Coronavirus en la Argentina: con pocas ventas, reabrieron los comercios de la avenida Avellaneda
"¿Quiénes vinieron a comprar al por mayor?", le grita el encargado de un local de indumentaria femenina a la fila de clientes que espera sobre la vereda. Una de las últimas personas en llegar levanta la mano, y el comerciante la hace pasar primero. "Perdón, acá siempre tiene prioridad la venta mayorista" explica, y cierra la puerta. Se hacen las 11 de la mañana en la avenida Avellaneda, el horario estipulado para la reapertura de los negocios, y algunos locales comienzan a levantar sus persianas. La mayoría ya las había subido hacía un par de horas. Querían comenzar a relucir sus vidrieras y atraer clientes cuanto antes. Llevaban muchos meses sin poder trabajar como consecuencia de la cuarentena social y obligatoria por la pandemia de Covid-19.
Según estableció la Agencia Gubernamental de Control (AGC) del gobierno porteño, todos los comerciantes de la avenida pueden comenzar a atender al público a partir de hoy. Los compradores, por su parte, estarán regulados según su Documento Nacional de Identidad (DNI). Los días pares del mes, solo podrán acercarse las personas cuyo DNI terminen en par y, en el caso de los impares, la misma situación.
Con la apertura de los negocios de la avenida, algunas cuestiones de la nueva realidad de la zona se hicieron visibles. Una de ellas fue la cantidad de negocios que cerraron de manera definitiva. La otra, la falta de compradores al por mayor. A pesar de estos últimos solían representar la mayor parte de los clientes de los negocios de la avenida, y hoy solo fueron la minoría.
"Hasta que no vuelvan los micros que vienen desde el interior, esto no va a mejorar", explica Lorena, la dueña del local Buke, quién prefirió preservar su apellido. Su negocio, ubicado en la esquina de Avellaneda y Lamarca, se dedica a la venta de indumentaria de noche y vestidos de fiesta. Durante la cuarentena, sus ventas online solo llegaron a ser el 3% de su facturación media. "Son deudas, deudas y más deudas. Recibimos el ATP, pero no alcanza", dice. Tanto Lorena como su socia apuntan a poder remontar las ventas a partir de febrero, fecha en que esperan que comiencen a reanudarse las fiestas y los casamientos, y se efectúen aquellos que fueron suspendidos durante 2020.
"Vendemos bastante poco"
Del otro lado de la avenida, la dueña de un local, quien prefirió reservar su identidad, saca fotos a algunos de los tops y pantalones de su marca para exhibirlos en la página web. "La compra online no reemplaza la presencial. Vendemos bastante poco. No es lo mismo comprar una remera por internet, sin estar seguro de la calidad, que comprar 100", dice. Antes, el 80% de sus clientes eran de otras ciudades del país y viajaban a Buenos Aires exclusivamente para comprar ropa en esta avenida. Hoy, en cambio, las únicas cuatro personas que se acercaron al local fueron de la zona, y compraron una prenda cada una. "Solíamos poner mínimo de prendas en venta minorista. Si no fuera que estamos en crisis, ni las hubiéramos dejado comprar tan poco" , asegura.
Además de la falta de compradores mayoristas, los comerciantes de la zona también remarcaron la llamativa cantidad de locales que cerraron o decidieron no volver a abrir su venta al público. Algunos de los que permanecieron con las persianas bajas durante la jornada de hoy habían pegado un cartel promocionando su página de ventas online sobre la fachada del negocio. Otros, en cambio, tenían un cartel de alquiler.
Para Betina Aneles, una clienta que no pasaba por la zona desde que comenzó la cuarentena, la situación actual de la avenida es inédita. Aneles tiene un local de ropa en Merlo y, hasta hace cinco meses, solía venir a Flores con regularidad para comprar al por mayor. "No puedo creer que ese cerró. Yo le compraba siempre", dice, y señala hacia un local que tiene un cartel de "se alquila" sobre sus persianas bajas. Tanto para Aneles como para el resto de los comerciantes entrevistados por LA NACIÓN, nunca hubo tantos locales cerrados sobre la avenida como ahora.
"Estaban todos llenos antes de la cuarentena", afirma Shakira Williams, desde el fondo del local de valijas, carteras y accesorios en el que trabaja. A falta de ventas, los dueños del negocio decidieron reinventarse. Colocaron sobre la vidriera un cartel escrito a mano que dice "¡Nuevo! Vendemos útiles escolares y accesorios para celulares", y planean adentrarse en ambos rubros para evitar cerrar.
Fuentes de la Subsecretaría de Desarrollo Económico del gobierno porteño afirman que todavía no hay números oficiales sobre la cantidad de locales que han cerrado de manera definitiva.
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