Coronavirus: qué actividades están provocando los contagios que aceleran la curva en el AMBA
Las reuniones sociales con más presencia de personas que lo admitido es solo uno de los focos de contagio de este rebrote
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Las cifras que cierran las últimas semanas no son alentadores y sirven para argumentar que la curva actual de casos diarios de Covid-19 asciende más veloz que la del año pasado durante el primer pico de la pandemia. La aceleración provocó que esta semana, con más de 22.000 positivos en 24 horas, se alcanzara el récord desde que se detectó el primer caso en la Argentina. Las restricciones en una nueva cruzada contra el coronavirus se orientaron hacia las actividades que provocan focos de contagios, al menos en el área metropolitana.
Las reuniones sociales con más presencia de personas que lo admitido, los encuentros nocturnos en bares sin cumplir con el distanciamiento social ni usar el barbijo y, en menor número, el regreso a la presencialidad en trabajos donde no se cumplen con los protocolos sanitarios se convirtieron hoy en los ámbitos más propicios para la diseminación del virus en la ciudad de Buenos Aires. La información surge de las entrevistas epidemiológicas que realiza el Ministerio de Salud porteño a los contagiados para trazar el recorrido de la enfermedad.
“La aceleración de casos es muy importante. El 65% a 70% de los contagios es de personas jóvenes de 15 a 40 años. Es transitorio porque esas personas contagian luego a personas más grandes. Lo que nos preocupa son los contagios en lugares cerrados”, suele decir el ministro de Salud de la ciudad, Fernán Quirós, al mostrar la foto de lo que está ocurriendo.
La lógica de esta curva, a diferencia de la primera ola que se expandió en la ciudad y el área metropolitana el año pasado, es que a pesar de la suba de contagios el promedio de fallecidos de acuerdo a la media móvil, es decir, la media de los últimos siete días, es notablemente inferior. Eso se debe, según los expertos, a la mayor incidencia de grupos jóvenes entre los contagiados y su relación con las actividades que realizan.
A fin de agosto de 2020, la media móvil era de 295 fallecidos mientras que la misma variable, pero de fin de marzo pasado fue de 130, incluso más baja que la del 1° de febrero cuando se ubicaba en 173. La tendencia se mantiene así desde enero y una explicación, según los expertos, es que la mayor cantidad de contagiados tienen entra 20 y 50 años, con mayor porcentaje de entre 30 y 40; la edad promedio de los fallecidos es de 72 años.
“Los más jóvenes son los que más vida social tienen en lo laboral y recreativo. Los más grandes están más temerosos y se guardan más, pero los jóvenes necesitan celebrar, tener otro tipo de vida social y eso nos preocupa. En una oficina, con protocolos, no es un problema, pero sí que se junten a toman una cerveza después del trabajo y sin cuidados”, explicó la infectóloga Elena Obieta.
En la provincia de Buenos Aires, principalmente en el conurbano, también se detecta un incremento de casos sostenido en las reuniones familiares con relajación de los cuidados, aunque también focos de contagio en el transporte público. “El principal motivo del aumento de casos es el gran caudal de circulación. Con tanta gente en la calle, el contagio es imparable”, sostienen desde la cartera de Salud provincial.
Para Obieta, en el transporte público “se deben rever algunas cosas y no relajar los cuidados” porque allí “probablemente se encuentre una de las causas” de este rebrote. “El virus no es como el mosquito Aedes aegypti que transmite dengue y que tiene hábitos más vespertinos porque pica durante las primeras horas de la mañana o en el crepúsculo de la tarde. Este virus pueda pasar de una persona a otra en cualquier momento del día o la noche”, puntualizó.
En agosto pasado, en pleno ascenso de la curva, los casos diarios en la provincia promediaban los 5800 mientras que en el área metropolitana eran 5300 y en el resto del país unos 490. A fin de febrero esas cifras pasaron a ser 2562, 1911 y 644, respectivamente, pero la imagen de fin de marzo es otra y más preocupante: 6020, 5160 y 848 casos diarios en promedio y en cada región.
“De noche la gente está más relajada, no usa barbijos, la distancia no se mantiene y hay mucha más informalidad, por eso es razonable que haya más contagios con ese foco específico”, opinó el infectólogo Lautaro De Vedia. “Lo mismo pasa con las reuniones sociales: hay mucha distensión porque la gente se junta para comer o beber. No hay que relajarse. Debemos mantener la distancia, hacer burbujas, tomar todas las medidas que sean necesarias porque de lo contrario la pandemia no se superará”, enfatizó.
La diferencia más importante entre 2020 y este año es la cuarentena estricta que se vivió al inicio de la pandemia en la Argentina que garantizaba poca movilidad y menor circulación del virus. La mayoría de las actividades continuarán abiertas, a pesar de las nuevas restricciones, y no se visualiza un confinamiento como el anterior.
“Las formas de contagios son nuevas porque hacemos cosas que no hacíamos el año pasado. No supone ninguna cosa rara, esto se da de acuerdo a una dinámica diferente a la de 2020”, sostuvo el infectólogo Lautaro De Vedia. Para el experto, desalentar las reuniones en lugares cerrados y la circulación es importante en esta instancia. “Cualquier medida que tienda a ser que circulemos menos, que estemos en menos lugares con concentración de gente, que utilicemos más barbijos y nos distanciemos más serán medida que contribuyan a reducir el impacto de los contagios”, concluyó.
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