Coronavirus en la Argentina: ¿qué es el Proyecto Aire y por qué se implementó en 121 municipios de Córdoba?
CORDOBA.- El ibuprofeno inhalado es un tratamiento para personas con Covid-19 no aprobado por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica(Anmat), pero cuya utilización se hace en el marco del uso compasivo ampliado (requiere del consentimiento del paciente y del control de un comité externo). Se aplica, hasta el momento, en diez provincias, y desde mediados de septiembre existe el Proyecto Aire (Administración de Ibuprofeno Inhalado de Rescate en Enfermos de Covid) cuya idea surgió en el brote de Jujuy a fines de julio.
Las diez provincias que pidieron equipos son Córdoba, Jujuy, Salta, La Rioja, Santa Fe, Tucumán, Mendoza, Chubut, La Pampa y San Juan. Por estos acuerdos, la empresa dona el tratamiento. No se vende porque está en fase experimental. Hasta ahora solo Jujuy y Córdoba firmaron convenios "de asistencia sanitaria" por los que se brinda capacitación, capotas de protección y oxímetros de pulso con lo que se cubre una parte del costo. Más allá de los acuerdos, en otros distritos el tratamiento se aplica en casos puntuales, siempre con consentimiento del paciente.
Aire es un proyecto instrumentado por el laboratorio Química Luar con el aval del Ministerio de Salud de Córdoba. El ibuprofeno inhalado es un desarrollo conjunto entre el sector público y privado cordobés: científicos del Centro de Excelencia en Productos y Procesos de Córdoba (Ceprocor)-Conicet y Química Luar. Hasta el momento se entregaron alrededor de 3000 tratamientos (cada uno puede alcanzar a más de un paciente).
Cuando en mayo se presentó a la sociedad, los científicos Dante Beltramo y Roxana Alasino subrayaron que no es una "cura" para el Covid-19 sino un tratamiento "de rescate" que atiende la inflamación pulmonar.
El origen
La idea de "Aire" surgió a partir de un gran brote de coronavirus en Ledesma, en el norte de Jujuy, que empezó a saturar la capacidad del sistema sanitario de la provincia. Los médicos detectaban que los pacientes llegaban ya complicados y los hospitales, tanto públicos como privados, colapsaban. Como la segunda semana en la que se cursa la enfermedad es la que, en general, se presenta el proceso inflamatorio en especial en los grupos de riesgo, empezaron a nebulizar antes para evitar el desarrollo de complicaciones.
Por protocolo las nebulizaciones son cada ocho horas entre cinco y siete días, pero el personal de Salud de los lugares donde se aplica admiten que ese esquema puede sufrir modificaciones. En Jujuy se aplicó incluso en hospitales de campaña y en "nebulizatorios" que se armaron para ese fin. Los resultados alcanzados en esa provincia dieron la base para el proyecto "Aire".
Reducir derivaciones
La iniciativa se empezó a instrumentar en municipios del interior de Córdoba cuando los contagios se dispararon. Lo aplican 121 municipios en 135 instituciones médicas públicas y privadas que apuntan a evitar que los contagiados lleguen a la etapa inflamatoria de la enfermedad. Los objetivos diseñados son: reducir las derivaciones a hospitales regionales y acortar la estadía de los pacientes en los hospitales de campaña o centros de salud. La primera localidad en sumarse fue Arroyo Cabral, el 7 de septiembre pasado.
En esa localidad la tasa de mortalidad –en comparación a otras zonas de más de 3000 habitantes que no aplican el tratamiento de rescate- era de 0% al 3 de octubre (esta semana se registró el primer muerto) frente a 1,5%, en Ordoñez; 2,1%, en Villa Valeria; 3,04% , en San Basilio; 4,47%, en San Basilio y 4,7%, en Morrison. Otros números al 22 de octubre –según al Centro de Operación de Emergencia (COE) de cada lugar– muestran la tasa de mortalidad con y sin aplicación del tratamiento: Santa Eufemia pasó de 5,1% a 0%; General Deheza de 7,9% a 0%; General Cabrera de 3,8% a 0,4% y Alejandro Roca de 4,7% a 0%. Fuentes del laboratorio subrayan que el ibuprofeno inhalado actúa de "manera eficiente" en las primeras etapas de la enfermedad.
