AMBA: con contagios al nivel del pico de agosto, ¿la situación sanitaria es crítica?
Las cifras de casos diarios de Covid-19 en la ciudad y la provincia son similares a las que se alcanzaron durante el pico de la pandemia, que en el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA) se dio a fines de agosto y de septiembre pasados. El panorama preocupa a las autoridades y a los expertos consultados por LA NACIÓN, que estiman que el país atraviesa un rebrote y que, por el momento, la situación en cuanto a la disponibilidad de recursos sanitarios no es tan alarmante como la del invierno.
En ese entonces, el sistema público, del Gran Buenos Aires (GBA), en promedio, llegó a tener el 63% de las camas de terapia intensiva ocupadas, pero hubo picos del 80%. En la Ciudad, el promedio fue del 62%. Ahora, en el GBA, la ocupación de camas es del 58%, mientras que en el distrito porteño es del 28,8%.
Para explicar la diferencia, los expertos destacan dos motivos principales: en este momento, buena parte de los que se infectaron fueron jóvenes y los casos se mantuvieron en niveles altos durante solo tres semanas. Si esta inercia de contagios continuara, la situación podría agravarse, pero en los últimos días las infecciones se estabilizaron y mostraron un leve descenso. Sin embargo, la alta circulación del virus sigue provocando, en promedio, la misma cantidad de muertes por día que durante el invierno.
Eduardo López, infectólogo y asesor presidencial durante la pandemia, afirma que la Argentina está atravesando un rebrote de la primera ola y argumenta que el país tuvo una curva bimodal, porque cuando bajaron los casos en el AMBA, comenzaron a elevarse en las provincias del interior. Además, dice que los casos nunca bajaron lo suficiente como para considerar que la primera ola haya concluido. "En Europa los casos llegaron a un piso muy bajo y luego empezó la segunda ola. Acá, tuvieron un piso de 4000 por día, que no es nada bajo. Por eso, creo que tenemos un rebrote, pero de la primera ola", opina López.
Circulación
Analia Rearte, directora nacional de Epidemiologia e Información Estratégica del Ministerio de Salud de la Nación, señala que la situación epidemiológica actual es diferente a lo que sucedió durante el invierno porque, en ese momento, los casos ya venían en aumento desde mayo.
En relación a la ocupación de camas de terapia intensiva, explica que es un fenómeno posterior al aumento de casos. Es decir, primero se registra una suba de los contagios y luego, de las infecciones graves que requieren internación.
"En el AMBA el pico fue en agosto y septiembre, pero a nivel país ocurrió en octubre. Luego comenzaron a descender los casos hasta mediados de diciembre, mes en el cual comenzaron a aumentar, pero este aumento es todavía menor a lo registrado en octubre. Es decir, que nos encontramos con un mes de aumento de casos y con un pico menor al de octubre, en comparación con los cuatro meses de evolución de pandemia del año pasado. Es de esperar que si continua el aumento de casos, comenzaran a observarse más casos graves, y en consecuencia más ocupación de camas de terapia intensiva", analiza Rearte.
En relación a la franja etaria de los contagiados, la funcionaria señala que, en proporción, se observa un aumento de los casos en personas menores de 30 años en comparación con lo ocurrido durante el invierno, aunque esto no ha representado un descenso en las muertes diarias. Anteayer, se registraron 220 decesos en toda la Argentina a causa del coronavirus, que, en promedio, es una cifra similar a las que se vieron en agosto y septiembre a nivel país, aunque luego en octubre el número de fallecidos por día aumentó y tuvo, como media móvil, de 350 a 400 cada 24 horas.
"El aumento de la circulación del virus en personas jóvenes lleva a que personas de riesgo adquieran la enfermedad y aumente de esta manera la mortalidad. Es por esto que, para disminuir los casos graves y la mortalidad, debemos disminuir la circulación del virus", concluye Rearte.
Para tratar de entender por qué hoy hay un número similar de fallecidos que en el pico, pero menos camas de terapia intensiva ocupadas, Martín Stryjewski, jefe de internación de Cemic y miembro de la comisión directiva de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), explica que, es posible, que se esté limitando más el ingreso a las salas de terapia cuando ya no tiene sentido mantener al paciente con un respirador durante varios días. Otra hipótesis apunta a las personas que fallecieron por otras enfermedades preexistentes que, además, tenían coronavirus, y pasaron a formar parte de la lista de fallecidos con Covid-19, cuando no fue el virus lo que les produjo el deceso.
"Muchas veces, la familia misma te dice que no lo ventilen dos semanas en terapia intensiva. Hay pacientes graves que se internan en una sala general porque ya aprendimos cuándo tiene sentido llevarlos a terapia y cuándo no. Por eso, puede ser que se esté limitando más el ingreso a las terapias intensivas. Otra posibilidad es que la persona muera por un paro cardíaco o por un cáncer, pero le hicieron un hisopado y dio positivo, entonces pasa a la lista de fallecidos por Covid", argumenta Stryjewski.
