Costa Esmeralda. Por qué los residentes de ese balneario exclusivo rechazan un megaproyecto de construcción
Esta mañana, propietarios de ese barrio privado y de otras zonas cercanas manifestaron su rechazo y preocupación por el impacto ambiental que puede conllevar el plan de levantar grandes edificaciones en el sector
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LA NACIONDarío Palavecino
MAR DEL PLATA.- Vecinos residentes y propietarios de inmuebles en Costa Esmeralda, el barrio privado desarrollado en el extremo del Partido de la Costa que limita con Pinamar, realizaron una manifestación para exponer su rechazo a un plan de construcción de 100 edificaciones con casi 4000 departamentos sobre una superficie de más de un centenar de hectáreas.
Quienes se oponen al proyecto ya recurrieron a la Justicia para evitar que avance esta iniciativa e incluso se vieron sorprendidos días atrás, cuando confirmaron por información de los desarrolladores que el volumen por construir en el denominado Centro Urbano de Costa Esmeralda (CECU) duplicaba en metros cuadrados el dato que de manera extraoficial les había llegado.
“No contaminación”, “No edificios”, “Sí fauna/flora”, “Sí ambiente”, “Sí médanos” se leía en algunos de los carteles que portaban decenas de manifestantes, reunidos en cercanías de la capilla que está en el acceso a Costa Esmeralda. Allí también recibieron apoyos de grupos de vecinos de distritos cercanos que también se oponen a otros proyectos inmobiliarios que también entienden como amenaza del frente costero y el equilibrio ambiental.
Amparo ambiental
La presentación de una acción de amparo ambiental y medida cautelar que evite el inicio de las obras cuestionadas se realizó hace poco más de un mes contra Fiduciaria de la Costa S.A., Eidico S.A. y Asociación Civil, Social y Deportiva Costa Esmeralda y recayó en el Juzgado de Familia de Dolores. Marcos Val, su titular en condición de subrogante, se declaró incompetente y la resolución quedó ahora a cargo del juez Antonio Marcelino Escobar, a cargo del Juzgado en lo Contencioso Administrativo del mismo departamento judicial.
“En el escrito que presentamos nosotros hablábamos de 50 edificios, que era lo que nos había llegado como información, pero en la asamblea que se hizo días atrás la empresa confirmó que serán 100 las parcelas con departamentos a construir”, dijo a LA NACION el abogado Rodrigo Bonzo, que ingresó estas presentaciones judiciales. El amparo ambiental tiene alcance al Municipio de la Costa en su carácter de responsable de autorizar las obras en esa jurisdicción.
Los cuestionamientos y pedido de freno a cualquier avance de obras también alcanzan a una segunda etapa del Paseo Comercial que se realizó en el barrio privado. “Desde 2005 a la fecha los desarrolladores van cambiando continuamente el masterplan sin respetar lo prometido a todos los propietarios que han adquirido lotes y casas en barrio Costa Esmeralda”, plantea el letrado entre varias quejas que enumera sobre el crecimiento inmobiliario del lugar.
Costa Esmeralda es uno de los destinos de la costa atlántica con mayor cantidad de metros cuadrados de obra privada en marcha y proyectados. “Hoy tenemos unas 1800 obras terminadas y solo este último año se aprobaron planos de otras 690, de las cuales unas 300 estarán listas para el verano”, había detallado Aquiles Linfante, gerente operativo de Costa Esmeralda, en nota publicada por LA NACION en vísperas de esta última temporada, donde con inédita anticipación el barrio tuvo capacidad completa en su oferta de alquileres.
Los responsables de Costa Esmeralda detallaron a LA NACION que el sector alcanzado por el proyecto contempla el desarrollo “de unas 100 hectáreas – solo el 10% de la superficie total del barrio- de las cuales solamente unas 58 hectáreas se distribuyen en alrededor de 100 parcelas con distintos tipos de destino” y con un avance de obras “progresivo en el tiempo, estimativamente 10 a 20 años y baja densidad poblacional, respetando indicadores urbanísticos y con estudio de impacto ambiental aprobado”.
El denominado CUCE se extiende sobre el límite este y sur del barrio, sobre un total de 106 hectáreas y con parcelas desde los 5000 m2. Involucra viviendas unifamiliares y multifamiliares, comerciales y también para actividad hotelera con un extremo privilegiado con vista al mar, donde –según se desprende del informe- la altura máxima permitida para construir es de planta baja más cuatro pisos, equivalente a unos 15 metros.
Resaltan que el Plan Director de Costa Esmeralda está aprobado por el municipio y contempla las zonas, macrolotes e indicadores urbanísticos que “determinan qué se puede hacer y qué no, en lo referente constructividad y usos”. “En 2009 se aprueba en el Municipio el Estudio de Impacto Ambiental de Costa Esmeralda, para la cual también ha tomado intervención el organismo ambiental de la provincia”, precisan y agregan que hace seis años se hizo una actualización y, hace cuatro, se aprobó en la comuna el Código de Ordenamiento Urbano.
Aclaran que la única obra iniciada es un paseo comercial “de servicios de primera necesidad comerciales y gastronómicas, que da servicio 100% a propietarios de Costa Esmeralda” y respecto a servicios afirman que habrá plantas de tratamiento de efluentes por parcela o grupo de parcelas, que continuarán con el desarrollo de Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible (SUDS) para la preservación del acuífero y dispondrán de un nuevo alimentador de electricidad.
“(Está) aprobado para poder construir cerca de 1.000.000 m2 de construcción (por indicador de FOS / FOT)”, afirma la presentación de Eidico, acompañada de gráficos y planos generales del barrio. “Decidimos convalidar menos de la mitad, con FOT más bajo (menor densidad) y FOS más bajo (pisar menos tierra y dejar más espacio verde)”, aclaran en el folleto que a modo de presentación del proyecto exhiben los propietarios.
“El conjunto de quienes somos residentes y propietarios confiamos en que la Justicia acompañará el pedido que estamos haciendo para que no se avance con esta obra proyectada”, señaló Bonzo a LA NACION.
Al margen del avance en cemento sobre superficie que hoy aporta entorno verde al conjunto de este barrio privado, quienes ya habitan en el lugar y quienes lo hacen de manera temporaria o tienen proyectado allí construir e instalarse temen por el impacto que semejante desarrollo de edificios pueda tener sobre el conjunto de los servicios esenciales para los usuarios, desde acceso a agua potable como seguro destino de los desechos sin que se afecte el medio ambiente.
“En el Paseo Comercial en pleno verano la planta de efluentes no soluciona el inconveniente de los efluentes cloacales, hay olores constantes y el recurso escaso del agua para los locales no es suficiente”, se advierte desde la presentación judicial de los vecinos.
Por Darío Palavecino
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