Coronavirus. Carl Zimmer: “Nunca fue cierto que los adultos jóvenes no tenían que preocuparse”
"Hay un gran debate sobre la utilidad de los respiradores", explica, en medio de la pandemia por coronavirus. "No es ni nunca fue cierto que los adultos jóvenes no tenían que preocuparse", sostiene. "Todavía no se sabe si será seguro enviar a los niños a la escuela", analiza. "No sabemos qué representa este nuevo coronavirus para nuestra inmunidad", plantea.
Es Carl Zimmer quien lo dice, el columnista de ciencia de The New York Times, unos de los periodistas en ese campo más respetados de Estados Unidos y autor de trece libros, entre ellos, A planet of viruses (Un planeta hecho de virus), donde cruza de manera apasionante la medicina con la biología y las ciencias naturales con destellos sobre la condición humana.
Zimmer es profesor en el departamento de Biofísica Molecular y Bioquímica de la Universidad de Yale, donde enseña escritura científica. Ha recibido numerosos premios, entre ellos el Stephen Jay Gould Prize que entrega la Sociedad para el Estudio de la Evolución.
En una entrevista en el programa La Repregunta, que se emite todos los viernes a las 21 por LN+, Zimmer reflexionó sobre el desconcierto y los desafíos que plantea la irrupción del coronavirus. Aquí, algunos de los principales tramos:
-Hace unos días, en twitter, usted le planteó una pregunta a los virólogos: si existe otro virus tan raro en relación a la amplitud de síntomas que produce. ¿Deberíamos cambiar nuestra forma de concebir el coronavirus? ¿Sigue siendo una enfermedad respiratoria o no?
-Hay muchas cosas que nos están causando sorpresa. Se pensaba que era simplemente una enfermedad de los pulmones, pero luego se hizo evidente que causaba muchos otros síntomas. Quienes se enferman con Covid-19 desarrollan a menudo serios problemas renales, a veces problemas graves con la coagulación sanguínea que pueden llevar a ACVs en personas jóvenes.
-¿Es habitual que un virus pueda causar tal variedad de síntomas?
-No diría que se trata de un virus totalmente distinto a lo que conocemos: es un virus y hace lo que todos los virus hacen, que es infectarnos. Lo que sucede es que los síntomas específicos que causa y los riesgos son nuevos. No hay un manual que nos diga qué hacer o qué esperar de este virus. Es muy frustrante también porque gran parte de la práctica médica habitual no parece funcionar de la manera deseada. Por ejemplo, hay un gran debate sobre cuán útiles son los respiradores para ciertos pacientes. El cuerpo está interactuando con el virus de muchas formas. La infección no comienza en los pulmones: los científicos están viendo cómo ingresa por la nariz y termina afectando los pulmones. Pero tal vez haya receptores o proteínas de superficie en las células o en otras partes del cuerpo, en los intestinos o en los riñones, a los cuales el virus pueda ser capaz de adherirse. Después de generar los síntomas en los pulmones, tal vez es capaz de seguir adelante y causar otros síntomas. Mucha gente que se enfermo con Covid-19 afirma haber tenido diarrea, tal vez porque el virus logra llegar al intestino. En relación a los riñones, algunos pacientes han tenido que hacerse diálisis.
El debate sobre los respiradores
-Cuando la pandemia empezó, hubo una especie de guerra por los respiradores. Ahora que se conocen más síntomas, ¿habría que empezar a preocuparse por equipos para diálisis, por ejemplo, y no solo por respiradores?
