Coronavirus: un amoroso trueque generacional
Historias de amor, de esfuerzos silenciosos y de pasiones entrañables. Familia. Poblada de recuerdos que la mantienen unida más allá de los conflictos y repleta de anhelos por un futuro mejor. Anhelos que le dieron la fuerza para poder transformar el dolor en crecimiento. Las nuestras han sobrevivido a migraciones, guerras, genocidios y dolorosas pérdidas. Los sabios de la tribu (los abuelos y los bisabuelos) son los portadores de todas esas experiencias emocionales profundas. Llevan consigo tanto los sufrimientos, como el orgullo y la alegría por los logros.
Nuestros hijos y todos sus proyectos son la prueba de que la vida se ha sostenido con fuerza a lo largo de los años. En cada nueva generación que busca ser feliz, se abre la posibilidad de darles las gracias a los anteriores por todo aquello que atravesaron y que hoy nos permite estar vivos, de honrar la historia intentando tener una buena vida.
Los padres damos la vida y los hijos, al tomarla, pueden comprometerse a habitarla con dignidad. ¿Existe un escenario mejor para un padre o una madre que ver a un hijo feliz? ¿Existirá mejor regalo para un abuelo que ver a un nieto correr, bailar, pensar por sí mismo y sonreír?
Hoy la pandemia del coronavirus nos pone una vez más en jaque. Nos enfrenta con la paradoja de tener que cuidarnos tomando distancia física del otro y, en simultáneo, nos lleva a la necesidad de buscar una red social de acompañamiento que nos dé la fuerza para ir hacia delante y que contenga nuestras emociones en tiempos de encierro.
Ante un trauma colectivo que no podemos controlar definitivamente, son las redes de apego con los demás las que nos mantendrán a salvo. Las relaciones en las que nos sintamos contenidos, aceptados y cuidados, vínculos que contribuyen a la salud del cuerpo y de la mente. El buen amor nos da vitalidad.
Los abuelos son figuras de apego para sus nietos. En un momento en el que muchos tienen que estar alejados y no pueden nutrir a sus nietos con su presencia, es una gran necesidad para ellos encontrar otras vías de relación.
En cada conexión entre nietos y abuelos todos pueden salir fortalecidos.
¿Qué dan los abuelos? En esos relatos que se repiten varias veces para que no queden olvidados, les transmiten a sus nietos su experiencia, su calma. En cada arruga pueden dar muestras de su esfuerzo y también expresar la ternura de esos amores que perduran. Los abuelos saben. Saben de esperas y de paciencia. Saben de los pasos cortos, pero siempre para adelante. Saben de tiempos difíciles que se terminan y de sucesivos amaneceres que siempre llegan más allá de los caprichos del presente.
¿Qué dan los nietos? Los nietos saben de novedades. De los impulsos fuertes que buscan nuevos caminos. Los nietos saben de sonrisas espontáneas, de saltos, de cuentos de una vida que siempre es sorprendente. Los nietos pueden ofrecer vientos frescos a esa vida que, para alguien mayor, puede ser percibida como rutinaria y repetitiva.
Favorezcamos que nuestros hijos se comuniquen con ellos en estos días. Que les hablen, los escuchen, los interpelen y les roben sonrisas con su desfachatez juvenil. Y así, en ese puente en el que las generaciones se encuentran, surgirán los nuevos momentos que le den sentido a esta tribu que perdurará más allá de las pandemias y de los devenires imprevistos del destino.
En cada relato que el nieto le haga a su abuelo y en cada recuerdo que su abuelo le comparta, la historia de la familia se reedita. Se construye el futuro en este intercambio, en cada entramado de emociones y de palabras. Quedarán los imperdibles abrazos para después de la cuarentena.
* El autor es psicólogo
Otras noticias de LNteacompaña
- 1
Aniversario de Cromañón: qué pasó el 30 de diciembre de 2004 en el recital de Callejeros
- 2
“Implicancias erróneas en la percepción”: advierten sobre los riesgos del cambio en el uso de los octógonos negros en los alimentos
- 3
Las placas de dos de los escultores más importantes del país que ya no se exhiben en el cementerio de la Recoleta
- 4
El héroe de Malvinas Antonio José Mauad estará a cargo del Servicio Meteorológico Nacional