Coronavirus en la Argentina. Tras el primer caso, los vecinos de un pueblo de Salta de 2000 habitantes organizaron una colecta para equipar el hospital
Hace una semana, la noticia conmocionó a todos en Angastaco, un pueblo salteño de los Valles Calchaquíes de unos dos mil habitantes, pasando la Quebrada de las Flechas por la ruta 40. Tras el primer caso de coronavirus, un grupo de vecinos pide ayuda para equipar el hospital: organizaron una colecta para comprar suficientes insumos que van desde elementos de protección para el personal y medicamentos hasta termómetros, oxímetros y tubos de oxígeno o mascarillas.
Con urnas que atraen por sus colores en comercios y esquinas, piden colaboración para fortalecer el sistema sanitario y de seguridad con los elementos esenciales para reducir el riesgo de contagio, detectar a tiempo los casos y aislarlos. Y necesitan una cantidad suficiente como para poder distribuirlos a los puestos sanitarios de los parajes que dependen del hospital angastaqueño Nuestra Señora del Valle.
Salta fue uno de los primeros 11 distritos del país en registrar casos de Covid-19 en marzo pasado; ayer, la provincia informó 11.415 positivos acumulados desde entonces.
"El hospital tiene muchas necesidades. El personal tiene barbijos, camisolines, cofias y otros elementos de protección, pero no los suficientes para afrontar el trabajo en esta situación de pandemia. Estamos pensando que sí o sí va a llegar el virus", cuenta uno de los vecinos, Franco Rodríguez, en diálogo con LA NACION.
Es una muy buena estrategia de los vecinos y muestra su solidaridad con el hospital. Sabemos que podemos contar con ellos y no estamos solos.
Habla por Angastaco Solidario, la campaña que también se puede seguir por Facebook, donde publican los datos de contacto y cómo hacer llegar la ayuda.
El primer caso de Covid-19, según describe Rodríguez, fue "todo un acontecimiento" en el lugar: un jubilado viajó a hacer compras a Cafayate, que está a una hora de distancia. Cuando volvió, a los cuatro días, empezó con síntomas y fue al hospital, de donde tuvieron que trasladarlo a Cafayate y, luego, a la ciudad de Salta, a unos 200 kilómetros, para recibir atención.
La familia y el personal del hospital que lo atendió están cumpliendo el aislamiento en Angastaco. Ayer a la noche, según explica Alba Pargas, médica del hospital, ya eran cuatro los confirmados y un fallecido, con más contactos estrechos aislados.
"Veíamos el virus un poco lejos y lo teníamos ya con nosotros. No fue fácil para la comunidad", dice la profesional a LA NACION. Es venezolana, trabaja en el hospital desde el año pasado y vive en el país desde hace dos años y medio. Los vecinos le consultaron las urgencias y se pusieron a confeccionar carteles y urnas para la colecta, que empezó el lunes pasado. Fue al día siguiente de que se confirmó el primer caso. Antes del 9 de octubre, harán una caminata para solicitar donaciones puerta por puerta.
"Es una muy buena estrategia de los vecinos y muestra su solidaridad con el hospital –opina Pargas–. Sabemos que podemos contar con ellos y no estamos solos."
Lo más urgente para el equipo de salud local es contar con tubos de oxígeno, máscaras y tubuladuras para asistencia respiratoria, termómetros digitales láser, equipos de protección personal (barbijos quirúrgicos y N95, camisolines, cubre calzado, cofias, máscaras y guantes descartables), mamelucos descartables, oxímetros, máscaras faciales, alcohol en gel y al 70% y rollos de servilletas.
El municipio, que dirige el intendente Carlos Ríos (Frente de Todos), entregó tubos de oxígeno, algunas camas de internación y elementos de protección, pero las necesidades son mayores porque hay que enviar insumos a las postas sanitarias en parajes a entre 3000 y 4000 metros de altura, mil más que Angastaco. Solo en los pueblos y los parajes de la zona viven entre 250 y 280 mayores de 65 años. "Ahí hay gente que está dispuesta a colaborar", indica Rodríguez.
La policía también recibirá parte de los insumos que se puedan conseguir con las donaciones. Sobre todo para el personal que están controlando los permisos de tránsito en la ruta 40, que une el lugar con las localidades de San Carlos,Animaná y Cafayate. "Hay un cruce a 2 kilómetros del ingreso al pueblo, por la ruta 40. Ahí está el control de permisos para los camiones y los vehículos. Los policías se comunicaron y nos pidieron si podíamos conseguirles elementos de protección más seguros porque los que tienen son los de confección casera", explica Rodríguez. Y agrega: "Cualquier ayuda es bienvenida porque nos tenemos que preparar".
Como en las localidades vecinas, están con una cuarentena administrada. Los comercios abren hasta las 20 y el delivery está autorizado hasta la medianoche. Quien sale hasta localidades vecinas, cuando vuelve tiene que cumplir el aislamiento 14 días en hostales del lugar. "Es hora de empezar a cuidarse", dice Rodríguez.
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