Coronavirus. Murió un jefe de Terapia Intensiva en Chaco y reavivó las denuncias por el manejo de la pandemia
La provincia del Chaco amaneció este viernes en estado de conmoción. La muerte por coronavirus del médico terapista Miguel Angel Duré, jefe en ejercicio de la Unidad de Terapia Intensiva del Hospital Perrando de Resistencia, fue un golpe demasiado duro en un momento apremiante de la crisis sanitaria local.
Chaco acumula 81 muertos, lo que representa casi un 10% del total de Argentina, con una población que no llega al 3%. Pero además, es la segunda jurisdicción con más muertes por millón de habitantes, después de CABA; y registra una mortalidad del 5,5%, que también es de las más altas del país.
Duré se contagió trabajando en el hospital. Sus compañeros médicos dicen que por no contar con los elementos de protección adecuados. Estuvo internado 20 días peleando por su vida. Fue el primer paciente del Perrando en recibir plasma, en dos ocasiones, para morigerar los efectos de la enfermedad, pero al final no aguantó. Hizo un neumotórax bilateral, es decir que le ingresó aire en el tórax a nivel de ambos pulmones, como complicación de un procedimiento, según confirmaron a LA NACION médicos que lo atendieron hasta el final.
"Veíamos la placa en la computadora y sabíamos el pronóstico", escribió esta mañana el doctor Julio Picón, médico reconocido y compañero de Duré. El pronóstico se cumplió: el doctor Duré murió en la madrugada y se convirtió en la víctima número 81 de la pandemia en el Chaco.
Conocida la noticia, el médico fallecido cosechó un reconocimiento público casi unánime e inmediato y el cariño de sus compañeros de trabajo. "Nos quebró a todo el Perrando su caída. Era un hombre sereno, callado. Cuando hablaba, lo hacía siempre con las palabras justas. Era sencillo como pocos y confió plenamente en sus colegas", le dijo a LA Nacion Corina Acosta, residente y terapista.
Al mismo tiempo, la muerte del médico removió viejos dolores y motivó una catarata de críticas de profesionales de la salud y vecinos chaqueños hacía la política sanitaria implementada desde el primer día por el gobernador Jorge Capitanich, con resultados que no son satisfactorios.
Los profesionales que están en la primera línea de atención y exposición vieron en Duré un espejo del drama que viven cada jornada desde el inicio de la pandemia, que en Chaco ocurrió el 9 de marzo. "Su caída será la nuestra", advirtieron en una carta que publicaron hace unos días en un diario local.
Condolencias oficiales
El Ministerio de Salud Pública a través de su titular, Paola Benítez, y el equipo directivo del Hospital Julio C. Perrando, hicieron saber que lamentan el fallecimiento del médico terapista Miguel Duré, lo mismo que el gobernador Capitanich, que escribió en su cuenta de Facebook: "Quiero expresar mi más profundo pesar por el fallecimiento del Dr. Miguel Duré, (...) que trabajó incansablemente cuidando la salud de los chaqueños y chaqueñas. Nuestras más sinceras condolencias para su familia y seres queridos, junto al reconocimiento a él y a todos los trabajadores que día a día luchan durante esta pandemia que se lleva tantas vidas. Que Dios lo tenga en su Santa Gloria".
El rechazo de la comunidad a las condolencias del gobernador fue casi inmediato. Lo acusan, como los médicos, de haber subestimado la situación y de no asumir ahora las consecuencias. Recién hoy, después de varios días de cruces mediáticos, se informó que el gobierno y la oposición intentarán un canal de diálogo conjunto para atender la crisis.
Por este y otros movimientos, considerados al menos tardío, los calificativos que más se repiten en cientos de mensajes que le dejaron en su página al gobernador son los de "hipócrita", "cínico", "mentiroso" y otros tantos irreproducibles. Algunos le piden la renuncia.
Los médicos y residentes fueron más allá. Motivados en la bronca por la pérdida de un jefe y compañero, pero también en falencias largamente denunciadas, asentadas en datos y estadísticas oficiales, los profesionales de la salud chaqueños hacen responsable de la crisis al propio gobernador Capitanich. También le endilgan la muerte del especialista, quien se contagió en el Hospital Perrando tras intervenir a un paciente que tenía la enfermedad, sin los elementos de protección adecuados.
Colegas de Duré, agrupados en la Gremial Médica Hospitalaria vienen denunciando, además de desprotección, persecución y aprietes. Los residentes del Perrando, en tanto, publicaron este viernes un duro comunicado en el que apuntan al Gobierno provincial por el hecho. "Subestimaron la situación desde el primer día (...) Fallaron. El sistema de salud falló. Este es el resultado. Personal de salud infectado. Un médico que ya no está. (...) Colocar un tubo en tórax a un paciente Covid que se está muriendo, con un barbijo de tela vegetal y uno quirúrgico encima, no es por elección señores". El posteo rápidamente se viralizó cosechando adhesiones.
