Coronavirus en la Argentina. La historia de un recuperado que se transformó en un súperdador de plasma
Nadie puede decir que la vida no da sorpresas. Un mes después de haber regresado de su primer viaje en solitario a Europa, donde se encontró con amigos y sacó fotos del rally de Suecia, Facundo Ahumada, personal de la fuerza aérea argentina, de 26 años, atravesó con relativamente pocos síntomas el Covid-19 y se transformó en un súperdador de plasma, una parte de la sangre que contiene anticuerpos y podría ser clave para controlar la pandemia.
Ahumada ya donó más de dos litros, que serán administrados en ocho personas que forman parte de uno de los dos proyectos de investigación de este tipo que están desarrollando diferentes equipos de científicos argentinos. Uno, encabezado por Fernando Polack, líder de la Fundación Infant, se enfoca en intentar ver si puede servir proporcionado durante las primeras 48 horas tras el contacto con el coronavirus; el otro, encabezado por Laura Bover, una científica argentina que trabaja en el M. D. Anderson Cancer Center en los Estados Unidos, busca ver si se pueden salvar pacientes en estado crítico (de hecho, ya se informó de pacientes recuperados, pero de manera preliminar y aún sin el debido cotejo científico).
"Hay que ver cada cuánto puedo donar, pero si mis venas y mi cuerpo lo permiten podría ir cada 15 días sin problemas", dice Ahumada, desde su casa, en Olivos, donde trabaja y aún mantiene el protocolo de distancia social con sus padres, que impidió que se contagiaran pese a convivir.
"Tiene una cantidad alta de anticuerpos, en particular los anticuerpos neutralizantes de coronavirus; cuatro veces más de lo que usamos de cada donante, y eso que ya tenemos una vara alta", dice Gonzalo Pérez Marc, subdirector del departamento materno infantil del Hospital Militar Central de Buenos Aires y coordinador general, junto con Romina Libster, experta en vacunas de Infant, del ensayo clínico de Polack y compañía (Una compañía grande: 270 personas de instituciones públicas y privadas, como los hospitales Bocalandro, San Juan de Dios y los Sanatorios Arcos, Cemic y Sagrado Corazón, de Osecac, entre otros).
"Facundo podría donar cada dos semanas, pero tampoco se trata de someter al máximo a los donantes. Vamos viendo cómo se sienten, aunque en el caso de él es notable su entusiasmo porque desde el principio se puso a disposición para ayudar", agrega Pérez Marc. A Ahumada le sorprendió cuando le dijeron que su sangre tenía tanta cantidad de anticuerpos y no dudó en donar sangre y tiempo para ayudar en la investigación.
El procedimiento de donación es similar al de donación de sangre tradicional, pero se extrae el plasma (que contiene los anticuerpos) y en el mismo proceso se devuelven glóbulos rojos y blancos. "Se demora algo así como una hora y media, en cuatro o cinco etapas. La máquina (que hace la plasmaféresis) hace presión en el brazo y tenés que bombear como en una donación normal de sangre. Después descansás cinco o diez minutos y te devuelven plaquetas y glóbulos blancos y rojos, y te ponen una especie de plasma artificial, un suero con proteínas y minerales para que no pierdas lo que donás. Automáticamente a las 72 horas se regenera, por eso se puede hacer tan seguido".
El ensayo que durará en total seis semanas empezó el jueves pasado en cinco centros, y cinco más se sumarán la semana próxima. Se les brindará a 210 personas 250 cm3 de plasma con anticuerpos; a la mitad de ellas se les dará placebo (una solución salina) para que no haya sesgos en los resultados.
El objetivo final –si los resultados son alentadores- es conseguir un producto inyectable, que se pueda fabricar en principio en Córdoba y abastezca al Cono Sur. En el mundo hay en actividad 136 estudios con plasma, de los cuales otros tres son similares al del grupo de Polack (Estados Unidos, Israel e Italia, precisa Pérez Marc), en el sentido de administrarlo rápidamente. "Si se demuestra eficacia, se puede transformar en un producto preventivo para pacientes en riesgo. En situación óptima, podríamos ver la eficacia en un mes y medio y pasar a la otra fase y llegar a la primavera con todo bastante avanzado", concluye el investigador.
Trabajo en equipo
Ahumada siente el orgullo, en cierto modo involuntario, de saber que el suyo es un plasma modelo por la cantidad de anticuerpos que tiene, y ya tiene preparada su agenda para volver al Hospital Militar donde estuvo internado cuando empezó a sentir síntomas de Covid19 y dio positivo su hisopado. Como sus síntomas fueron leves, no terminaba de entrar en lo que por entonces era un caso sospechoso (los parámetros se van modificando a medida que transcurre la epidemia). Él está convencido que, pese a que estuvo en España cuando había ya (o apenas) 3500 casos, se contagió en el avión de vuelta que tomó en Londres.
-Muchos recuperados de Covid19 dicen que podrían fácilmente describir lo que pasaron como la peor gripe de su vida, no una más. ¿Es tu caso?
-En mi caso, no. He pasado gripes peores, la verdad. De esas que te generan mucha fiebre y escalofríos, que ahora no llegué a tener. Tampoco tuve dolores musculares ahora. Fue bastante leve, se podría decir; llegué a tener 38,7° de temperatura, que se me fueron con paracetamol. Estuve cuatro o cinco días con fiebre mientras estuve internado y después no tuve más. De hecho, podía caminar, iba al baño. El 31 de marzo ya estaba en casa.
-¿Tenés inmunidad? ¿Te dijeron si podés andar sin barbijo por la calle?
-Es lo que están estudiando. Nadie sabe con certeza qué se puede hacer y qué no. Me dijeron que tenía que cuidarme como si no hubiera pasado nada. Cuando salgo a hacer las compras, me pongo lentes especiales y ando con las máximas precauciones. Al regresar me desvisto en la cochera y me voy a bañar de inmediato; por supuesto siempre me lavo las manos. De hecho, no volví a abrazar ni besar a mis padres; sólo a tocarles hombros y manos, pero ya comemos todos juntos en una mesa. Es duro, pero no quiero que se contagien.
-¿Recomendás a otros recuperados que donen plasma?
-Por supuesto. Hay tres veces más contagiados que recuperados, por eso es muy importante donar. Insto a que se done, claro. Desde que me comentaron la posibilidad estuve de acuerdo y dije que sí rápidamente. Hay que pensar en los médicos, si se infectan también ellos, que tengan el plasma a mano. Lo pienso como un trabajo en equipo.
Cómo donar
- La Fundación Infant dispone de un teléfono celular para comunicarse por WhatsApp en el caso de que una persona que haya tenido coronavirus quiera donar plasma: +54-911-2565-6033.
- También la provincia de Buenos Aires habilitó la línea gratuita del Cucaiba: 0800-222-0101 y en La Plata se puede ir al Instituto Provincial de Hemoterapia.
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