Oscar Fasoli, intendente de James Craik, contó a LA NACION que la experiencia con el tratamiento fue "muy buena". "En el pueblo no tenemos estructura para internación y trasladamos a Villa María. Veíamos que cuando los trasladábamos ya estaban muy desmejorados. Por eso, buscamos alternativas, indagamos respecto del ibuprofeno inhalado. Analizamos los resultados que había y decidimos apostar", explicó. En la localidad hay unos 330 casos, 30 de ellos se trataron con ese esquema al inicio de la enfermedad, la mayoría en la franja de 60 a 90 años y con enfermedades preexistentes. "Los tratamos al arranque en la casa cinco días, sólo a dos se los extendimos a siete días y ninguno debió ser derivado", sintetizó Fasoli. La atención fue entre el día uno y el cuatro.
Su colega de Arroyo Cabral –4000 habitantes, con un hospital–, Pablo Alcalino indicó que se prepararon, con todos los recursos que pudieron conseguir por si había brotes. Trataron 47 casos con ibuprofeno inhalado. De esos, 32 ya fueron dados de alta. "Fue una solución, porque se pudieron atender en sus casas y aislados. La misma gente tiene temor de ir a internación. Los que necesitaron, lo hicimos en el hospital. Fue una ayuda importante, el transcurrir de la enfermedad fue mucho más llevadero", indicó. En la localidad hubo 167 casos positivos.
Una de las observaciones de asociaciones médicas era que nebulizar en caso de infección pulmonar provoca una "niebla" que pone en riesgo al personal de salud. Aunque desde el laboratorio afirman que nunca tuvieron un caso de médicos o enfermeros contagiados, diseñaron una escafandra y una carpa para que el paciente se cubra al momento del tratamiento. De esa manera, controlan el proceso de "aerolización".
El intendente de General Cabrera, Marcos Carasso, comparte con sus colegas que empezaron a aplicar el tratamiento para evitar traslados. "Se bajó la cantidad de traslados en el momento pico de los contagios; los tratamos en los domicilios o en el hospital de la localidad". En total registraron 556 contagios y lo usaron en 40 pacientes.
Posiciones encontradas
El laboratorio ratificó que presentó el 17 de septiembre ante la Anmat el pedido de autorización para iniciar la fase II de la investigación; hasta el momento no hay respuesta. LA NACION intentó contactarse, sin éxito, con el organismo, pero se limitaron a responder con lo que tiene publicado en su web.
"Atento a la información difundida respecto a la autorización del estudio clínico con el producto Luarprofeno (Ibuprofeno en solución inhalatoria y nebulizable) para el tratamiento de Covid-19, se informa que no se ha iniciado ningún trámite para realizar la evaluación del protocolo mencionado. Este Organismo, como Autoridad Reguladora Nacional, tiene la responsabilidad, entre sus funciones, de que la información regulatoria en la que se encuentre involucrada, sea veraz, precisa y clara. A su vez, cabe destacar que, al no estar autorizado el producto a nivel nacional, el mismo no posee aprobación para tránsito inter jurisdiccional", indica.
El diputado nacional por Juntos por el Cambio, Gonzalo del Cerro, presentó un proyecto de ley para autorizar el uso compasivo del ibuprofeno inhalado para tratar el coronavirus. La Sociedad Argentina de Neumonología apoyó "los esfuerzos de los científicos y médicos involucrados en el tratamiento con Ibuprofenato de sodio hipertónico nebulizable a pacientes con Covid-19" y pidio "dar un marco legal sustantivo para alcanzar conclusiones científicas más rápidamente".
En cambio, la Sociedad Argentina de Infectología sostuvo que "no se puede aceptar la recomendación y hasta la promoción de terapéuticas de eficacia no comprobada sin la aclaración de que se trata de productos experimentales y cuya utilidad aún no se ha demostrado. Porque de esta forma no solamente se obstaculiza el progreso de la ciencia que sustenta a la medicina, sino que indudablemente engaña a los pacientes y a toda la sociedad. Estas conductas generan expectativas inapropiadas, consumo injustificado de recursos y mayor estrés al sistema de salud".
La Sociedad Argentina de Terapia Intensiva señaló que "en vista de que su eficacia no ha sido comprobada y que hay objeciones en relación a la seguridad de los pacientes y que plantea un riesgo para el personal tratante" se pronuncia en contra del tratamiento. Desde el laboratorio y los médicos que lo aplican aseguran que no tiene contraindicaciones para los pacientes.
El secretario de Calidad de Salud, Arnaldo Medina dijo:"No tiene sentido usar esta medicación, si ya hay otra a la que se le conoce su eficacia". Aseguró que las provincias "no pueden autorizar su uso y obligar a los médicos a utilizarlo por una decisión netamente política, porque todo quedará bajo la responsabilidad de los profesionales".
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