Coronavirus en la Argentina: estudiarán si el plasma de recuperados puede frenar el avance de la infección en mayores
Un estudio a punto de arrancar no promete una cura ni un tratamiento para el Covid-19, sino nada más ni nada menos que comprobar si los anticuerpos de pacientes recuperados sirven para frenar la enfermedad en los mayores de 65 años cuando el nuevo virus recién empieza a causar síntomas.
De lograrlo, el uso de plasma (el componente líquido de la sangre) convaleciente dentro de los dos primeros días de malestar convertiría la infección en una enfermedad que no ponga en riesgo la vida de uno de los grupos más vulnerables.
"Son pacientes que consultan con un catarro y fiebre, que por lo demás tienen un buen estado de salud. Queremos estudiar si la intervención tan temprana puede interrumpir la infección y si el plasma es capaz de detener la evolución de la enfermedad antes de que sea un problema respiratorio que demande soporte con oxígeno", explicó Fernando Polack, director científico de la Fundación Infant, a cargo de la investigación.
En general, los estudios en curso con suero de plasma convaleciente, que pueden donar las personas que ya desarrollaron defensas contra Covid-19, se están aplicando en pacientes con la enfermedad avanzada. En este caso, se usará en 210 voluntarios con menos de 48 horas desde el inicio de los síntomas.
Para eso, se empleó una verdadera ingeniería en tiempo de pandemia para coordinar la detección de los potenciales pacientes que consultan tempranamente, trasladarlos con las medidas de bioseguridad a uno de cuatro hospitales designados por el Ministerio de Salud bonaerense, tomarles las muestras para la prueba diagnóstica por la técnica de PCR, enviarlas al laboratorio del Hospital Militar Central para confirmar o descartar el diagnóstico en alrededor de seis horas, programar el tratamiento y monitorear la evolución de cada participante en los próximos 25 días.
"Fue armar en dos meses una red de distintos sectores para evaluar una intervención que transforme al coronavirus en algo así como un catarro viral para los mayores", indicó Polack, que dirige el estudio.
Participarán mayores de 65 con alguna enfermedad previa (hipertensión, diabetes, insuficiencia renal o cardíaca, obesidad, entre otras) y mayores de 75 con o sin condiciones previas, de acuerdo con los factores de riesgo conocidos que pueden agravar la enfermedad en esos grupos.
El estudio durará, en principio, dos meses, con un análisis de resultados el primer mes. Participan 190 profesionales de la salud (médicos, enfermeros, farmacéuticos, hemoterapeutas) de 10 hospitales de la ciudad y la provincia de Buenos Aires, más de 100 voluntarios civiles para organizar el traslado rápido de los posibles candidatos a los hospitales y 15 estudiantes avanzados de la Facultad de Medicina de la UBA que coordinarán el contacto con los pacientes.
Grupos
A medida que estos se vayan incorporando, se les asignará uno de dos grupos: uno recibirá una "dosis" de 250 ml de plasma convaleciente y, el otro, de solución fisiológica enmascarada (placebo) en cuatro horas. Ni el médico tratante ni los investigadores principales sabrán qué tratamiento reciben los pacientes para no influir en los resultados. Cinco son los hospitales que recibirán a los participantes con el Hospital Central Militar: San Juan de Dios, Simplemente Evita, Doctor Carlos Bocalandro y Evita Pueblo en territorio bonaerense. Los datos los evaluará el Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria (IECS).
Participan también en la convocatoria de los pacientes el Sanatorio Los Arcos, el Cemic, el Sanatorio Finochietto y la Obra Social de los Empleados de Comercio (Osecac).
"Lo que estamos haciendo es único. Es un estudio muy ambicioso; hacer ciencia de buen diseño y con una metodología de calidad", sostuvo Gonzalo Pérez Marc, subdirector del Departamento Materno Infantil del Hospital Militar Central y coordinador médico del estudio junto con Romina Libster, investigadora de Infant. El equipo se completa con Diego Wappner, especialista en enfermedades no transmisibles de SwissMedical Group, y Silvina Coviello, investigadora de Infant.
"Lo importante –agregó Pérez Marc– es que el resultado que obtengamos tendrá un nivel de evidencia muy importante. Ya sea que funcione o no el plasma, vamos a aportar información muy relevante. Sabremos si este es el camino por el que hay que avanzar. Y eso significa evaluar si podrá proteger a los adultos mayores que están en riesgo de desarrollar una enfermedad respiratoria grave y producirlo en gran escala de modo que facilite su administración. Un estadio terapéutico para proteger a los que están más en riesgo mientras se espera el desarrollo de una vacuna."
Por ahora, no han surgido en general resultados de estudios que a los médicos que están tratando a los pacientes les permita cambiar la práctica, según apunta el especialista, que por estos días está concentrado en conseguir los donantes de plasma "de calidad, con una buena cantidad de anticuerpos", como lo definió, y preparando el placebo.
"Si la intervención funciona, el día que se conozcan los resultados se podrán aplicar en cualquier lugar del mundo sin cargo porque no tiene un uso comercial", anticipó Polack. En ese caso, el próximo paso será transformar el plasma de donantes en una gammaglobulina inyectable para facilitar su administración. Eso será en el Laboratorio de Hemoderivados de Córdoba y lo financiará la Fundación Bill y Melinda Gates.
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