Coronavirus: la baja de casos le da tregua a las terapias intensivas, pero no la suficiente si hay otro rebrote
En la Ciudad de Buenos Aires hubo un descenso en la ocupación de camas, aunque en el gobierno se preguntan si alcanzará para hacerle frente a una nueva ola
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Después de varias semanas de crecimiento diario en la demanda de camas en las Unidades de Terapia Intensiva (UTI) porteñas parece llegar algo de alivio. “Los casos vienen bajando y se está empezando a copiar el descenso en la ocupación de las terapias intensiva”, dijo esta mañana el ministro de Salud, Fernán Quirós. La caída, incipiente, ¿será suficiente para darle respiro al sistema de salud ante un rebrote que se espera para los próximos meses?
En el Gobierno porteño evalúan que desde los días posteriores a Semana Santa se atravesó un período intenso con un elevado número de casos diarios y un promedio de 2800 nuevos contagiados cada 24 horas. En la actualidad la media móvil, es decir el promedio de casos de los últimos siete días (el dato más revelador para trazar un panorama de la situación real) indica que ese número bajó hasta los 2200, aunque todavía no lo suficiente como para afrontar una nuevo pico.
En el entorno de Horacio Horacio Rodríguez Larreta se preguntan si esta meseta de casos, aún en un nivel alto al igual que en todo el país que se sostiene por encima de los 20.000 casos diarios, aliviará las UTI. “Los casos vienen bajando, necesitamos sostener eso ya que apenas hemos descendido un 20% o 25% de lo que habíamos ascendido. Debe ser sostenido por mucho tiempo más para que las terapias intensivas puedan tener menos actividad”, sostuvo Quirós.
Según el último parte oficial, la ocupación de camas es del 80,4% en las áreas de cuidados críticos en el sector público (402 de 500 camas disponibles) por debajo de los valores máximos que tuvo su pico el 26 de abril cuando alcanzó el 83,5%, aunque en los sanatorios y clínicas privadas fue superior, por encima del 90%. El interrogante que también se plantea es si con la llegada de las bajas temperaturas el sistema trabajará más estresado que lo habitual.
La internación en UTIS de la Ciudad
“Cuando estás por debajo del 70% de ocupación hay margen para manejar la demanda en terapia intensiva. Entre 70% y 80% hay una situación de alerta amarillo y, por encima del 80%, es preocupante. Este descenso todavía no alcanza porque si se llena un piso o dos de cualquier hospital, sanatorio o clínica privada con pacientes con Covid-19, la terapia no alcanza”, explica Martín Stryjewski, jefe de internación del CEMIC y miembro de la comisión directiva de la SADI.
“La demanda bajó, pero si vuelve a crecer como hace dos o tres semanas, volvemos a la situación crítica. No creo que con esta baja haya cintura para manejar una nueva suba de casos”, agrega.
Stryjewski da como ejemplo lo que ocurre en el CEMIC de Recoleta. Las 13 camas disponibles en terapia intensiva (ocho para pacientes críticos y cinco de cuidados intermedios) están ocupadas con pacientes que requieren ventilación mecánica por padecer coronavirus y hay otras tres personas con respirador en salas comunes. En el CEMIC de Saavedra la situación llevó a expandir la UTI en la unidad coronaria.
“El número de casos está en una meseta alta con tendencia a bajar, pero la bajada de casos nunca se acompaña, en lo inmediato, con el descenso en la ocupación de UTIS porque ninguna persona sale en no menos de siete días y la merma se va dando más lentamente. No sabemos si llegamos al pico de casos porque puede haber un rebrote en el invierno; es esperable que suceda”, explica el infectólogo Eduardo López.
Para el experto, que forma parte del comité que asesora al Presidente, la clave es observar si la curva de contagios sigue en descenso o pega un salto brusco como ocurrió este año, lo que podría poner en aprietos aún más las áreas de cuidados intensivos. “Si se atienden muchos casos en períodos largos, no se satura el sistema, pero al contrario, como ocurrió en los últimos meses, se complica porque el crecimiento es muy empinado en corto tiempo y eso te pone al límite”, agrega López.
Las cifras siguen siendo comprometedoras, a pesar del leve descenso en los hospitales porteños. De acuerdo al último informe sobre ocupación que realizó la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI) el 30 de abril, la ciudad de Buenos Aires la ocupación de UTIS en ese momento rondaba el 96% entre el sistema público y privado, mientras que en el área metropolitana se encontraba en el 97%. El 64% de las instituciones relevadas (públicas 59% y privadas 68%) no contaban con ninguna cama disponible y el promedio de edad de los pacientes fue de 54 años.
La internación en UTIS del AMBA
En las curvas de internación se observa que el año pasado, cuando el promedio de edad de las personas ingresadas en UTIS era de 70 años en adelante, hubo meses con picos diarios más altos que en la actualidad, aunque el sistema nunca estuvo tan estresado como ahora. Hoy, según los especialistas consultados, los pacientes presentan mayor resistencia por tener menos años y, en consecuencia, ocupan las camas durante más días.
“Tenemos que bajar más los casos porque la época invernal traerá otras patologías. Hay que estar preparado para cosas peores, para mayor ocupación de pacientes Covid y otras enfermedades estacionales. El descenso de casos se detendrá lo cual genera un marco de preocupación”, admite el doctor Luis Cámera, secretario de la Sociedad Argentina de Medicina y miembro del comité de asesores del presidente.
Sin embargo, de acuerdo a proyecciones internacionales y si se cumplen con los recaudos sociales, Cámera vaticina que en junio y julio podría haber cierto margen en la demanda de pacientes con coronavirus. “Podemos tener un buen invierno, pero dependerá del comportamiento de la gente y que cumpla las normas. Una meseta alta implica seguir con medidas restrictivas. Nosotros estamos tratando de mitigar el virus porque no se puede combatir, de la única forma es con barbijo, con distanciamiento social y la vacuna”, agrega.