Coronavirus en Córdoba. Los centros de estética reabrieron con rigurosos protocolos y menos clientes
CÓRDOBA.- Los temores y la angustia que despierta el coronavirus es uno de los temas más complejos en medio de la cuarentena por el nuevo coronavirus. Si bien muchas actividades ya fueron habilitadas, todavía los clientes no han regresado en los niveles similares a los de antes del pandemia. Desde hace casi un mes, en Córdoba están autorizados a funcionar los centros de estética (masajes, depilación, solárium) y, desde un poco antes, las peluquerías. Pero la concurrencia aún es baja pese a la multiplicidad de promociones y avisos sobre el cumplimiento de los protocolos.
"Llegás y el personal parece astronauta", grafica Romina Meta, que empezó a ir a los centros estéticos apenas los habilitaron. "Soy una fan y voy. En todos hay un protocolo; hay que sacar turno y no se puede ir sin avisar antes –cuenta-. Confío en los cuidados que se toman, se entra con barbijo, te hacen lavar las manos y te ponen alcohol en gel en las manos y en el cuerpo si la práctica es corporal. Además desinfectan el calzado y la cartera. Si se cumplen las medidas de seguridad, los riesgos se controlan. Hasta te piden que hagas transferencia o pagues con tarjeta si podés".
Carolina Peretti y Facundo Livio, profesionales del Centro de Medicina Estética y Fisioterapia Ámbar, señalan que atienden con un horario más reducido que antes de la pandemia, un paciente por hora por habitación y, en lo posible, evitan gente en la sala de espera aunque por la superficie del lugar pueden tener dos. Al ingreso hay alfombra salitizante, alcohol en gel, toma de temperatura y entrega de cofia, bata y cubre calzado para quien tiene turno.
"Nosotros atendemos con camisolín, guantes, barbijo tricapa y máscara –describe Peretti-. En el caso de masaje corporal es sin guantes y con manos desinfectadas. Cuando el paciente se va, se tiran las sábanas descartables que cubren la camilla y se desinfecta todo el espacio con alcohol al 70% y lavandina. Es todo un proceso".
La profesional admite que, al regresar a la actividad, no tuvo temor por ella sino por cómo se sentirían los pacientes. "Hasta ahora se muestran conformes con el protocolo. Los que no retomaron son quienes conviven con personas de riesgo o quienes no vienen al centro de la ciudad porque todavía no trabajan". Señala que vienen bien con los turnos, aunque no a niveles previos a la pandemia.
Verónica Fernández Vila nunca hizo teletrabajo, siempre concurrió a su empleo en una radio: "Teniendo miedo o sin miedo, tuve que presentarme porque mi contexto me lo permite; hace unos años tuve ataques de pánico y eso es un antecedente. Al espacio al que fui lo conocía. Ella hace estética y él hace fisioterapia, kinesiología y osteopatía. Está a 200 metros de mi casa, son serios y me dan confianza; ella está embarazada y redobla cuidados. Por eso fui. Para mí el cuidado personal es clave y cuando habilitaron los centros de estética ir se convirtió en un plan".
Temor
Fernández Lima afirma que "trabajó" para superar temores a los riesgos de su trabajo y lo mismo fue para volver a los tratamientos estéticos. "También se sumó el ser empática con quienes la pasaron muy mal porque estuvieron tres meses cerrados –agrega-. Todos los cuidados están respetados por ellos y por mí. Miedo nunca tuve; ir a la sesión era todo un plan porque respeté siempre la cuarentena. En el lugar sentí una especie de resquemor, pero no temor. Cuando salgo, lavo toda la ropa y me ducho. Es como recuperar la sensación de estar ‘desinfectada’".
Distintos espacios de estética consultados coinciden en que hay menos turnos dados que las posibilidades que tienen, y admiten que hay gente que todavía hay temor y reafirman que se trabaja menos que antes del coronavirus.
HWF es peluquería y centro de estética. Antes de reabrir recibieron cursos sobre cómo instrumentar y cumplir el protocolo. "Respetamos todas las medidas nosotros y hacemos que los clientes también las cumplan porque es la forma de seguir atendiendo –señala Héctor Pérez, dueño del lugar-. Lleva tiempo desinfectar y limpiar todo el espacio pero se cumple a rajatabla".
En el solarium Plaza España, las encargadas indican que la gente regresó porque está harta de estar adentro y hasta quiere verse bien: "Nadie duda que ayuda al ánimo". El protocolo es el mismo: tiempo libre entre clientes para limpiar todo, barbijo al ingreso, alcohol en gel y lo mismo a la salida. La desinfección de las camas está a cargo del personal del lugar.
"Si todos cumplen, iremos bien. Es la comprobación de que nos estamos cuidando entre todos y también de que hay necesidad de retornar a trabajar –enfatiza Meta-. Se nota que ellos se cuidan y también nosotras; es evidente el cuidado".
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