Covid-19: bajan los casos y las muertes, pero la meseta es alta ante el riesgo de la variante delta
Desde el peor momento de la pandemia los contagios se redujeron a la mitad; completar los esquemas de vacunación, la clave para afrontar un posible rebrote
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La segunda ola de Covid-19 en la Argentina tuvo los números más dramáticos a partir de finales de mayo pasado que impulsaron nuevas restricciones en todo el país ante el rebrote de la enfermedad. Los días terminaban con hasta 41.000 casos y las salas de terapia intensiva comenzaban a estar al límite anticipando lo que ocurriría semanas después: la cifra de fallecidos tuvo los peores récords durante junio.
Desde ese momento, en forma lenta, pero progresiva, la curva de contagios tomó una tendencia decreciente hasta bajar un 48% la media semanal respecto a la marca más alta de desde que comenzó la pandemia. En relación a la misma variable, pero de las muertes de los últimos siete días también cayó un 26%. Sin embargo, ambos valores se encuentran en una meseta alta y preocupante ante la amenaza latente de la variante delta, que es potencialmente más contagiosa que el virus original identificado en Wuhan.
La situación parece ser más alentadora que meses atrás porque, además, la campaña de inmunización tomó mayor velocidad por la llegada de las vacunas Sputnik V, AstraZeneca y Sinopharm, además de los nuevos contratos que se cerraron o están a punto de rubricarse con otros laboratorios, como Cansino y Moderna. Entonces, ¿cómo se explica que la meseta de casos aún sea elevada? ¿Por qué la cantidad de muertes sigue ubicando a la Argentina en los primeros lugares de los rankings mundiales? ¿Cuál sería el impacto de la llegada de la variante delta con estos valores?
“Estoy convencido de que el número de casos actual se explica en la alta circulación de cepas de mayor transmisibilidad y de mayor gravedad, como la manaos y la andina. Eso, en muchos individuos, se transforma en casos graves. La razón del número de fallecidos corresponde a lo mismo. La variante de manaos tiene una alta mortalidad, porque invade el sistema inmune”, responde el infectólogo Eduardo López, jefe del Departamento de Medicina del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez y miembro del comité de expertos de la Presidencia de la Nación.
Los contagios diarios
“Hay un aplanamiento del número de casos hacia abajo. Pero la curva debería bajar un poco más rápido”, agrega el especialista. “Estamos en una segunda ola que cuesta dejar atrás. Cambiará mucho cuando haya al menos el 50% de la población vacunada con dos dosis, sobre todo con variantes de alta transmisibilidad. Hasta no llegar a ese porcentaje podríamos esperar un escenario como el de ahora”, admite López.
Según la información del Ministerio de Salud de la Nación, entre el 18 de mayo y el 3 de junio pasados se registraron las peores horas de la pandemia con días de entre 29.000 y 41.000 casos. El 27 de mayo marcó el récord de contagios en una jornada con 41.080. Ese día la media móvil, que marca el promedio de los últimos días, era de 30.882 y un día después, de 31.416 cuando se habían notificado 39.207 nuevas infecciones.
Sin embargo, el promedio semanal más alto de toda la pandemia se dio el 23 de mayo con 33.171 casos. Después de algunos días en baja hubo un nuevo salto el 2 de junio cuando la media fue de 32.860 y los casos en esa jornada alcanzaron los 35.017. El jueves pasado, el último registro usado para la comparación, ya que los fines de semana y feriados se consideran atípicos porque se cargan menos datos, el promedio semanal fue de 17.353 casos con 19.256 nuevos enfermos en esas 24 horas. El descenso, entre el pico del 23 de mayo y anteayer, fue del 48%, considerable, pero, como argumentan los expertos, no suficiente.
