Coronavirus en la Argentina: "Fue mejor de lo esperado", el balance de los operadores turísticos de la costa
MAR DEL PLATA.– Se postergó la salida temprana porque la mañana, con sol y más de 20 grados, invitó a disfrutar más playa. El combo de nubes y el viento empujaron a armar las valijas recién después del mediodía. Una escala de rutina para comprar alfajores y luego, la ruta con rumbo a destino, una parada más por las clásicas medialunas para el último tramo del viaje y, antes de llegar a casa, la novedad: hisopado obligatorio.
Los turistas metropolitanos que dieron forma a este fin de semana extra largo en la costa, que por cantidad de visitantes, clima y consumo estuvo por encima de las expectativas, debieron afrontar el regreso con la exigencia adicional de un estudio que los confirme libres de Covid-19.
La costa atlántica, que fue la más elegida para viajar durante este fin de semana largo, mostró las dos caras de estos tiempos de cuidados en pandemia. Hubo protocolos recargados de exigencias en los papeles, barbijos que se empiezan a familiarizar con la postal de arena y mar, y también algunos excesos que, aun a la vista de todos, muy lejos estuvieron de sanciones ejemplares.
El buen tiempo ayudó a los más que positivos resultados de esta primera escapada turística en medio de la pandemia. Los visitantes se adaptaron en gran medida a las exigencias de la distancia social y en los balnearios –igual que con otros rubros del ramo- todavía andan en modo prueba y error para encontrar la dinámica que pueda permitir el cumplimiento de las pautas de prevención de contagios sin afectar en demasía las posibilidades de servicio.
El éxodo se acentuó esta tarde, con picos de 2600 automóviles por hora por el peaje de Samborombón, en la ruta 2, la principal vía de comunicación entre las localidades balnearias y la Capital. En el mismo período de tiempo, por ruta 11, eran 2100 los vehículos que transitaban en sentido a la ciudad y el Gran Buenos Aires.
Juan Ibarguren, titular de Turismo de Pinamar, confirmó a LA NACIÓN que entre el viernes y hoy tuvieron un promedio de ocupación del 70% en el distrito, con pico del 85% en Cariló. "Significó un crecimiento interanual del 40% con respecto a la misma fecha, que el año pasado no fue un fin de semana tan largo", detalló. También se entusiasmó con algunas reservas para el verano que se agregaron tras estos días.
Incógnitas
El panorama fue bastante parecido en el resto de los distritos de todo el frente marítimo bonaerense. "Parece enero", comentaban desde Monte Hermoso , que vivió una verdadera mudanza de bahienses que, por primera ve, pudieron llegar a sus playas cercanas sin tantas restricciones.
Por Mar del Plata, con una enorme oferta de plazas, pero también con muchos establecimientos que todavía permanecen cerrados, la hotelería funcionó estos días con una promedio apenas por encima del 50% de ocupación. Lo mejor se lo llevó la de alta gama, con servicio de cuatro y cinco estrellas.
"Sin dudas lo que vivimos fue mejor de lo esperado porque, días atrás, las reservas para esta fecha eran todavía muy pocas", reconoció Jesús Osorno, responsable del hotel Tronador. Pero también admitió que con la partida de estos huéspedes, los primeros desde que en el país irrumpieron el Covid-19 y las medidas de aislamiento, quedan más a la vista las dudas hacia lo que viene.
"Para la temporada hoy todo es una incógnita", remarca el también vicepresidente de la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica. Todavía no hubo reunión de la comisión directiva, pero palpita que la sensación será común en el sector, que se reactivó durante el fin de semana extra largo pero, con pocas certezas para el futuro cercano. "A esta fecha tengo 10% de reservas para enero cuando a la misma época el año pasado tenía asegurado el 70%", explicó.
El contacto inicial con los turistas también permitió a este y otros sectores ajustar las condiciones de las prestaciones, restringidas o modificadas por protocolos que apuntan a prevenir, pero en muchos casos pecan de exageración.
En los hoteles no se permite que funcionen los spa ni las piscinas y los desayunos se sirven en las habitaciones en viandas. En los balnearios, por ejemplo, todavía dudan si pueden o no usar los espacios de juegos para niños. El resultado final fue entonces un mix: una mayoría de lugares donde se cumplió lo normado y otros donde se habilitó más de lo permitido. A veces con sentido común. En otras ocasiones, en abierto desafío al riesgo de contagio, como algún after beach multitudinario o bares sobrepasados de la capacidad máxima permitida.
La gastronomía, que con mayor o menor ritmo aquí ya venía viviendo su experiencia de adaptación desde el inicio del segundo semestre, recogió sus buenos frutos durante este fin de semana extralargo. Se calcula que casi 100.000 turistas llegaron solo a Mar del Plata. Volumen que se reflejó en las mesas, muy ocupadas tanto en el día como en la noche.
Dudas
Nancy Todoroff, secretaria adjunta de la Unión de Trabajadores Hoteleros y Gastronómicos (Uthgra), aseguró a LA NACIÓN que este reencuentro con el turismo "superó lo esperado" en el rubro, que viene castigado tras esta obligada inactividad de casi nuevos meses. Como ya publicó este medio, el gremio perdió aquí casi 2000 puestos desde que el 20 de marzo se dispuso el cierre obligado de comercios.
Las posibilidades en el sector se acrecentaron a partir de medidas municipales que permitieron que restaurantes y bares puedan habilitar más mesas al aire libre. Se les autorizó ampliar servicio a las veredas y construir decks y descansos sobre la calle, decisión que implicó reducir espacios de estacionamiento de automóviles y –en algunos sectores- rediseñar los recorridos y paradas del servicio de transporte público de pasajeros en ómnibus.
"La duda es ahora cuánto del personal temporario será incorporado", señaló la dirigente. Una buena cantidad de mozos y cocineros llegan desde el interior para hacer la temporada. Pero frente a tantas dudas parece primar la idea de quedarse en casa y no arriesgar en alquileres que quizás luego no puedan pagar.
Esa incógnita se acrecienta sobre todo para el ramo hotelero. En el sector hay un centenar de establecimientos que cerró de manera definitiva porque no pudo sobrellevar estos meses sin facturar. Y también esta temporada habrá que acostumbrarse a una ciudad casi sin hoteles gremiales, que abriga a buena porción del denominado turismo social. "Muchas administraciones no están en condiciones de afrontar los costos de abrir", afirmó.
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