Coronavirus en la Argentina: "Volver a respirar", así fue la vuelta del golf en la ciudad
Después de cuatro horas y media, Antonio Bloise, de 73 años y Mario Pedra, de 66, se despiden con una sonrisa del hoyo 18 del Campo de Golf de Palermo y dejan atrás el predio de árboles centenarios que tanto extrañaban. "Hoy no busqué lucirme, sino todo lo contrario –dice Blois, mientras camina hacia la entrada con su carrito–. Quise jugar mal, extender el partido lo máximo posible y así poder recuperar los golpes que no pude hacer en este último tiempo".
Hace 43 años que Bloise practica el deporte, y, desde entonces, nunca había pasado tanto tiempo sin jugar. "Estos meses fueron difíciles. El golf es una adicción", afirma. "Pero una adicción sana y hermosa", agrega Pedra, su amigo, quien confiesa haber pasado los últimos cinco meses haciendo swings en el living de su departamento, en Villa Crespo.
Para todos los golfistas entrevistados hoy por LA NACIÓN en el Campo de Golf de Palermo, la reapertura de su deporte significó una liberación. La práctica es parte del listado de actividades deportivas individuales al aire libre que fueron habilitadas el lunes último, a través de un decreto presidencial, pero, por ahora, el Campo de Golf de la ciudad, es el único predio del área metropolitana de Buenos Aires que se encuentra abierto.
"Se podía sacar turno a partir del viernes, a las 19, así que a las 18.55 ya estaba en la computadora esperando para hacer clic", cuenta Marcelo Darmandrail, de 79 años, mientras se dirige hacia la puerta para esperar a sus compañeros. Darmandrail se retiró antes de terminar el partido por un fuerte dolor de rodilla, pero, de todas formas, está fascinado con el programa. Lleva puesto una chomba amarilla, tal como lo hace cuando juega en verano, y cree que el clima primaveral de la jornada es una bendición.
"Todavía no se puede sacar turno para la semana que viene. El sistema está colapsado por la cantidad de personas que quisieron ingresar, pero los organizadores dijeron que ya lo están arreglando. Por ahora, funciona todo fantástico", dice Martín, un hombre que prefirió no decir su apellido, porque se encuentra en horario laboral. Lo mismo comentaron Alfredo y Julio, sus compañeros de juego, quienes también confesaron estar faltando a su trabajo. "No jugamos hace tanto que no nos lo podíamos perder", se excusa Alfredo.
Turnos
Antes de abrir el Campo de Golf de Palermo, el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires ideó un sistema de turnos online. A partir de ahora, las salidas serán de a tres jugadores cada 10 minutos, y con un máximo de 18 jugadores por hora. A su vez, para evitar el contacto entre ellos, será obligatorio el uso de toallas con alcohol o lavandina para levantar las pelotas de los hoyos.
Julio Conde, de 73 años, uno de los jugadores de la jornada, lleva enganchado en su carrito de golf una toalla rectangular, que utilizó para levantar las pelotas que usó él y su compañero, Enrique Paniagua, de 72 años.
"El protocolo es simple y aplicable. Para mí, estar acá es volver a respirar con el alma, aún a pesar de tener puesto el barbijo. Me siento amigado con la libertad de nuevo", dice Conde, mientras mueve los brazos en un gesto de abundancia. Conde pasó gran parte de la cuarentena en su departamento, en Colegiales, y salió solo para hacer compras. "Un día, llegué a caminar 23 kilómetros dando vueltas alrededor de mi departamento. Nosotros somos grandes, tenemos que mantener el estado", cuenta.
El éxito de la reapertura del Golf de Palermo, que recibió hoy 108 jugadores, el máximo permitido por el nuevo protocolo, se vio también en el Driving Norte, que volvió a abrir ayer, y recibió un aproximado de 500 personas. "Ayer hubo más, unas 600, porque fue feriado", dice Martín Bourdieu, el encargado del lugar, a unos metros de una extensa fila de personas que esperan obtener su canasta de pelotas e ingresar a la gatera que reservaron.
Uno de los profesores del Driving, Gonzalo Maciel abre su WhatsApp y muestra una extensa lista de mensajes sin abrir. "Son todos de personas que quieren empezar clases. Me desbordé, no llegué a contestarles todavía", dice y se ríe. "Estoy feliz. Algunos son alumnos de antes, pero hay muchos que me dicen que nunca hicieron clases y que quieren empezar. La gente está muy entusiasmada con la apertura del golf y yo también", afirma, mientras camina hacia una de las gateras, en donde lo espera su próximo alumno.
Otras disciplinas también quedaron habilitadas en la ciudad de Buenos Aires desde el lunes último, entre ellas, el tenis y pádel en la modalidad singles, el ciclismo federado, el automovilismo (pruebas en pista), el remo y las actividades ecuestres.
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