Coronavirus. Mozos con barbijos y locales "medio llenos": la nueva vida de los bares de Mendoza

MENDOZA.- Los mendocinos volvieron a brindar con vino y cerveza en lugares públicos, en medio de la pandemia desatada por nuevo coronavirus. Hubo reencuentros de amigos: los bares y restaurantes de la provincia, desde el jueves, ya pueden funcionar todos los días hasta las 23, como parte de las flexibilizaciones a la cuarentena que dispuso el gobernador Rodolfo Suárez. Sin embargo, en las últimas horas surgió un alerta, con la posibilidad de dar marcha atrás. Justo cuando miles de personas decidieron salir a comer y tomar algo durante la noche del viernes, las autoridades sanitarias informaban que se cortaba la racha de ocho días sin positivos: los integrantes de una familia contrajeron Covid-19, presuntamente por el contagio por un familiar que trabaja como transportista, lo que podría derivar en una infección masiva por los contactos estrechos que mantuvieron días atrás con otras personas.

Mientras, los tragos, pizzas, tapas y sandwiches calientes volvieron a las mesas, con no más de seis comensales, bajo reserva previa y con todas las medidas de distanciamiento, después de dos meses eternos. La capacidad de los locales no puede superar el 50%. Así, en el arranque del fin de semana, la gran mayoría de los locales que decidió abrir estuvo "lleno".

Los dueños de los negocios del rubro y los mozos, con barbijo y con alcohol en gel a disposición, toman y llevan los pedidos, aunque en algunos casos todo se maneja a través de aplicaciones móviles. Se trata de una nueva apertura en la capital provincial, luego de que el fin de semana anterior se habilitaran las reuniones familiares de hasta diez personas.

"Arrancamos bastante bien el jueves y este viernes teníamos todo a full, dando reservas para sábado y domingo. Lo que más se complica es que algunos entiendan cómo funciona el formato de reserva, pero lo bueno es que ya tenemos clientes confirmados para la semana que viene. En nuestro caso trabajamos con una web app con un código QR en la mesa donde los clientes tienen la carta y pueden pedir y pagar online, hasta en cuotas. No es necesario pararse a tomar contacto con nadie y hay un punto intermedio donde el cliente busca lo que solicitó", describe a LA NACION Andrés Civit, propietario del reconocido bar "Beerlin", donde la cerveza artesanal tirada es una fija para los mendocinos que recorren la Arístides Villanueva, el principal polo gastronómico de la capital provincial. "No hay que volver a lo que era antes. Por eso, todo lo que estamos viviendo sirve para evolucionar. Por ejemplo, el tema horarios; ahora todo es más temprano y eso está buenísimo porque arrancás y cerrás antes", compara el empresario.

Antes de sentarse, los clientes debieron mostrar las reservas y la coincidencia de la terminación del DNI con el día permitido para salir, además de llenar y firmar una declaración jurada para finalmente ingresar. Luego, fue todo un festejo de reencuentro, bajo las limitaciones lógicas del contexto que se vive en todo el mundo. "Estoy muy contento de volver de a poco a la rutina. Toda la asepsia se respeta entre cada mesa; es más, te limpian cuando entrás. Hasta es más riesgoso ir a un supermercado que venir a un bar. Estoy feliz con estar acá nuevamente", se alegra José Nocito, de 43 años, quien decidió salir a tomar algo con un grupo de amigos.

Carolina Tinnirello, de 22 años, celebra el regreso a las juntadas con papas y cervezas de por medio. "Estoy muy contenta de volver a juntarme con mis amigas. La medida me parece muy bien ya que en Mendoza hay muy pocos casos activos. La policía me paró camino al centro para pedirme la reserva y en el bar firmamos la declaración jurada, indicando si teníamos algún síntoma. La verdad es que todos los controles y las medidas de higiene se están cumpliendo", cuenta. "Hemos trabajado al 50 por ciento, con mucha gente que se quedó afuera por la capacidad que tenemos ahora, pero todas las medidas se están respetando. La gente quiere salir pero es importante cuidarse. Lo bueno también es que tenemos reservas para las próximas semanas", se entusiasma Carolina Paredero, encargada de la reconocida cervecería Antares.

Los grandes, en espera

Por su parte, durante la mañana del jueves se vivió el retorno de los cafetines. Desde temprano se observó el movimiento, sobre todo de los fieles clientes que ansiaban sentarse a tomar la bebida caliente y leer los diarios, antes de arrancar la jornada laboral.

También hay otra realidad, tal como contaron a LA NACION desde la Asociación Empresaria, Hotelero, Gastronómico y Afines (Aegha): la gran mayoría de los locales que comenzó a operar son "los más chicos" ya que los de mayor tamaño lo harían más adelante por los altos costos de mantenimiento, a la espera de mayores flexibilizaciones. Previo a esta autorización, los sitios gastronómicos sólo podían funcionar bajo la modalidad de retiro de la compra en el lugar, pero no permanencia.

En tierra cuyana, mientras se debate cómo seguir con la cuarentena administrada, ya está permitido hacer caminatas, running y ciclismo, además de las compras de manera presencial, también bajo el sistema de terminación de DNI. Se esperaba también para las próximas horas que empiecen a funcionar los shoppings, aunque puede ser una medida que se demore en concretarse, más allá de la aprobación que ya dio el Gobierno nacional.

En la provincia ya se detectaron 86 pacientes positivos de coronavirus, de los cuales nueve fallecieron. Todos los anuncios de flexibilizaciones fueron hechos en las sucesivas semanas de aislamiento por el gobernador, Rodolfo Suárez, con un mensaje claro: " El peligro está latente. Si bien en Mendoza tenemos controlada la situación, tenemos focos muy importantes y muy cerca. Hay que seguir cuidándose más que nunca", dijo esta semana el mandatario. Teniendo en cuenta los contagios conocidos en las últimas horas, existe la posibilidad de que las flexibilizaciones sufran una marcha atrás.

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