Coronavirus en la Argentina: Previas virtuales, la opción de los jóvenes para "salir" durante la cuarentena
Era un viernes a las 23. Estaba en su casa. No pensaba salir a ningún lado. Pero cuando terminó de cenar, Jacqueline Thomas, de 25 años, se maquilló, se vistió y se arregló. Con un vaso de Fernet en la mano, buscó su computadora y cliqueó en el ID de la reunión de Zoom que le pasaron sus amigas. No quería perder la costumbre de juntarse a tomar algo los fines de semana. Hubo música, juegos, risas, charlas, tragos y cervezas por videollamada. La "previa virtual" duró casi hasta las 4 de la mañana.
Con bares y boliches cerrados por el coronavirus, los jóvenes recurren a la tecnología para seguir con sus "salidas" nocturnas durante la cuarentena. Ya sea en forma de multitudinarias fiestas por streaming, videollamadas grupales de pocas personas, o un after office en el ámbito laboral, buscan hacerle frente a la soledad que genera el aislamiento.
Del otro lado de la pantalla, Carola, una de las amigas de Jacqueline, preparó una heladerita con varias cervezas para ir tomando a lo largo de la noche. Puso música desde su casa, y la compartió con el grupo a través de una función especial de la app de videollamada. Fue ella quien propuso el encuentro virtual. Ya había hecho otro similar antes, con su prima y una amiga. "Se me ocurrió que podía ser una buena manera de juntarme con amigas y tomar algo estando juntas, pero a la distancia", explicó.
"Calculo que hoy lo vamos a volver a hacer. Es esa cosa cultural de juntarte con tus amigas un viernes a la noche, vestirte, maquillarte y prepararte algo para tomar", agregó Jacqueline Thomas.
"A las 11, todos conectados. Hoy hacemos previa", fue el mensaje que Cristian O’Connor, de 25 años, les mandó a sus amigos del colegio un viernes a la tarde. Unas horas después, Cristian se puso una camisa, se preparó un trago y se conectó por videollamada con sus amigos. "Éramos entre ocho y diez chicos, los mismos que nos juntamos siempre. Estábamos todos con algún vaso en la mano, tomando algo, como para mantener el mismo espíritu que tenemos durante las previas", contó.
Después de esa primera experiencia, hicieron otra previa virtual con un grupo de chicas. Pusieron música. Jugaron al "Yo nunca", y a otros juegos para tomar alcohol.
Tragos, música y juegos
Las previas online no solo implican tragos, música y juegos. Hay quienes llegan más lejos. "Nosotros con los del colegio hicimos videollamada y justo era sábado. Entonces, pusimos como regla que todos tenían que estar tomando algo y usar algún disfraz", dijo Florencia Harari, de 24 años. Ella y sus amigos usaron sombreros, anteojos, cascos y otros artículos de cotillón, mientras tomaban algo desde sus casas.
Los bares, boliches y DJs se hicieron eco de este nuevo fenómeno que protagonizan los jóvenes. Un ejemplo es la Fiesta Bresh, que empezó a transmitir en vivo por Instagram los sábados a la noche. En su primera edición tuvo un pico de 25.000 participantes y en la segunda, más de 42.000. Participaron cantantes como Wos, Louta, Nicki Nicole y Ángela Torres, la legisladora porteña oficialista Ofelia Fernández y hasta el propio hijo del Presidente, Estanislao Fernández (apodado "Dyhzy"). Los que estuvieron ahí compartieron corazones, emojis y comentarios durante el streaming.
"Nos imaginábamos que íbamos a tener entre 5000 y 10.000 visitas, pero tuvimos un pico de 25.000. Vimos a muchas de las personas que van siempre a la fiesta comentando en el vivo. También a mucha gente que hacía videollamada con su grupo de amigos, y ponía la Bresh de fondo. Hasta hubo gente que se lookeó y se preparó algo para tomar", afirmó Nicolás Fernández, productor de la fiesta, que se hacía todos los fines de semana en un boliche de Palermo. "Hicimos el streaming para reinventarnos y buscar una variante para este período", agregó.
Tomás Dobarro, DJ del boliche BNN, ubicado en la Costanera, también optó por el streaming. Uno de los vivos que hizo tuvo más de 5000 participantes. "Hubo más respuesta de la que esperábamos. Se prendió mucha gente. Se conectan entre ellos por videollamada, se filman bailando. Recrean situaciones del boliche en los comentarios del vivo. La gente tiene la necesidad de seguir ‘saliendo’ y bailando", afirmó.
After office por Zoom
Los festejos online también alcanzaron al ámbito laboral. "El viernes pasado hice un happy hour virtual con los de mi trabajo", dijo Josefina, de 23 años. Es el mismo caso de María Paz Asplindh, de 24 años. Trabaja en una empresa del rubro comercial, y ese viernes se sumó a un after office por videollamada junto a sus compañeros de trabajo, para tomar algo después de la jornada laboral.
Algunos optaron por una versión más tranquila de las previas virtuales. Como Mara Müller, de 25 años, que festejó el cumpleaños de uno de sus amigos por Zoom el sábado pasado a la noche. "Fue casi como si hubiéramos hecho una previa o juntada en la vida real", dijo. Antes, se había conectado a charlar y tomar unas cervezas por videollamada con una de sus mejores amigas.
Los especialistas destacan que estos encuentros virtuales sirven para preservar las relaciones interpersonales. "Que los jóvenes puedan seguir socializando o celebrando es un elemento muy favorable para soportar esta cuarentena. Los jóvenes pueden ser los que más están sufriendo, porque no están acostumbrados a no salir, a diferencia de las personas mayores", explicó Harry Campos Cervera, médico psiquiatra y especialista en función didáctica de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA). "Bañarse, maquillarse y vestirse levanta la moral", agregó.
Pero también, las previas virtuales pueden tener un impacto negativo si el consumo de alcohol se torna excesivo. "La previa en sí es una costumbre nociva. Es tomar antes de ir a tomar. Es muy peligrosa la idea de que socializar es solo posible alcohol mediante. El consumo excesivo no pasa por las cantidades, sino por la necesidad. Si uno empieza a beber solo en la casa, es un paso más en la evolución hacia el alcoholismo", expresó Campos Cervera.
El psiquiatra y miembro titular de APA, Alberto Álvarez, hizo una evaluación similar. "Lo positivo de los grupos virtuales es la posibilidad de contacto, de verse las caras. Es una manera de contenerse ante la angustia que genera este contexto. La contracara es si el consumo de alcohol es demasiado. El problema es cuando no hay límites", sostuvo.
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