“Tenemos un alto porcentaje de positividad, alrededor del 20%, muy encima del ideal, en torno al 10%, para confirmar que están bajando los casos. El promedio actual de positividad significa que se te están escapando casos y que hay un alto grado de circulación”, opina la infectóloga Elena Obieta. Y agrega: “No sabemos si lo peor ya pasó, no se sabe nunca con este virus, porque demostró que es impredecible”.
Fallecidos en todo el país
Con número de fallecidos ocurre algo similar: la caída es evidente respecto a los peores días de la pandemia, pero se mantiene en cifras altas a pesar del notable descenso de la ocupación de las camas de terapia intensiva (UTI) en todo el país, donde se encuentran los pacientes más graves.
Los 791 muertes del 22 de junio marcaron el récord en un solo día con un promedio semanal de 524. El 1° de octubre se ingresaron 3351 fallecidos al sistema SISA, pero se debió a una anomalía por la carga en la provincia de Buenos Aires de muertes no consignadas en sus fechas correspondientes. La media semanal más alta de la pandemia sucedió el 11 de junio con 602 fallecidos (se registraron 687 en ese día) y anteayer el promedio fue de 447 decesos, con 465 en la jornada. Es decir, un 26% menos que el peor momento de la pandemia.
Porcentaje de casos detectados
“El 60% de los casos son de las variantes más complicadas. Si la curva de mortalidad se mantiene alta vamos a superar los 150.000 muertos a fin de año, lo cual significa el 20% de los nacimientos anuales, un número dramático”, anticipa.
Mientras esto ocurre, las Unidades de Terapia Intensiva (UTI) en todo el país dejaron de estar saturadas después de varias semanas con el sistema al límite. Según los reportes del Ministerio de Salud de la Nación, la demanda en esas salas descendió 15 puntos porcentuales en el último mes, pasando de un 79,1% el 8 de junio a un 64,3% anteayer. En total hay 5405 camas ocupadas en todo el país. En el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA) la ocupación es del 63,7% y en el resto del país, del 61%.
Vacunas aplicadas por día
“El descenso en la ocupación de camas UTI probablemente sea una consecuencia en la vacunación de adultos mayores, pero no se ve impacto en la mortalidad porque hay jóvenes que se están internando y casos más graves, no solo por las nuevas variantes, sino por la circulación viral”, sostiene Obieta. Según la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI), el promedio de edad de internación es hoy de 54 años, mientras que en la primera ola estaba por encima de los 70.
Para el doctor en Bioquímica y titular de la cátedra de Inmunología de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Jorge Geffner, “aún no se puede terminar de predecir las subidas y las bajadas de los casos y fallecidos porque hay variables de transmisión que son muy complejas y variantes que todavía no se terminan de entender”.
“Las causas son todas interpretativas, los datos son los números. Hay mucha gente vacunada, la efectividad de las vacunas con las nuevas variantes es muy buena con los esquemas completos para prevenir la infección severa y la mortalidad por lo que habría que seguir extendiendo el programa de vacunación como hicieron en Uruguay y en Chile. Creo que el peor momento ya pasó, pero habrá que ver qué sucede con la delta”, prevé Geffner.
Dosis aplicadas y distribuidas
Según datos del Monitor Público de Vacunación las provincias de Jujuy (61,64%), La Pampa (62%), San Luis (61%), Tucumán (60,55%) y La Rioja (61,58%) ya superaron el 60% de los mayores de 18 años vacunados con una dosis contra el coronavirus. Mientras que Buenos Aires, Santa Fe y la Capital alcanzaron el 56,41%, 58,47% y 57,70%, respectivamente.
“Si entra la cepa delta el escenario no es bueno porque arrancamos con una base alta, es muy peligroso arrancar desde esos números. La estrategia debe ser vacunar con dos dosis porque todos los laboratorios reconocen que ante la cepa delta es importante tener los esquemas completos”, pide López. La llegada de vacunas parece que no se detendrá en las próximas semanas. Esa parece ser la única alternativa para frenar un posible rebrote.
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