Coronavirus en la Argentina. Mayores de 70: la Ciudad insiste en que llamen antes de salir
Horacio Rodríguez Larreta y sus colaboradores terminaban de definir la letra chica de la polémica medida que busca que los mayores de 70 años permanezcan dentro de sus casas el mayor tiempo posible para evitar que se expongan al nuevo coronavirus. Si bien se había planteado que esos adultos estarían obligados a llamar al 147 para obtener un permiso antes de salir de compras o sacar a pasear a una mascota, se mantendría la necesidad de realizar esa llamada, aunque aquellos que no cumplan no serán penalizados y ni siquiera forzados a volver a su domicilio en caso de ser interceptados por un policía o agente estatal que constate que no se comunicaron.
El anuncio de la iniciativa que restringía la circulación de los adultos mayores, y que entra en vigor hoy, generó tal catarata de reacciones adversas que obligó a Rodríguez Larreta y a su equipo más estrecho a reunirse, videoconferencia de por medio, para evaluar los detalles de la medida pocas horas antes de su puesta en marcha. No sería la única modificación. Originalmente, la Ciudad planificaba sancionar con trabajo comunitario a quienes reincidieran en violar la nueva obligación; tras las críticas, se anunció que no habría penalidades, pero que los infractores deberían regresar a su casa si fueran detectados. Ayer, en cambio, dos funcionarios con acceso al despacho de Rodríguez Larreta confiaron que los mayores podrían acatar o no las sugerencias, sin consecuencias.
"El objetivo es generar la mayor cantidad de instancias de conversación y concientización con los adultos mayores sobre el riesgo de contraer Covid-19, porque son ellos los que desarrollan formas más graves de la enfermedad, necesitan internación e incluso asistencia respiratoria mecánica", dijo un funcionario con alta jerarquía en el gabinete porteño. "Cuando llamen al 147 trataremos de convencerlos de que no salgan y les ofreceremos la ayuda de voluntarios. Si no lo logramos, saldrá igual. Si en el camino un policía los frena y resulta que nunca llamaron, se les ofrecerá acompañarlos de regreso a su casa, pero si pese a todo insisten, podrán continuar", describió.
"Esta es una medida de disuasión, porque en esta pandemia lo que recomiendan los especialistas médicos es que se queden en sus casas. Si en la calle hay un adulto mayor sin el permiso, le informaremos que no es lo más recomendable. Solo eso. Y le vamos a sugerir que vuelva a su casa", explicó otro colaborador del jefe de gobierno.
Mientras avanzaba la videoconferencia, Rodríguez Larreta hizo pública una carta a través de las redes sociales:"Lo más importante es disminuir al mínimo posible las salidas a la calle. Y ese es el espíritu de la decisión que comunicamos el viernes, porque todos vemos que hoy hay mayor circulación de gente en la calle. Y eso significa mayor riesgo de contagio", dijo.
Y prosiguió: "Puedo entender que la comunicación pública de esta medida no fue clara al mencionar la palabra 'permiso'. Pero nuestra intención siempre fue, es y será ayudarlos a cuidarse. No buscamos controlarlos ni mucho menos restringir su libertad y su autonomía. Solamente les pedimos que nos llamen antes de salir para que podamos ofrecerles las alternativas que tenemos en la Ciudad para solucionar sus necesidades, minimizando así las salidas y sus riesgos".
En la Capital, 8 de cada 10 fallecidos por coronavirus son adultos mayores, recordaron fuentes oficiales. Por eso, para cuidarlos del contagio, al llamar al 147 se les pedirá el número de DNI y se les insistirá con que otra persona (que puede ser un voluntario, algún familiar o un vecino) realice la compra o el trámite en cuestión.
Una vez que comenzó a implementarse el aislamiento preventivo y obligatorio, la Ciudad creó el programa Mayores Cuidados, al que los adultos mayores pueden suscribirse para recibir la asistencia de voluntarios en el contexto de la pandemia. Actualmente, hay alrededor de 6000 vecinos inscriptos que reciben la ayuda de 34.000 personas que se anotaron para colaborar con ellos.
Marta Ortiz, de 77 años, fue una de las destinatarias de la medida que se mostraron en desacuerdo con la tramitación de un permiso especial. Desde su casa en Palermo resaltó a LA NACION: "Los viejos no vamos a salir a pasear sabiendo que tenemos que tener mucho cuidado. Me parece una falta de respeto a las personas mayores que han vivido tanto y saben de la responsabilidad que tiene cada uno". Y agregó, preocupada sobre las consecuencias para su salud física: "Para mí, ejercicio es salir a caminar cuando uno va a comprar". A Raúl Del Viso, otro vecino porteño de 77 años, el requerimiento de un permiso también la parece "extralimitado".
Eugenio Semino, defensor del Pueblo de la Tercera Edad, fue uno de los primeros en manifestarse en contra de la decisión del Ejecutivo porteño: "El adulto mayor no es un débil mental. Explicándole los riesgos y beneficios de la medida es la mejor forma para que las acate y las comprenda", opinó. Ayer, 20 personalidades de la cultura también expresaron su rechazo a la decisión oficial.
Viven en la Capital 490.000 mayores de 70 años, según datos oficiales. "No se trata de prohibir, se trata de proteger", dijo ayer por la mañana el vicejefe de gobierno porteño, Diego Santilli. Horas después, al cierre de esta edición, todavía se ultimaban los detalles y una posible suavización.
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