En el área metropolitana la ocupación de camas alcanzó los niveles más altos de toda la pandemia; falta de oxígeno, reprogramación de cirugías y demoras en la atención médica, las otras variables críticas
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La disponibilidad de las salas de terapia intensiva se encuentra en el momento más crítico desde que comenzó la pandemia de Covid-19, pero no es ese el único síntoma de un sistema sanitario al borde del colapso en el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA). Si el nivel de internación mantiene la misma frecuencia y no baja la cantidad de casos y la circulación del virus, las ambulancias se convertirán en hospitales móviles y no podrán asistir a las personas que demanden atención, mientras atienden en su interior las diferentes patologías que presentan los pacientes y transitan por las calles hasta encontrar una cama disponible.
La advertencia surge del sector privado, de las clínicas y sanatorios del AMBA, que se encuentran al límite de su capacidad con una ocupación promedio del 95%, y con establecimientos que ya no pueden recibir más pacientes, pero se amplifica hacia los hospitales públicos donde la demanda está creciendo a gran velocidad. En la Ciudad de Buenos Aires, según el último parte oficial, la ocupación de camas en las Unidades de Terapia Intensiva (UTI) es del 84% (378 sobre 450) cuando hace 20 días era del 45,5% (205 sobre 450). La demanda supera, día a día, los valores máximos desde el primer caso de coronavirus detectado en el país.
Sin embargo, esta no es la única señal hacia la saturación en el AMBA. En la provincia de Buenos Aires la atención respiratoria es crítica con un aumento del 330% en el consumo de oxígeno por lo que el Ministerio de Salud puso en marcha la producción en hospitales y adquirió 3000 concentradores de oxígeno. Además, a la suspensión de las cirugías que no son urgentes y la reprogramación de turnos se suma el cuello de botella en la atención médica telefónica y a domicilio, una secuela directa de la infraestructura al límite, y el consecuente faltante de personal de salud cuando se agregue más camas en las UTIS.
“El sistema está más comprometido que la semana pasada, técnicamente, en saturación, con mayor cantidad de ingresos que de altas diarias”, revelan desde el sector privado, considerando las internaciones por Covid-19 y el resto de las patologías. “Cuando un sistema colapsa las ambulancias se convierten en hospitales móviles, con los médicos atendiendo a los pacientes en la puerta de los hospitales. Estamos en el máximo estiramiento posible”, advierten. Para graficar la situación, un ejemplo: en un día habitual prepandemia una ambulancia podía trasladar seis o siete pacientes en un turno de ocho horas; actualmente traslada uno o dos en ese mismo lapso.
La única respuesta a si estamos más cerca de un colapso la dará los casos diarios. En base a un cálculo matemático, las instituciones privadas trabajan con proyecciones para saber cómo responderá el sistema de acuerdo con los ingresos y egresos, sobre todo, en los meses más problemáticos cuando la ocupación puede llegar al 93% con patologías estacionales vinculadas con el frío. “Se trabaja con la infraestructura estresada aunque oxigenada por las altas diarias. Si a esa ecuación matemática se le aplica la pandemia, la ecuación se rompe”, sostienen.
Lo que está ocurriendo en el área metropolitana va en línea con la proyección matemática que realizó LA NACION, publicada la semana pasada, en base a la información oficial disponible. El análisis, que se realizó teniendo en cuenta que se mantiene la frecuencia actual de ocupación de camas de terapia intensiva con la misma cantidad de plazas disponibles, dio como resultado que la saturación del sistema en la ciudad de Buenos Aires sería entre el 26 de abril y el 3 de mayo, es decir, esta semana. Mientras que en los 40 municipios del AMBA, el tiempo crítico sería entre la primera y segunda semana del mes próximo, o del 4 al 11 de mayo. El escenario podría variar si se amplía la oferta de camas en cualquiera de las dos jurisdicciones, o si se modifican otras variables.
Para la Asociación de clínicas, sanatorios y hospitales privados de la República Argentina (Adecra) el sistema está funcionando tensionado y estresado, aunque para llegar al colapso debería haber un efecto multicausal, es decir, sin disponibilidad de camas, falta de oxígeno y de drogas utilizadas en UTIS y escasez de respiradores, entre otras. “Hay una gran expectativa por el amesetamiento de los casos, a pesar de ser un número alto, porque eso nos podría liberar el cuello de botella en las UTIS”, admitió Jorge Cherro, presidente de la entidad. “Hay sanatorios de primer nivel de la Ciudad de Buenos Aires y el primer cordón, las más buscadas por pacientes con buena cobertura médica, que están con gran cantidad de pacientes Covid, aunque no colapsados”, agregó.