-Todavía sigue siendo un tema de debate cuándo es el momento correcto para conectar a un paciente con Covid-19 a un respirador. Algunos médicos sugieren que deben usarlo lo más temprano posible y otros dicen que no todos encajan en el perfil del paciente que hubiera requerido un respirador. Los síntomas son más parecidos al mal de altura. Los pacientes con Covid-19, aunque muestran niveles bajos de oxigenación en sangre, que no pueden llevar aire suficiente a sus pulmones, todavía tienen la capacidad de expulsar el dióxido de carbono, y eso es un factor muy importante cuando hablamos de los pulmones pues de otra forma la sangre se vuelve tóxica. Es lo que uno experimenta cuando se sube a la cima de los Andes, y eso se trata de otra manera. A alguien que sufre mal de altura no se lo conecta a un respirador. Es posible que sea mejor algún otro tratamiento alternativo y, entonces, no se necesitarán tantos respiradores pero es demasiado temprano para afirmarlo.
-Según el director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de EEUU, Anthony Fauci, el Remdesivir, el antiviral usado para el Ebola, está funcionando realmente muy bien. ¿Está de acuerdo?
-Tendríamos que ver los resultados en detalle. Algo muy importante a considerar es que estos son resultados de pruebas clínicas aleatorias. Ese es el standard para entender qué tratamiento funciona o no con una enfermedad. Según el Dr. Fauci, la tasa de mortalidad de los que recibieron el placebo fue de un 11 % y la tasa de mortalidad de los que recibieron Remdesivir fue del 8 %. No hay una diferencia estadística significativa aún, pero se está acercando. Y también el tiempo promedio que los pacientes estuvieron enfermos con Covid-19 se redujo en varios días. Habría una diferencia significativa. Son buenas noticias pero es obvio que no constituye una panacea. Muchas personas que recibieron Remdesivir igual fallecieron. Lo significativo para mí es que esta fue la primera droga que ha demostrado realmente algún efecto contra el Covid-19 en una prueba clínica aleatoria.
-Usted publicó recientemente un artículo titulado "Viejos medicamentos podrían encontrar un nuevo propósito: combatir el coronavirus", por ejemplo antipsicóticos.
-Existen drogas que venimos usando desde hace años o décadas para la esquizofrenia, alergias, el cáncer, drogas ya establecidas, algunas de las cuales ya están en ensayos clínicos contra otras enfermedades. Y resulta que al probarlas sobre las células en laboratorio, pueden detener el virus. Parecen ser mucho más potentes que el Remdesivir. Deben ser probadas en animales y luego en pruebas aleatorias sobre seres humanos para ver si realmente funcionan.
-Durante el principio de la epidemia se insistió con que los jóvenes no eran tan afectados. ¿Los nuevos datos y síntomas están sugiriendo un escenario distinto?
-Inicialmente, cuando todos miraban los datos de China, se podía ver que la gente mayor tenía un factor de riesgo más alto que los jóvenes. Y eso se fue simplificando hasta que se dijo que los jóvenes no tenían por qué preocuparse. Pero esto no es así y nunca lo fue. Los adultos jóvenes pueden enfermarse gravemente. Tenemos informes de EE.UU. de jóvenes que sufren ACVs por causa del Covid-19. Jóvenes que van al respirador y no logran salir y mueren. Es una enfermedad que debe tomarse muy en serio no solo para evitar que la gente mayor se enferme sino para que todos nosotros evitemos enfermarnos. Parece que los niños muy raramente desarrollan síntomas serios. Es poco probable que mueran por Covid-19. Nadie sabe por qué.
Niños y jóvenes, ¿afectados
-Están surgiendo nuevos datos que muestran que los niños no son tan capaces de contagiar. ¿Qué información tiene al respecto?
-Hay un debate en desarrollo sobre si los niños se infectan y pueden contagiar el virus a sus familias. Es una pregunta enorme porque si queremos pensar en volver a abrir las escuelas, ¿estaríamos poniendo a mucha gente en riesgo? O tal vez no es para preocuparse porque los niños no se enfermarán y no contagiarán a nadie. Necesitamos una respuesta a eso o podríamos cometer un gran error. Es terrible que no podamos enviar a los niños al colegio, tenemos que solucionarlo lo más rápido posible siempre que sea seguro. Pero no sabemos si será seguro.
