La curva de contagios de coronavirus se acelera en la ciudad de Buenos Aires y los casos se multiplican a mayor velocidad, pero la gente sale cada vez más a la calle. Aunque no hay datos oficiales para afirmarlo, como sí ocurre con la información diaria sobre movilidad de vehículos, basta salir a la calle y caminar algunas cuadras por los barrios que solían tener más movimiento de personas antes del inicio del aislamiento para darse cuenta que la dinámica urbana cambió con respecto a los primeros días de la cuarentena.
Esta mañana, en barrios como Villa Urquiza, Colegiales, Belgrano o Núñez el movimiento era similar al de un sábado pre pandemia. Quizás alentado por el feriado de ayer o, también, por la posibilidad de contar con dinero fresco para aquellas personas que ya cobraron sus sueldos, había colas en las veredas y en comercios de todo tipo. Panaderías, carnicerías, veterinarias y supermercados contaban con una larga fila de clientes a la espera para ingresar a los comercios.
Diez, 20, 30 y hasta 50 personas, en los casos de los grandes supermercados, a dos metros de distancia, unas de otras, con barbijos o máscaras, bolsa debajo del brazo y celular en la otra para matar la espera. La mañana del sábado sirvió para abastecerse en centros comerciales a cielo abierto, como las avenidas Cabildo y Triunvirato.
Sin embargo, en zonas verdes como el Parque Las Heras o la Facultad de Derecho, tuvieron un movimiento poco usual en cuarentena después del mediodía y más relacionado a la actividad recreativa que comercial. Gente paseando en bicicleta, cruzando el puente que pasa por sobre la avenida Figueroa Alcorta, caminando de la mano con niños en zonas donde no hay comercios de proximidad, también fueron habituales.
Durante el recorrido que realizó LA NACION, durante la mañana y la tarde de hoy, pudo comprobar escenas de un final anticipado de la cuarentena. Sobre todo en las avenidas Del Libertador y Las Heras hubo familias enteras caminando con niños pequeños, algunos bebes en cochecitos, adultos mayores con ropa deportiva haciendo caminatas y hombres corriendo alrededor del parque.
El paseo de mascotas estuvo permitido desde el inicio de la cuarenta, pero la actividad se podía realizar en cercanías del domicilio y no en forma grupal. En los bosques de Palermo hoy regía otro concepto: grupos de hasta cinco personas paseando sus perros caminaban sin mantener ni respetar la distancia social.
"El cumplimiento (de la cuarentena) es altísimo. El que hace las compras, lo hace autorizado; el que se moviliza en auto, lo hace con autorización. La movilidad de personas pasó del 10% al 25%, el salto fue de los segmentos autorizados a hacerlo. Tenemos que prevenir, seguir cuidándonos porque no hay vacuna, la mejor prevención es la cuarentena", dijo sin embargo el vicejefe de Gobierno, Diego Santilli, en declaraciones a Todo Noticias.
Desde el Gobierno porteño entienden que la gente está comenzando a salir más de sus casas por razones laborales, al sumarse más actividades a las exceptuadas, pero también por cierto hartazgo después de 43 días de confinamiento obligatorio. "Empieza a ascender el nivel de contagios, hay mayor actividad, más tránsito y gente saliendo por diferentes necesidades", opinan en el entorno del jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta.
Por esa razón se tomó la decisión de decretar la obligatoriedad del uso del tapaboca en todo el espacio público de la ciudad desde el lunes, aunque en la calle ya casi no hay gente que camine sin su protección facial. Incluso los automovilistas lo utilizan dentro de los vehículos; también los motociclistas. "Es una herramienta de mayor control para prevenir contagios ante un escenario de mayor movimiento", sostienen en el gobierno. Las multas por no utilizar tapabocas irán desde los $10.700 hasta los $79.180; los comercios cuyos empleados no los usen podrán ser inhabilitados o clausurados.
La percepción de que el movimiento de peatones fue mayor contrasta con la circulación de vehículos de acuerdo a los datos de la Secretaría de Transporte y Obras Públicas de la ciudad. Según los sensores instalados en las principales arterias hasta el mediodía habían transitado 28.700 vehículos, un 23% menos que el sábado pasado cuando lo hicieron 37.200 en la misma franja. Comparado con el 18 de abril el número fue similar, aunque aumentó levemente respecto al 11 de abril (transitaron 28.400 autos). Sin embargo el índice de congestión, medido por la consultora internacional TomTom, registró un aumento del 18% en esta variable en relación al sábado pasado.
En cambio, en los peajes de las autopistas porteñas, según datos de AUSA, la circulación se incrementó un 13% respecto al sábado pasado, con datos actualizados hasta el mediodía. Esta mañana habían pasado 44.000 vehículos cuando hace siete días lo hicieron 39.100; en cambio respecto al sábado 14 de marzo, el último de circulación normal antes de la cuarentena, hubo un 52% menos de rodados.
Desde que comenzó el aislamiento el 20 de marzo la Policía de la Ciudad detuvo 1.086 personas y otras 15.096 fueron demoradas, notificadas o trasladadas al domicilio por violar la cuarentena. Además se secuestraron 256 vehículos en los operativos de seguridad desplegados.
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