Conurbano crítico
“La situación es de colapso inminente, si no es ahora es en los próximos días, tanto en Tigre como en los municipios aledaños. La ambulancia se convertirá en la habitación del paciente, vamos camino a eso”, vaticina Fernando Abramzon, secretario de Salud de Tigre. En cuatro semanas los contagios semanales en el distrito tuvieron un salto de 165% lo que llevó al municipio a endurecer las medidas de control de circulación y prohibir las actividades en parques y centros comerciales. Resulta muy difícil conseguir una cama de cuidados intermedios. Entre el 40% y 50% de los pacientes son de obras sociales que están colapsadas y las personas quedan en el sistema público”, agregó el funcionario.
Frente al ingreso de la guardia respiratoria del Hospital Municipal San Cayetano, en San Fernando, el personal descarga cajas con ampollas de sedación. Hasta hace semanas, la ocupación de las camas de internación era de un 60%, pero hoy ese número ascendió a 80%. Por ahora, en el hospital pueden dar respuesta a los casos de Covid positivo, pero Marcelo Campos, el secretario de Salud del municipio, advierte: “Si no se endurecen las restricciones no va a colapsar solo San Fernando sino todo el país”.
“Tuvimos que trasladar a dos pacientes al hospital [Petrona V. de] Cordero, porque allí quedaba oxígeno”, dice Campos, y explica: “Lo que está pasando es que las empresas distribuidoras no tienen capacidad de oxígeno entonces no te completan la carga, y, en paralelo, la demanda se triplicó porque el 80% de los pacientes son respiratorios”. Entre el Cordero y el San Cayetano, hay 210 camas.
La terapia intensiva del Hospital Domingo Angio, en José C. Paz, está ocupada en un 95%; en la internación general, en un 90%. “La problemática empezó la semana pasada por aumento de la demanda. Los pacientes crecieron en número y en patologías entonces se superpusieron con los que se estaban recuperando y no alcanza el oxígeno”, indica el secretario de Salud de esa intendencia, Celestino Saavedra, que, al igual que su par de San Fernando, advierte el problema con la provisión del insumo. “El proveedor nos deja un 30% o 40% del tanque cargado y eso nos alcanza para tres días, pero si colapsa el sistema no nos alcanza el aire”, dice y da el ejemplo de lo que ocurrió el lunes cuando debieron derivar ocho pacientes a distintos centros asistenciales de la provincia y otros diez al Caporaletti, otro hospital de atención Covid de José C, Paz.
La Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI) también lanzó una dura advertencia sobre la situación crítica en el AMBA. Según su último relevamiento, realizado en 54 UTIS, la ocupación alcanza al 96%, más alto que el 76% que difunde oficialmente el gobierno bonaerense, y más de la mitad de los hospitales y clínicas relevadas en el no dispone de camas libres.
Ocupación proyectada en AMBA
Según SATI, que también alertó por el alto grado de agotamiento del personal de la salud, solo en el 4,44% de establecimientos del sector privado del AMBA hay camas libres. La disponibilidad es mayor que en el sector público donde es de apenas el 3,17%. “A la limitación de la infraestructura en hospitales públicos y clínicas privadas debe sumarse la del personal de la salud, principalmente terapistas, que necesitan hasta cuatro años para capacitarse”, sostuvo Rosa Reina, presidenta de la SATI.
La Plata, Ensenada, Lanús, José C. Paz, Tigre, Lomas de Zamora, Quilmes, La Matanza, Ituzaingó, Escobar, Pilar y Merlo son solo algunos de los municipios con problemas de disponibilidad de camas o de insumos, como el caso del oxígeno que, por el momento y según fuentes del sector de la salud pública y privada, no es un bien escaso en la Ciudad de Buenos Aires. Sin embargo en territorio porteño también la operatividad está al límite, como en el caso del Hospital de Clínicas, de la Universidad de Buenos Aires. “Hay un porcentaje total de ocupación en internación del 78% mientras que en la UTI llega al 100%. En ambos casos más del 60 % corresponde a pacientes con Covid-19 y a otras patologías. Se cuenta con esta por la decisión de postergar cirugías y otras cuestiones médicas no urgentes”, comunicaron desde el hospital.
Ocupación proyectada en CABA
Otra problemática que se suma a la crisis sanitaria es el aumento de los valores en las drogas utilizadas en las salas de terapia intensiva. “El costo diario para la atención de los pacientes es entre $90.000 y $120.000 originado, en gran parte, por el aumento desmedido del valor de drogas que se utilizan para estos pacientes (Atracurio, Midazolam, Pancuronio, Fentanilo y Propofol) así como los descartables y equipos de protección personal”, explican desde el Hospital de Clínicas. Otros hospitales y clínicas advirtieron la misma situación.
Informe de Inés Beato Vassolo
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