Coronavirus. Aunque crecen los contagios, la costa atlántica se ilusiona con tener una buena temporada de verano
PINAMAR.- Una jornada soledad, brillante. Soñada. Unos pocos vecinos caminan por la costa, dueños de un escenario fantástico para este invierno. El sonido de las olas que rompen suave se pierde entre los martillazos sobre clavos que perforan la madera en el parador San Javier. "Hay que confiar, tenemos que estar listos y preparados para lo que venga", cuenta a LA NACIÓN el responsable del lugar, Adrián Calabrese, que puso manos a la obra para acondicionar en instalaciones acordes a una temporada hoy signada por la incertidumbre y condenada a privilegiar la distancia social. Sí, también en las playas.
Un canto vivo a la ilusión la actitud de este concesionario cuando todavía falta mucho para el verano. Quizás no tanto en el almanaque, ya que a esta fecha en años anteriores se empieza a mover el mercado de consultas y primeras reservas. Resta todavía más para saber cuáles serán las condiciones reinantes cuando se acerque diciembre, fecha en que carpas y sombrillas reciben a los primeros turistas.
Dudas que pasan por lo sanitario, con un país que por estas últimas horas vive picos de contagios sin todavía encontrar el techo. Y destinos de la costa atlántica que mientras proyectan protocolos como anfitriones de visitantes no escapan a una escalada local del nuevo coronavirus, con mayoría de las localidades balnearias en su mayor número de casos -y curva en alza- desde el inicio de la pandemia. Mar del Plata pasó de 60 casos en poco más de tres meses a casi 2000 en 50 días. Y distritos que contaban positivos con dedos de una mano ingresaron en clima de preocupación: durante las últimas cuatro semanas Pinamar sumó casi 200 casos; Villa Gesell tiene 25 activos y ahora son 17 los de General Alvarado.
Distanciamiento, hasta en las playas
Los concesionarios de balnearios en Mar del Plata presentaron hace poco más de una semana su propuesta de protocolo sanitario, con algunas condiciones que ajustan el servicio habitual a los nuevos tiempos. El municipio se los acaba de rechazar por recomendación de la Secretaría de Salud. Hay que pensar más cómo distanciar en propuestas tan masivas.
Aun así el sector está moviendo su producto y vende sombra sin tener definido qué servicio podrá prestar a sus clientes. Por ejemplo, si se podrán usar los vestuarios. O si se dispondrá de otros amenities de la oferta de playa privada, como son las piscinas, gimnasios y espacios de recreación para niños y adultos.
Las inmobiliarias reciben consultas pero todavía no tienen operaciones de alquiler definidas. Incluso las viviendas tendrán un alistamiento demorado ya que la mayoría de los propietarios no puede ingresar a los destinos de veraneo salvo razones de urgencia o fuerza mayor.
Mientras estos distritos balnearios se cierran, imaginan opciones para cuando toque recibir turistas. Por ejemplo, el intendente de General Pueyrredon, Guillermo Montenegro, deslizó que si la temporada comenzara hoy se exigiría un testeo previo a cada foráneo que quiera ingresar a Mar del Plata. El método generó dudas entre operadores turísticos locales y cuestionamientos de especialistas en salud.
Calabrese tiene claro que la temporada que viene, en las circunstancias que se dé, requerirá de espacios al aire libre y garantías de distanciamiento. Por eso aprovechó esta ventana de buen clima para acondicionar el deck del espacio gastronómico de su parador. "Vamos a tener que mantener mayor distancia entre mesas y buscar las mejores condiciones para que el cliente se sienta seguro", dijo a LA NACIÓN.
Desde el Ministerio de Turismo de la Nación aseguraron que "habrá temporada" y ya homologó algunos protocolos de servicios turísticos, entre ellos la hotelería y gastronomía. Resta el transporte de pasajeros y queda por acordar cómo funcionarán los balnearios.
En aras de esta ilusión el titular de esa cartera, Matías Lammens, recordó un anuncio que el gobierno nacional hizo algunos meses: devolución del 50% de lo que los turistas inviertan en compra anticipada de pasajes y alojamiento en destinos argentinos, monto que se reintegrará mediante una tarjeta de crédito emitida por el Banco Nación. A esta altura las buenas intenciones para una buena temporada; las precisiones y certezas, más que escasas.