El contagio entre hombres y mujeres del servicio de salud fue uno de los más grandes en esta provincia: llegó a ser de casi un tercio en algún momento de la cuarentena. A mediados de abril, la mitad de los contagios estaba dentro de los hospitales y clínicas.
Hace diez días, hablando en cadena por varias radios de gestión nacional, el ministro de Salud de la Nación, Ginés González García sugirió este asunto: "El hospital Perrando ya tuvo dos focos importantes de contagio, y la verdad, me parece, que el libreto que tienen es bueno, lo hacen bien, pero que no se cumple totalmente".
También dijo que hay "mucha omnipotencia, inclusive en muchos colegas de Resistencia que no se cuidan, desconocimiento de las cosas mínimas. Lo digo con mucho afecto porque en esto todos somos víctimas y no hay que culpar a nadie".
La internación de Duré
El cuadro del doctor Miguel Angel Duré resultó delicado, aunque era un paciente joven. Tenía 53 años. Se contagió de Covid-19 e hizo una insuficiencia respiratoria grave con falla renal, lo que obligaba una dialización. El profesional fue el primer paciente del hospital Perrando internado en la unidad Covid que recibió plasma de convalecientes suministrado al menos en dos oportunidades por una fundación que articula con Salud Pública. Si bien en primera instancia la respuesta fue satisfactoria, luego surgieron otras fallas orgánicas que empeoraron su salud, según se informó extraoficialmente.
Duré era el jefe de la Unidad de Terapia Intensiva del Hospital Perrando, estuvo más de 25 años al servicio a la Salud Pública. En los últimos días, desde su entorno y desde ámbitos no vinculados a la medicina, se pedían cadenas de oración por su recuperación, que al final no ocurrió. Cerca del mediodía de este viernes, sus colegas lo despidieron con aplausos y en silencio. Hicieron un cordón humano para que la camioneta utilitaria que llevaba su cuerpo pudiera salir del hospital, que era como su casa.
Fallas del sistema
El doctor Julio Picón, dolido por la pérdida de su colega, a quien vió por última vez en la guardia de esta madrugada, hizo alusión al número de casos que se incrementa día a día. Allí "te das cuenta que algo está fallando. Y después viene la noticia. Falleció Duré. Y pasa a engrosar una estadística fría, que no refleja el dolor que queda. Atrás de esto, tenés un montón de situaciones que bordean lo ridículo para un problema muy serio", escribió en su página de Facebook.
Fue ese un resumen de una serie de denuncias que se realizan en cadena desde hace varios días acerca de la postura asumida por el Gobierno del Chaco en el manejo de la pandemia.
Días pasados, en una carta que se hizo pública, compañeros del médico fallecido contaron que "Duré contrae el virus cuando intubó a uno de los tres pacientes en grave estado que habían estado en la Unidad Covid y que luego habían sido trasladados a la terapia convencional porque el primer hisopado resultó negativo".
Cifras alarmantes
Mientras todo ello ocurre, el Chaco aporta datos que sostienen el alerta. El senador correntino Martín Barrionuevo, que viene trabajando con las estadísticas de coronavirus en todo el país, informó ayer que el Chaco es la segunda provincia del país con más muertes por millón de habitantes, después de la Ciudad de Buenos Aires.
CABA con 103.1 y Chaco con 63.9 lideran la tabla que luego completan Buenos Aires con 21.9, Córdoba con 9.3 y Santa Fe con 1.1. El promedio nacional de Argentina es de 19, según los estudios de este especialista.
Capitanich tomó nota e intentó una última jugada, después de decir que ya no sabía qué otra medida tomar para doblegar la curva. Cerró el Chaco desde el pasado lunes y ayer bloqueó incluso varios ingresos al Gran Resistencia. No obstante la rigidez de las medidas, se reportaron hoy los primeros casos en El Impenetrable: confirmaron un caso en El Sauzalito y otro en Nueva Pompeya.
Estos positivos estarían relacionados con los viajes que entre el 5 y el 8 de junio hizo una comitiva oficial a esas zonas del interior chaqueño, acompañando a la titular del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI), Magdalena Odarda, quién dio positivo de coronavirus, al igual que otras tres funcionarias del gobierno local.
Hasta el mediodía de este viernes, Chaco registró 1.475 casos positivos de Covid-19, además de los 81 fallecimientos. De los casos positivos, 718 recibieron el alta clínica definitiva.
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