Coronavirus en la Argentina: No más triage, así es la nueva normalidad en un icónico hospital de la ciudad
Aún faltaba poco más de un cuarto de hora para las 8 y los pacientes, con turnos programados o demanda espontánea, iban formando fila frente al acceso principal del Hospital de Clínicas en avenida Córdoba al 2300. Esta mañana, luego de 230 días de restricciones de la atención por la pandemia, el hospital escuela de la Universidad de Buenos Aires volvió a abrir sus puertas en el regreso a una "nueva" normalidad.
De a uno, apenas pasadas las 8, los pacientes fueron entrando. Algunos preguntaban en Informes para encontrar los consultorios y otros, los que retomaban los turnos presenciales, seguían camino hacia los servicios de atención ambulatoria o las ventanillas de trámites de la planta baja y el entrepiso. Ya no hay cintas que limitan el paso por distintos sectores ni hay que seguir la línea verde o roja en el piso que, desde el 23 de marzo y una vez pasado el triage para ingresar, separaban la circulación interna entre posibles casos de Covid-19 y quienes iban a consultas que no se podían posponer o por otras urgencias. La alerta continúa, pero se reordenan prioridades.
"La apertura de los ingresos es el primer paso de la vuelta a la normalidad", dice Marcelo Melo, director general del Clínicas. "Hoy, después de mucho tiempo –agrega–, podemos volver a atender las necesidades de salud de los que vienen al hospital ya que hasta ahora el acceso era restringido. Sin embargo, las precauciones por la pandemia siguen."
Y el médico anticipa que este es recién el primero paso en una serie de medidas para una apertura que será escalonada, de acuerdo con el escenario epidemiológico. "El segundo paso –señala–, será acortar los espacios entre los turnos para poder dar una respuesta más rápida. Esto va a ser un proceso paulatino en la medida que los cambios vayan dando resultados."
Eso se percibe en el movimiento interno, que aún está lejos de las 10.000 personas que solían transitar por día esos corredores hasta antes de la pandemia. Pero, a diferencia de marzo pasado, en el inmenso hall de la planta baja ya no hay silencio y se lo puede volver a usar como atajo para acortar camino hasta la Guardia, las salidas, la escalera al entrepiso o los consultorios externos.
Con turnos telefónicos por las líneas (011) 5950-8528 y 8529, un servicio que hasta ahora no tenía el hospital y se logró instalar con esta pandemia, aseguran que se irá regularizando la actividad, además de las consultas espontáneas. Todavía hay personal que no puede retomar sus tareas porque pertenece a los grupos de riesgo para Covid-19 o tiene que atender situaciones familiares contempladas en las excepciones durante esta emergencia sanitaria.
Eso lo advirtió José, de 76 años, que esta mañana volvió a los consultorios del Servicio de Urología, donde se atiende desde hace dos años. Llegó con turno telefónico, acompañado por su esposa, Lucía, de 71, que intentó atenderse en la División Ginecología porque tiene pendiente el control de los resultados de los estudios que había podido completar justo antes de que se restringiera la atención por la pandemia. "Falta personal, se nota", dijo José, al salir del hospital. A su esposa, que se atiende en el Clínicas desde 1982, le pidieron que volviera con un turno telefónico.
Barbijo y controles
Para ingresar, es obligatorio el uso de barbijo. Tampoco se puede ir más allá del entrepiso o el área del Laboratorio, en el primer piso, salvo que se tenga autorización. En los accesos hay más presencia policial que en marzo pasado. También hay empleados que orientan para evitar la circulación innecesaria por los pasillos. Excepto los chicos, los adultos mayores o las personas con alguna discapacidad que demanda asistencia, al resto de los pacientes se les pide que concurran solos. Las visitas continúan limitadas a una persona y en los horarios permitidos. Aún quedan pacientes con Covid-19 internados en los pisos donde se mantienen las restricciones y los protocolos.
"Seguimos manteniendo las medidas de prevención para todos los pacientes", sostiene Daniel Stecher, jefe de la División Infectología. En los sectores comunes, hay personal que se encarga de la desinfección.
"Que tengamos menos casos de Covid-19 en algunas jurisdicciones o un amesetamiento (de la curva de contagios), y que esto haya permitido que se autoricen otras actividades, no implica que el virus esté dejando de circular –recuerda el infectólogo–. Y la población, en términos generales, debería seguir manteniendo las conductas de distanciamiento, el uso de tapabocas y las limitaciones de actividades a los trabajadores esenciales, más allá de que se les permita hacer algunas actividades, porque el virus sigue circulando y el riesgo de contagio existe y de contagiar a los demás, también. Es apelar a la responsabilidad social e individual para sostener el control de la pandemia."
Mariano Lupaccini es el jefe de Consultorios Externos del Servicio de Traumatología. En una bolsa lleva el termómetro tipo pistola y el saturómetro para determinar el nivel de oxígeno en sangre para devolver. A medida que aumentaban los casos de Covid-19, los jefes de los distintos servicios del hospital se iban haciendo cargo del triage que funcionaba de 8 a 20 en los accesos del Clínicas.
Con Norberto Bernardo, jefe del Servicio de Urología, Lupaccini estuvo participando de ese control de síntomas hasta el viernes pasado. Esta mañana, entregó algunos de los elementos de trabajo que se volvieron indispensables con la pandemia. Hace una semana, por la alta demanda de turnos, se habilitó la atención presencial en algunos servicios, como Traumatología y Dermatología. Por ahora, es con pocos pacientes por día que tienen que esperar a que los médicos los llamen por nombre al pasillo, donde hay más espacio para mantener el distanciamiento.
"En esta reapertura es por etapas para ir evaluando los inconvenientes que van surgiendo y hay que sortear para no violar los protocolos –cuenta Lupaccini–. Paulatinamente, se va a ir extendiendo a otros servicios. Los profesionales que estaban en el triage para limitar la entrada de gente al hospital sin una causa justificada están volviendo a sus servicios. La mayor dificultad para una mayor reapertura es que todavía no se puede circular normalmente por todos los sectores y hay restricciones de personal."
De acuerdo con los registros del hospital hasta el mes pasado, hubo 880 pacientes internados por Covid-19, incluidos 40 chicos. La mayor cantidad se concentró entre junio, julio, agosto y septiembre. El 13% (227) necesitó cuidados intensivos, incluidos dos chicos. Fallecieron 198 pacientes (11%); todos eran adultos.
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