas, el equipo de protección personal, los tratamientos y la atención del SARS-CoV-2.
- Los gobiernos y las organizaciones sanitarias mundiales deben apoyar el desarrollo de centros regionales para la fabricación de suministros, tratamientos y vacunas contra la Covid-19.
- La experiencia del usuario y la interfaz con las tecnologías de salud digital deben adaptarse para ampliar el acceso para todos, con especial atención a los grupos vulnerables.
- Las organizaciones de salud deben apoyar el bienestar físico, mental y social de sus trabajadores.
- La preparación para una pandemia y la planificación de la respuesta deben adoptar un enfoque de toda la sociedad que incluya múltiples disciplinas, sectores y actores (por ejemplo, empresas, sociedad civil, ingeniería, comunidades religiosas, modelos matemáticos, militares, medios de comunicación y psicología).
- Las estrategias de preparación y respuesta deben adoptar enfoques de todo el gobierno (por ejemplo, coordinación multiministerial) para identificar, revisar y abordar la resiliencia en los sistemas de salud.
- Dado que los riesgos sectoriales sociales, políticos y económicos continúan teniendo efectos indirectos en los sistemas de salud, se deben identificar y evaluar los indicadores multisectoriales clave de los riesgos sistémicos para los sistemas de salud.
- La identificación de varias variantes de preocupación requiere una vigilancia virológica sustancial basada en la secuenciación del genoma completo de las muestras positivas.
- La política de salud pública debería tener más en cuenta el posible impacto a largo plazo de la propagación desenfrenada de la Covid-19, dadas las incertidumbres constantes sobre la prevalencia, la gravedad y la duración de la morbilidad posterior a la Covid-19 (Covid prolongada).
- Para reducir la carga de los hospitales, se debe fortalecer la atención primaria para incluir pruebas, rastreo de contactos, monitoreo de síntomas leves y vacunación.
- Los gobiernos y la industria deben adoptar disciplinas de mejora continua para la gestión de la cadena de suministro, la agrupación y la adquisición entre países para reducir los tiempos y los costos de los ciclos, así como mejorar la calidad y los datos de los productos para aumentar rápidamente la disponibilidad de medicamentos, equipos de protección y vacunas.
- Los sistemas de salud pública deben priorizar el uso de la ciencia de la implementación para determinar qué soluciones de salud digital pueden y deben ampliarse rápidamente a nivel mundial.
- Se deben realizar inversiones en infraestructura de salud digital, software y capacitación para institucionalizar servicios de telesalud y telemedicina de calidad.
- Para reducir la carga sobre los sistemas de salud y los trabajadores de la salud, las organizaciones comunitarias y los estudiantes que buscan títulos en campos relacionados con la salud deben participar para educar, evaluar y vacunar a la población.
- Los sistemas de salud deben identificar y, cuando sea posible, reducir los retrasos en el diagnóstico, el tratamiento y la atención de las afecciones médicas no relacionadas con la Covid-19.
- Debido a que el mercado global no ha satisfecho la demanda de vacunas, tratamientos y suministros, los países y regiones deben considerar reformas legislativas y regulatorias para abordar estas fallas del mercado (por ejemplo, nacionalizar la capacidad de fabricación, negociar acuerdos comerciales globales y regionales, ajustar los derechos de propiedad intelectual dentro del país) .
- En ausencia de una nueva organización multilateral centrada en el control de la pandemia, los Estados miembros deben autorizar a la OMS a liderar un gran esfuerzo global, inclusivo y de múltiples partes interesadas para proporcionar objetivos clínicos y de salud pública relacionados con la pandemia, con énfasis en casos, vacunación, morbilidad y mortalidad.
- En entornos en los que el acceso a PCR o pruebas de antígenos puede ser limitado, los proveedores deben considerar la adopción de un enfoque sindrómico para el diagnóstico de Covid-19 para personas sintomáticas.
Con información de la agencia Télam.
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