Certificados de inmunidad, el debate
-Se debate la emisión de certificados de inmunidad para flexibilizar la cuarentena. ¿Se crea inmunidad una vez recuperado?
-Este virus nunca antes había afectado a nuestra especie: lo único que podemos hacer es verlo desde la perspectiva de otros virus conocidos. Con otros virus la inmunidad es un tema muy complejo. Por lo tanto, no sabemos qué representa este nuevo coronavirus para nuestra inmunidad. La mejor hipótesis de los expertos es que probablemente las personas podrán tener uno, dos, o tres años al menos de protección futura. Sería ideal y muy auspicioso para las vacunas. Pero sería un error si nos apresuramos y decimos que si uno estuvo expuesto al virus y tiene los anticuerpos, uno se vuelve invencible. No sabemos eso.
-¿No estamos preparados entonces para recurrir a certificados de inmunidad?
-Sería seguro decir que tal vez 5, 10 por ciento de la gente, según el lugar, pudo haber estado expuesta al virus y tendría permiso para volver a trabajar y el resto debería quedarse en sus casas. Sería muy difícil sostener una economía con solo 5 por ciento de la población. No funcionaría. Lo que los científicos vienen proponiendo, por otro lado, es que cuando las cifras bajan en un país o en una jurisdicción durante un tiempo, cuando se puedan aplicar suficientes pruebas como para ver si hay nuevos brotes, entonces se puede probar con una apertura gradual. Y si surgen nuevos brotes, hay que detenerlos de inmediato. Eso requiere hacer tests masivamente y también requiere un rastreo de los contactos y cuando se encuentra una persona infectada, se investiga con quién tuvo contacto durante, digamos, más de diez minutos durante los últimos días.
Un planeta hecho de virus
-¿Cuántos virus hay en nuestro planeta? ¿Se conoce un número?
-Son estimaciones. Si uno toma una cucharada de agua, tenemos innumerables virus solo en esa cucharada. Los científicos recurren a ese tipo de mediciones para establecer cuántos virus existen en la Tierra. Básicamente, tenemos que tomar un 1 y agregarle 31 ceros. Son los organismos vivos más abundantes en la Tierra. Hay muchísimos más virus que bacterias, muchísimos más que especies animales, y son muy diversos genéticamente. Algunos científicos dicen que existen trillones de especies de virus y solo hemos podido describir unos cuantos miles de ellos. Nos va a tomar siglos poder describir toda la diversidad de virus.
-¿Los virus están vivos o muertos, o están en algún lugar en el medio? Porque existe un debate científico sobre este tema.
-Sí, hay un debate científico de larga data. Tiene que ver más con cómo definimos la vida que con lo que uno piensa que son los virus. Los virus evolucionan, se adaptan para replicarse cada vez más. Si analizamos la manera en que evaden nuestro sistema inmune, pueden ser muy astutos. Pero no tienen otras cosas que sí tienen las células o las bacterias o nosotros. No crecen, no comen, mayormente, solo entregan genes a las células y las células hacen más copias de ellos. Si con eso no alcanza, pues no, entonces no están vivos, pero para mí son ciertamente una parte de la vida.
-¿Son inteligentes dado su habilidad de vivir en otro ser o su capacidad de supervivencia?
-El coronavirus del Covid-19 tiene solo 29 genes. Nosotros tenemos arriba de 20 mil genes. Y aun así, estos pequeñísimos 29 genes alcanzan como para parar a toda nuestra sociedad global. Eso es impresionante. Y es interesante la idea de que nuestro cuerpo, aun cuando estamos sanos, alberga a muchos virus. Muchos de esos virus, trillones de ellos no infectan nuestras células sino las bacterias que todos tenemos. Seguramente son muy importantes para nuestra salud porque mantienen a raya a todas estas bacterias infectándolas y matándolas. Tenemos que agradecer a esos virus que viven dentro nuestro en gran parte por nuestra salud.
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