Coronavirus en la Argentina: en Mar del Plata aprovechan la reapertura de los comercios para compras y cortes de pelo
MAR DEL PLATA.- Las calles comerciales más angostas se convirtieron en peatonales. En la puerta de cada comercio, un trapo mojado con lavandina para limpiarse los pies. Un paso más adelante, alcohol en gel para las manos. Barbijo para todos, tanto comerciante como cliente, buena distancia entre uno y otro y, en la medida de las posibilidades, pago electrónico. La receta se aplica en la primera de dos jornadas que habilitó el gobierno local para reactivar la economía y evaluar el comportamiento de la comunidad en vías de encontrar una salida de la cuarentena prolija y sin efectos colaterales.
La primera impresión en este examen, con casi 80% de sus comercios abiertos, es la de un uso responsable de esta oportunidad, con más gente en las calles pero sin aglomeraciones. Se vio más decisión de compra que de paseo. Ropa y calzado, al tope de lo más buscado en este cambio de aire luego de casi un bimestre de aislamiento obligatorio. La experiencia es seguida de cerca desde la Capital, que se prepara para una reapertura de comercios.
Esta decisión que el último jueves anunció el intendente Guillermo Montenegro se tomó luego de 14 días sin que se conocieran nuevos casos positivos. A última hora de ayer, al menos en las estadísticas y por un par de horas, la ciudad permaneció libre de coronavirus. Fue el período que transcurrió entre que se conoció el alta de la última de los pacientes contagiados y la confirmación de un nuevo test positivo, el número 18 en dos meses. Un golpe para un escenario que parecía controlado y se topa ahora con una situación inesperada: la infectada trabaja en una clínica y se desconoce cómo y dónde quedó expuesta al Covid-19.
La peatonal San Martín, el paseo de compras histórico de la ciudad, pudo levantar por fin casi todas las persianas. En las calles Güemes y San Juan, otros dos tradicionales circuitos comerciales, se optó por cortar el tránsito vehicular para que los peatones tengan desplazamientos cómodos, como el que por condiciones naturales hay en otros que están por avenidas, como Constitución o Juan B. Justo. Los shoppings y galerías permanecieron cerradas.
"Es una bocanada de aire en medio de tanta asfixia", reconoció el encargado de un local de ropa para hombres, aunque cuando reconoció que las ventas no eran muchas ni muy importantes. "Lo importante es volver a abrir, tener al cliente y la posibilidad de vender", explicó.
Uno de los empleados de una reconocida firma de artículos y prendas deportivas advirtió que quienes ingresaban al local no perdían el tiempo. "Venían a buscar un producto en particular y compraban, no andaban paseando", destacó.
Comercios
Cada local colocó en el ingreso un cartel que informaba el cupo máximo de personas simultáneas. Desde una hasta ocho, según las medidas y capacidad permitidas, muy inferiores a los cupos permitidos hasta antes del inicio de esta cuarentena.
"Necesitábamos ropa de abrigo para ir de compras y al menos tener un pijama más para alternar por tanto tiempo en casa", contaron Emilia y Patricio, un matrimonio de jubilados que reconocieron esta salida como la primera que hacen sin que sea para comprar alimentos.
El municipio dispuso inspectores de tránsito en estos circuitos comerciales y además personal para advertir a aquellos que no estén respetando condiciones de aislamiento, como mantenerse a metro y medio de distancia. También vigilar que todos lleven tapaboca. Al que no tenía, se lo proveían sin cargo.
Lucas Morales, al frente de barbería BPM, celebraba un sábado con turnos agotados. Los tres peluqueros cortaban en simultáneo en el amplio local de calle Güemes. "Vivimos 52 días sin hacer un solo corte, es muy difícil sostener los costos", dijo a LA NACION. El espacio también tiene venta de discos y cafetería, esta última cerrada incluso para los propios clientes.
Es que la gastronomía sigue vedada, al menos para sentarse en un local o mesas en la vía pública. El rubro funcionó desde el 20 de marzo con modalidad delivery y desde hace dos días también con take away, que es la posibilidad de comprar y retirar en barra o puerta.
El lunes harán una evaluación para determinar los pasos a seguir y planificar cuándo la actividad comercial puede tener continuidad hacia la normalidad
La alternativa la aprovecharon varios de los que disfrutan de la escala con café de por medio. Los descansos con bancos que tiene calle Güemes resultaban ideales para retomar esa ceremonia, ahora en modo cuarentena.
La advertencia de las autoridades municipales fue clara: si el comportamiento del público no es el esperado, si la situación se desmadra, se suspenderá la segunda jornada de comercios abiertos, prevista para mañana. De no haber inconvenientes habrá el lunes una evaluación para determinar los pasos a seguir y planificar cuándo la actividad comercial puede tener continuidad hacia la normalidad.
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