Coronavirus en CABA: las personas podrán quedarse hasta las 24 en bares, restaurantes, cines y teatros
El jefe de Gobierno porteño detalló que las actividades nocturnas de esparcimiento dejarán de funcionar a las 23 “y no se va a poder entrar”; preocupación en el sector gastronómico
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“Que bares y restaurantes cierren a las 22″, pedía la Provincia de Buenos Aires. “No, que cierren a las 24″, replicaba la Ciudad. El inminente anuncio de nuevas restricciones ante la segunda ola de coronavirus dejaba en evidencia una grieta a un lado y otro de la General Paz. Finalmente, el Gobierno nacional tomó el papel de juez y resolvió que las actividades nocturnas de esparcimiento dejen de funcionar a las 23.
Pero el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, detalló que “aquellos que para esa hora todavía estén adentro, pueden quedarse a terminar su comida o su función y no más tarde de las 24″.
Esta mañana, en conferencia de prensa, el jefe de Gobierno porteño explicó que, en cuanto a la medida tomada para controlar la nocturnidad, los bares, restaurantes, cines y teatros cerrarán sus puertas a las 23, tal como dispuso Nación, “y no se va a poder entrar”.
“Ahora, aquellos que para esa hora todavía estén adentro, pueden quedarse a terminar su comida o su función y no más tarde de las 12 de la noche”, agregó Rodríguez Larreta.
Según pudo saber LA NACION, el objetivo de la Ciudad es crear una especie de ventana horaria para darle tiempo a los consumidores y a los propietarios de los locales de que, de a poco y para las 0, los lugares de esparcimiento queden despejados y así se pueda cumplir con el espíritu de la norma nacional de que a tras la medianoche se restrinja la circulación hasta las 6.
En las últimas horas, parte del sector gastronómico había manifestado su preocupación por la posibilidad de que los locales debieran cerrar a las 22, como proponía de manera enfática el gobernador bonaerense Axel Kicillof.
Preocupación del sector gastronómico
“Hoy facturamos un 40% menos que en épocas de pre pandemia. Estamos endeudados y apenas cubrimos los costos. Si la restricción comienza a esa hora, es una sentencia de muerte”, dijo a LA NACION el empresario Martín Boer, dueño de Mudra, Tanta y La Mar, entre otros restaurantes.
La mesa de intercámaras conformada por la Asociación de Propietarios de Pizzerías, Casas de Empanadas y Actividades Afines (Appyce), la Asociación de Fabricantes Artesanales de Helados y Afines (Afadhya), la Cámara Argentina de Establecimientos de Servicio Rápido de Expendio de Emparedados y Afines (Cadesredeya), Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Cafés (Ahrcc) y la Asociación Argentina de Marcas y Franquicias (AAMF) manifestó su preocupación por las restricciones comunicadas por las autoridades nacionales.
“Entendemos que adaptamos toda la operación con estrictos protocolos y aforos reducidos, según las recomendaciones de los organismos de salud. Esto permite recibir a los clientes de forma segura”, se indicó a través de un comunicado. Las entidades aseguran que la industria gastronómica “no es fuente de contagios”, sino un sector que agrupa a más de 300 mil empleados y es uno de los motores de la economía nacional.
“El horario nocturno representa en promedio casi el 55% de la facturación del sector, cualquier tipo de restricción tendrá un gran impacto en la facturación y la rentabilidad de la industria”, aseguraron los dirigentes, preocupados ante la medida que comienza a regir mañana a las 23. Lorena Fernández, presidenta de Appyce, sostuvo: “El mensaje anunciado por el Gobierno no beneficia a las pizzerías y casas de empanadas porque el 70% de la facturación de nuestro sector se da por la noche”.
El pedido por ayudas económicas y asistencia financiera ante las nuevas restricciones se hizo eje común entre las cámaras relacionadas con el sector gastronómico. Fernández agregó: “Creemos que tanto el Estado nacional como los gobiernos provinciales y de la Ciudad son conscientes de la vulnerabilidad del sector gastronómico, con lo cual esperamos que este paquete de medidas que entran en vigencia mañana vengan acompañadas de un apoyo planificado, no solo económico para el sostenimiento de los puestos de trabajo (como lo fue el ATP oportunamente), sino de todas las cargas impositivas y sociales que de ello se deriva”.
Susana Perrotta, presidenta de AAMF, dijo que “entendemos la importancia de aumentar las medidas para preservar la salud de todos los ciudadanos, pero nos preocupa mucho el impacto que tendrá sobre un sector que ya está en estado crítico y que resultó uno de los rubros que más pérdidas sufrió tras un año de pandemia”.
Por su parte, Gabriel Famá, titular de Afadhya, indicó: “Hoy, la situación del rubro es delicada y la pandemia aceleró en muchos casos el cierre de los locales que ya venían golpeados por los avatares de la economía del país. Dependiendo la zona, tuvimos entre un 20% y 40% de menores ingresos, además que la materia prima se encareció muchísimo en este último tiempo”.
Y prosiguió: “Si bien la asistencia del Gobierno nacional con los ATP y el porteño con la exención del pago de ingresos brutos fue una ayuda, desde la Asociación manifestamos la necesidad de poder trabajar sin nuevas restricciones y cumpliendo, como siempre, con todas las medidas de prevención y protocolos vigentes. Si no trabajamos de noche será inviable que nuestras heladerías y fuerza laboral subsista”.
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