ROSARIO.– El 21 de agosto pasado, la ministra de Salud de Santa Fe, Sonia Martorano, lanzó un presagio preocupante: el Covid-19 en la provincia evolucionará hacia "brotes explosivos". Ese pronóstico se hizo realidad con un crecimiento vertiginoso de la curva de casos coronavirus, con duplicación de contagios cada 11 días. El gobierno ordenó volver atrás y retomó medidas restrictivas en el sur provincial, donde el sistema de salud –según el sindicato de médicos– "está al borde del colapso".
"Tenemos un 90% de ocupación de camas en unidades de terapia intensiva (UTI) y un 75% en sala de clínica para pacientes respiratorios; 100% de ocupación en polivalentes, e internados en la guardia", aseguró Daniel Alzari, director del hospital Gutiérrez, de Venado Tuerto, una de las ciudades más golpeadas por el virus.
En esa localidad de 83.000 habitantes anteayer se registraron 59 contagios. "Estamos saturados, cansados. Nuestros equipos están dando esta lucha desde hace meses, tuvimos y tenemos personal internado por coronavirus en la institución, estamos llegando al límite", sostuvo Alzari.
Rosario es otra ciudad donde la situación sanitaria está al límite, según señaló la ministra de Salud. La semana pasada acumuló casi la mitad de los contagios totales de Covid-19 en lo que va de la pandemia. En siete días sumó 2272 casos positivos sobre los 4976 contagios contabilizados desde marzo.
El 50 por ciento de los PCR que se hacen en Rosario dan positivos
Según información del Ministerio de Salud, en Rosario, el nivel de ocupación de camas es del 80 por ciento entre los sectores público y privado. "En los hospitales públicos hay 18 camas libres", señalaron fuentes del gobierno provincial.
El secretario de Coordinación Territorial del Ministerio de Salud, Miguel Rabbia, reconoció –en diálogo con LA NACION– que Rosario y el sur de Santa Fe "están en una situación de quiebre, con más del 90 por ciento de ocupación de camas en los sectores público y privado".
Rabbia sostuvo que la duplicación de casos en Rosario es cada 10 días y en el sur santafesino, cada 11. "El 50 por ciento de los PCR que se hacen en Rosario dan positivos", apuntó el funcionario.
Desde el Ministerio de Salud se estableció que ya no se harán hisopados a los contactos estrechos de las personas contagiadas porque ya no dan abasto. Y se busca evitar que los pacientes que no tienen síntomas severos concurran a los hospitales y sanatorios, por lo que se ordenó que los servicios de emergencias públicos y privados instrumenten un plan para tratar a algunos pacientes en los domicilios.
Coronavirus y crisis hospitalaria
Según fuentes del área de salud provincial, durante el fin de semana último se produjeron demoras en las ambulancias que recorrían sanatorios y hospitales sin poder encontrar lugares de internación.
Esta situación atravesó el médico José Portillo, que falleció el sábado a causa de un cuadro de coronavirus. Ayer falleció otro profesional de la salud Ricardo Blazicevic, que estaba internado en el hospital Cullen, de Santa Fe, donde había sido fue derivado desde Esperanza.
"El sistema está saturado y los profesionales están prácticamente vencidos. Es angustiante la situación", consideró a LA NACION Sandra Maiorano, de la Asociación de Médicos de la República Argentina (Amra), que advirtió que "en 21 años en el sindicato de profesionales de la salud nunca hicimos más de dos paros en un año. En medio de una pandemia tuvimos que hacer cuatro porque la situación es desesperante, no sólo a nivel salarial –cobraron un aumento de suma fija de 3000 pesos¬–, sino también por las condiciones en las que se trabaja. Los médicos están bajando la guardia".
Según la presidenta del Colegio de Médicos de Rosario, Ángela Prigione, hay 260 profesionales que se contagiaron de coronavirus en la ciudad.
En el hospital Geriátrico de Rosario se detectaron once contagios de agentes de la salud que trabajan allí, aunque ninguno de los 180 adultos mayores que se encuentran alojados en el lugar resultaron positivos de coronavirus, según informó el titular de la institución, Martín Almirón. La semana pasada se contagiaron 32 pacientes en un geriátrico privado de la ciudad, en la calle Mitre al 1600, en el centro de Rosario.
Ante el incremento de casos y de un colapso en el sistema de salud, el viernes pasado, el gobernador Omar Perotti y el intendente de Rosario, Pablo Javkin, anunciaron nuevas restricciones por 14 días para lograr apaciguar la curva de contagios. Se dispuso el cierre de la actividad comercial, salvo para rubros esenciales, las actividades deportivas, y la gastronomía. EL cumplimiento de las nuevas medidas fue total en el centro de la ciudad, pero no así en los barrios.
"Tenemos que cuidar a los que nos cuidan. Quitar actividad pública, restringir, mantener actividades esenciales", aseguró Javkin, en una conferencia de prensa junto con el gobernador.
A pesar de que Rosario y Venado Tuerto son las ciudades con mayores contagios y con un sistema de salud en el límite de capacidad de atención, durante el fin de semana se produjeron protestas en las calles de comerciantes de estas dos localidades en repudio a las nuevas restricciones. Ayer, en la peatonal de Rosario, se juntó un grupo de manifestantes con pancartas que decían: "Nos están matando".
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