Coronavirus. Necochea habilitó paseos por la playa, pero algunos los ponen en peligro
NECOCHEA (enviado especial).- ¿Cómo eran esas sensaciones que habían quedado allá lejos, en vísperas del otoño? La de la arena húmeda que roza los pies. La seca que, arremolinada, incomoda cuando el viento hace su juego. Y la de esa mezcla de dolor y placer cuando, descalzo, se avanza unos pasos con los tobillos hundidos en la orilla del mar frío que parece perforar los huesos. Vivencias que pueden sentir otra vez los necochenses: sin casos activos de coronavirus, en plena cuarentena y con un puñado de condiciones, volvieron a disfrutar de sus playas. Una esperada y muy celebrada bocanada real de aire fresco después de dos meses de aislamiento.
El buen tiempo acompaña en este fin de semana de postal inédita: por la costa todos andan con barbijo, incluso hasta los que se animaron a las caminatas en traje de baño, porque la jornada bien primaveral acompañó, con pleno sol y casi 23 grados. Y también lo hará este domingo, con pronóstico de iguales o todavía mejores condiciones.
"He llorado por tener el mar tan cerca, a una cuadra, y no poder disfrutarlo durante tanto tiempo", admite Sol Orozco, que se animó a hundir los pies en las mismas aguas donde anhela volver a surfear. "De ha poco estamos tratando de recuperar la libertad", destaca sobre este permiso que dio el municipio para paseos recreativos.
La medida se puso en marcha el pasado domingo, cuando se cumplían 16 días del alta del último de los tres pacientes atendidos aquí por coronavirus. Las condiciones impuestas son muy concretas: nada de correr ni andar en bicicleta. Tampoco práctica de deportes ni uso de los espacios de juegos en las plazas y paseos públicos. Siempre con barbijo y hasta las 17.
He llorado por tener el mar tan cerca, a una cuadra, y no poder disfrutarlo durante tanto tiempo
Con la posibilidad de realizar estas salidas todos los días, sin el tedioso mecanismo de terminación de DNI que parece imposible de controlar, la experiencia durante los últimos días dejó algunas dudas entre las autoridades. Tanto que en las últimas horas se evaluaba volver atrás y suspender estos paseos.
Personal de la comuna aguardaba durante la tarde del sábado el regreso de motociclistas que habían avanzado arenas adentro para practicar enduro en las dunas. Y dispusieron una comisión para salir al cruce de ciclistas que también violaron lo normado y salieron a pedalear por caminos rurales. "También tuvimos que sacar del mar a un surfista y a otro que hacía kite surf", dijo a LA NACION el director de Deportes de Necochea, Adrián Buño.
Quienes siguieron al pie de la letra la consigna de este permiso pudieron gozar de una jornada brillante. "No me animé hasta hoy, pero mi nieto me pedía ´Abu, vamos al mar´", explica Liliana Hernández, que le hizo caso a Leónidas, de tres años, y cruzó la avenida que separa su departamento de la playa. "Esto es una bendición", reconoce sobre un beneficio que es casi excepcional en la costa.
Una bendición de arena y sol
En Mar del Plata todo el paseo costanero está vedado, lo mismo que en Mar Chiquita y Villa Gesell. Pinamar habilitó la pesca deportiva, que Necochea recién permitió desde ayer y por este fin de semana, en dos sectores alejados (Costa Negra y Punta Bonita) y a modo de prueba. Salvo el primero de los casos (registra ocho positivos asintomáticos pero activos), los demás distritos no tienen pacientes con diagnóstico actual de coronavirus.
Diego Christensen, que se dio el gusto de andar sin remera como en verano, su esposa -Carolina- y sus hijos Sofía y Tomás recorren de punta a punta las playas céntricas. "Hay que aprovechar para cambiar de aire después de tanto encierro", cuenta de estas salidas que desde hace una semana disfrutan a diario. De lunes a viernes, cuando él vuelve de trabajar. El fin de semana, desde temprano.
Por primera vez salen Mirta Carrizo y Liliana Tolosa, que también viven frente a la playa y cumplieron a rajatabla el aislamiento dispuesto por el gobierno nacional. "Soy paciente de riesgo, diabética y operada a corazón abierto, me cuido al máximo", dice a LA NACION la primera y con angustia resalta que hace dos meses que no puede ver a sus nietos. "Que les cobren multa a los que se pasan de listos, pero que no nos saquen esto", dice su compañera cuando escucha los rumores de la posible suspensión de las salidas recreativas_ella también sabe que hubo mucha gente corriendo y en bicicleta, dos actividades expresamente prohibidas por ahora.
Los propios vecinos se encargan de advertir a los infractores. Ese autocontrol social se vio reflejado en redes, con videos y fotografías en las que denunciaban a quienes se excedían de lo permitido por esta flexibilización, cuando se cumplen dos meses de cuarentena.
El Parque Lillo es otro de los espacios elegidos para las caminatas. Las autoridades municipales dispusieron un único sentido de circulación, para que nadie se cruce. Profesores de educación física se instalaron en el acceso de Avenida 10 y Pinolandia para controlar que se cumplan estos requisitos y que no se ingrese con bicicletas.
Que les cobren multa a los que se pasan de listos, pero que no nos saquen esto
El sector es un habitual paseo y punto de encuentro para residentes, tanto para la práctica deportiva como para disfrutar al aire libre. El problema durante estos últimos días es que se advirtió la presencia de grupos que no cumplían con el protocolo de distanciamiento social. "No es para juntarse a tomar mate", repite un funcionario del distrito.
Distinto es el permiso que se dio para un sector alejado de playas, a las que se puede acceder en vehículos de doble tracción y allí sí se permite que compartan momentos en familia. "No queremos ver dos o tres camionetas juntas", advierte el intendente local, Arturo Rojas.
José Fiscina también ganó metros aguas adentro para refrescar a su perro, Hachi. "Disfrutamos un día hermoso, hay que cuidar esto que ganamos y también cuidarnos en casa", razona, feliz, mientras hunde sus pies en la arena con los de su compañera, Analía. Esas sensaciones que volvieron a ser.
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