Coronavirus: poca gente y preocupación entre los usuarios de transporte público
El reloj de la Estación Constitución marca las 8. Para una hora pico, la disminución de pasajeros se hace evidente. Mabel Arias, de 43 años, que trabaja en horario nocturno, ya terminó su jornada laboral y se prepara para volver a casa. Camino al andén del tren Roca, que la llevará a Villa Domínico, un dejo de perturbación se deja ver en su cara: "Cuido a personas mayores y mis hijos están bien resguardados. Yo trato de tomar recaudos por el coronavirus, pero no tiene sentido que siga circulando porque los pongo en peligro a ellos también", dice.
Desde ayer, el Gobierno de la Ciudad comenzó a tomar medidas para restringir la circulación masiva de personas en los sistemas de transporte público. Al cierre de los espacios de juegos en plazas y parques, la prórroga de los vencimientos de algunos trámites, las clases no presenciales y el resguardo a los adultos mayores, hoy se le sumaron el permiso a estacionar en el centro porteño y el ingreso a las áreas de prioridad peatonal sin restricción horaria.
De hecho, según expresan fuentes de la Secretaría de Transporte y Obras Públicas de la Ciudad, ayer los viajes en subte se redujeron a la mitad en comparación con el promedio de la semana pasada. Sin embargo, una sensación de incertidumbre y preocupación se percibe en muchos de los usuarios.
Tras conocerse que son 65 los casos confirmados de coronavirus en el país, de los cuales 34 se registran en capital, Gabriel Chamorro, expresa: "Estoy nervioso. Uno sale y no sabe con qué se va a encontrar. No quiero correr el riesgo de llevar el virus a provincia", dice el hombre, de 56 años, que vive en Lanús y trabaja en una empresa de construcción en la ciudad.
Un inconfundible olor a lavandina se percibe entre la fila de molinetes. Un trabajador de la estación repasa con un trapo las máquinas. Ante la confirmación de casos en el país, se profundizaron las tareas de higiene en todas las líneas de transporte público.
Entre los pasajeros, Pedro García resalta entre la multitud. Con el paso presuroso camina hacia la salida con el barbijo puesto y las manos enguantadas. "Yo me hago gárgaras con agua caliente y vinagre, como recomiendan. La gente no toma conciencia y eso me preocupa", dice el hombre, de 65 años, que vive en Glew, partido de Almirante Brown, y viaja todos los días a trabajar en un bar de Capital.
Gabriel Ojeda también lleva el barbijo encima esta mañana y según dice, lo fabricó él mismo. "No tengo la opción de trabajar desde casa. Por eso me las arreglé para protegerme", dice el joven de Lomas de Zamora, antes de trasladarse hacia una empresa informática.
Desde el puesto de diarios, Javier Levi recibe a los clientes con el mismo esmero que todas las mañanas. Según dice, hay tan poca gente circulando que parece un día feriado. "Si me tiene que pasar me va a pasar. Acá no lo voy a poder evitar", expresa.
En Retiro
Cualquiera que fuese a la estación de trenes de Retiro esta mañana se sorprendería con la poca cantidad de personas en circulación. Vestidos con uniformes naranjas, personal de la Dirección Nacional de Emergencia Sanitaria reparte folletos de prevención a los pasajeros que entran y salen del andén.
En el hall central, Eliana Gómez, de 28 años, apura su ritmo hacia la salida para tomar la línea que la llevará a Constitución: "Si bien había mucha distancia entre los pasajeros, me llamó la atención haber visto tanta gente mayor en el colectivo. A algunos empleados de mi empresa ya los autorizaron a trabajar desde casa. Hoy me van a notificar a mi qué hacer", dice esta joven que vive en Palermo.
Luis Gómez, que trabaja en una empresa de importación se encuentra en el mismo estado de incertidumbre. "Ya pedimos que nos hagan trabajar desde casa y lo están evaluando. Espero que así sea". Martín Sánchez, según argumenta, tampoco tiene otra alternativa. "En la empresa de construcción donde trabajo nos dieron algunas recomendaciones de prevención, pero tenemos que ir igual".
Camino a la estación de subte D de Juramento, Silvina Martínez percibió, según expresa, un silencio inquietante en la calle. "Salí más tarde para evitar la hora pico. Hacía tiempo que no viajaba entre tan pocos pasajeros. Al principio traté de tomar asientos de distancia, pero llegando a Catedral, todos se fueron completando y ya no fue posible. Eso sí, procuré no tocar las barandas", relata esta abogada de 54 años, empleada en un organismo del estado.
Recomendaciones
Para minimizar los riesgos de contagio, el Gobierno de la Ciudad recomienda:
Evitar los viajes que no sean esenciales y las horas pico.
Usar la bici, caminar o el auto como alternativa al transporte público.
Si tenés síntomas o crees estar enfermo, no viajes en transporte público : De esta manera, te cuidas a vos mismo y proteges a los demás. Quedate en tu casa y llama al 107.
"El transporte público es un servicio esencial que debemos garantizar. A lo que apelamos es a la responsabilidad y a la colaboración de todos. Vamos a monitorear la evolución de la situación para evaluar si es necesario implementar medidas adicionales, con el fin de garantizar que los pasajeros viajen distanciados. Estamos alerta a la evolución día a día de la situación junto con las autoridades de Salud", explicaron fuentes del Gobierno de la Ciudad.
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