"Cuestión semántica"
"Si estamos en la primera o segunda ola, creo yo, es una discusión semántica", indica Jorge Aliaga, exdecano de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA y asesor de la provincia de Buenos Aires en el manejo de la pandemia. "La realidad es que los casos subieron de manera pronunciada. De todos modos, si miramos solo el dato de los casos, nos podemos equivocar feo", agrega.
Los contagios pueden subir o bajar por cuestiones circunstanciales, como, por ejemplo, las fiestas de fin de año, el funeral de Diego Maradona o las marchas a favor y en contra de la legalización del aborto. También varían según la capacidad de testeo que tenga cada distrito. Por ejemplo, en la ciudad, en agosto se hacían 6000 testeos diarios y ahora esa cifra es de 15.000. Es decir, en un contexto en donde los casos están en alza, mientras más tests se hagan, más casos se van a confirmar. Entonces, las variables que entregan datos más robustos para analizar la situación sanitaria, según Aliaga, son los fallecidos y las camas ocupadas de terapia intensiva.
"Si bien también hay errores y atrasos en la carga de los fallecidos, no deja de ser un dato mucho más descriptivo de la situación actual que el número de casos confirmados. Las camas ocupadas de terapia también son un dato importante. Si bien también puede tener un margen de error, es mínimo y la información se actualiza todos los días", agrega Aliaga.
¿La situación sanitaria es mejor o peor que la de agosto?
En el distrito porteño, el 28 de agosto el índice de letalidad era de 2,43%, mientras que hoy es de 3,09%. Aunque, según Gabriel Batistella, subsecretario de Atención Primaria, Ambulatoria y Comunitaria de la Ciudad, "las curvas de letalidad, en general, en todos lados van en aumento. Primero, debido a que el registro (de los fallecidos) es más lento y el impacto de las muertes siempre son posteriores a los picos". Anteayer, la Ciudad informó 1160 casos y 14 fallecidos, mientras que en esa fecha de agosto había reportado 1430 y 21 decesos.
Si el dato de la letalidad no muestra grandes cambios entre agosto y septiembre del año pasado en la ciudad y lo que se está viviendo ahora, la ocupación de camas de terapia intensiva con pacientes que atraviesan un cuadro grave de coronavirus, sí evidencian, hasta el momento, una gran diferencia.
Durante el pico del año pasado, en el sistema público de salud porteño, las camas destinadas a pacientes con cuadros graves de coronavirus tenían una ocupación del 58%, mientras que la cifra actual es del 28,8%.
"Es difícil decir si estamos o no en una segunda ola. En diciembre la medía de casos fue de 300 por día. Luego se disparó a 900 y ahora llegamos a los 1200, que es la media móvil. Hubo un día de 1500, similar al pico de agosto. Todo indicaba que iba a haber un rebrote, pero en la última semana empezó a haber una tendencia hacia la baja, que coincide con el momento en el que se tendría que acabar el resabio del descontrol de fin de año", detalla Batistella.
El funcionario señala que, en buena medida, ahora hay menos camas de terapia intensiva ocupadas porque la gran mayoría de los contagiados tienen menos de 40 años. "En agosto, 1500 casos significaban un porcentaje altísimo de camas de terapia intensiva ocupadas, hoy no pasa eso y que haya más personas jóvenes infectadas, es una de las razones que explican esta situación".
Y agrega: "Actualmente, el foco de contagios son los encuentros privados, sobre todo en la zona norte de la ciudad, que es donde hoy tenemos más casos. Por eso, también es posible que en este momento de la pandemia el sistema privado de salud se tense un poco más que el público".
¿Qué sucede en la provincia de Buenos Aires?
En la provincia, la situación es parecida. El viernes reportaron 4117 casos. Algo similar al pico que se registró a fines de agosto, cuando, en promedio hubo 5000 contagios por día, aunque también se notificó un alza de 7486 infecciones en 24 horas.
Leticia Ceriani, subsecretaria de Gestión de la Información, Educación Permanente y Fiscalización del Ministerio de Salud bonaerense, señala que si bien ahora los casos volvieron a encontrar una meseta, si se mantiene este nivel de contagios, el sistema de salud podría empezar a tensarse.
"Tuvimos un ascenso muy significativo de casos, en cantidad y velocidad. Ahora ese ascenso se frenó. El índice de letalidad no varió mucho con respecto al de agosto, pasó del 3% al 3.11%. Este aumento de casos tampoco se vio reflejado en las camas de terapia intensiva. En promedio, en toda la provincia, están al 50% de ocupación. En el GBA, esa cifra asciende al 58%, pero hay municipios más cercanos al 40%. A fines de agosto, llegamos a tener el 80% de las camas ocupadas", indica Ceriani.
¿Por qué con la misma cantidad de casos, los números de ocupación de camas son tan distintos a los del año pasado? Ceriani cree que, fundamentalmente, la diferencia en la cifra se debe a que, no solo los equipos de salud tienen mayor experiencia para curar a los pacientes, sino que, además, este alza en los casos duró poco tiempo, unas tres semanas, mientras que el año pasado el sistema de salud estuvo bajo tensión durante meses. Por eso, es vital que los casos continúen bajando, de ese modo, se evitaría llegar a una situación compleja, tal como se vivió en el invierno que pasó.
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