Coronavirus: Argentina enfrenta la segunda ola con menos de un tercio de los mayores vacunados

Frente al aumento de los casos de Covid-19 que se están detectando, el país está entrando a la segunda ola con menos de un tercio de los mayores de 60 vacunados con por lo menos una dosis, aun cuando son los que más hay que proteger de complicaciones graves si contraen la infección.

Hace tres semanas, LA NACION publicó que apenas un 11% de los 7,3 millones de adultos mayores había podido empezar con el esquema recomendado para las vacunas Covishield y Sputnik V, que hasta entonces estaban autorizadas localmente para usar en los de más de 60 años.

Al día siguiente, se prometió oficialmente que los próximos embarques serían para ese grupo.

Hoy, ya con la vacuna Sinopharm también autorizada para los adultos mayores, la cantidad que logró recibir por lo menos la primera dosis pasó ayer a la tarde al 28%. Esto, aún, es menos de un tercio de la cobertura esperada antes del invierno.

Y eso aunque desde entonces aterrizaron en el aeropuerto de Ezeiza nada menos que siete vuelos con un total de 3.215.745 dosis a bordo, de acuerdo con lo que estuvo comunicando el Gobierno nacional.

Si hasta las 18 de ayer las provincias habían registrado 1.259.313 aplicaciones más que hace tres semanas a mayores de 60, entonces se habría destinado hasta un 39% de los nuevos embarques a ese grupo.

Aún restan vacunar 5.310.142 de los 7.375.000 adultos mayores que viven en el país, según proyecta el Indec.

“Debería estar todo el esfuerzo orientado a completar las etapas definidas en el plan nacional de vacunación de acuerdo con el riesgo que tiene cada grupo priorizado, más aún sabiendo que llegan pocas dosis y azarosamente, por lo que la curva de vacunación no se puede sostener en el tiempo ante una posible segunda ola de contagios y la cercanía del invierno”, había planteado Eugenio Semino, defensor de la Tercera Edad de la Defensoría del Pueblo porteña, cuando la estimación de cobertura apenas alcanzaba al 11% de uno de los grupos de mayor vulnerabilidad.

Ya en ese momento, Semino, que recibe consultas desde las provincias sobre el acceso a la vacunación, planteó la necesidad de reordenar rápido las prioridades en la distribución y la aplicación efectiva de las dosis para que los mayores puedan enfrenten el invierno con otra herramienta además de las medidas cotidianas de autocuidado.

Todo lo que llegue

Hace tres semanas, cuando el país contaba desde diciembre pasado con 4.050.000 dosis, apenas uno de cada 10 mayores había podido acceder a la primera de dos aplicaciones recomendadas para las tres vacunas disponibles localmente. Hoy son más de 7,2 millones las dosis recibidas y no llegan a tres de cada 10 los mayores inmunizados.

“Sigo avanzado muy lento la aplicación en los adultos mayores en relación con el advenimiento de la segunda ola. Los casos van creciendo y se incumplió con lo planteado de que el 100% de las nuevos embarques iban a ser para los adultos mayores, como lo dicen los propios números oficiales”, repasa, ahora, Semino.

En aquel momento, solo estaban autorizadas dos productos para ese grupo. La luz verde para las dosis de Sinopharm llegó a la semana, un día antes de que el Consejo Federal de Salud (Cofesa) acordara diferir 12 semanas todas las segundas dosis, como ya se estaba haciendo con la de AstraZeneca/Universidad de Oxford (Covishield), ante la falta de vacunas suficientes.

Entre el 19 de marzo y anteayer, llegaron al país 3.215.745 dosis, incluidas 218.000 de los nueve millones que se reservaron a través del sistema internacional Covax. Arribaron, además, casi dos millones de la Sputnik V (1.747.745 del primer componente y 250.000 del segundo componente) y un millón de las dosis de Sinopharm.

A medida que se fueron distribuyendo, los registros oficiales indican que en casi tres semanas se destinó el 39% de esos lotes a los mayores, aun cuando esa población acumulaba ayer a última hora tarde casi la mitad del total de dosis aplicadas desde diciembre pasado (4.354.044; tan solo en un 16% se completó el esquema con dos dosis).

“Vamos perdiendo al carrera frente al virus con la aparición de las variantes en estos días”, sostuvo Semino. “Más allá de los contagios individuales, están apareciendo brotes en hogares y geriátricos, lo que aumenta la complejidad porque eso dilata la vacunación, a la vez que el mayor contagio de los jóvenes tiene un consecuencia posterior que es que el virus llegue a los mayores y estamos a días de que esto pase. En tres semanas, la curva creció exponencialmente y sigue hacia arriba”, agregó.

El defensor insistió en que “no solo no se cumplió con lo que las autoridades habían dicho hace unas semanas”, sino que también es necesario, según juzgó, empezar a vacunar “conforme se comprometió respetar el esquema de dos dosis de cada vacuna”.

En los próximos días, las provincias también arrancarán con la vacunación antigripal. Ambas campañas correrán simultáneamente, aunque entre las vacunas para Covid-19 e influenza (que se puede aplicar junto con la antineumocócica cuando esté indicado) hay que esperar 14 días, básicamente para evitar confundir la causa de cualquier evento adverso que pudiera aparecer.

Como el año pasado, se espera que la demanda de la antigripal sea alta. Algunos de los grupos de riesgo se superponen con los grupos priorizados para recibir la vacuna contra Covid-19, como son los mayores de 65, el personal de salud y las personas de más de 18 años con otros problemas de salud. Mientras que para Covid-19 se proyectó una población a cubrir de poco más de 14 millones, la campaña de vacunación para la influenza estacional oscila anualmente entre 9 y 12 millones. La primera tanda, que Nación empezó a distribuir hoy, incluye 1.818.320 de dosis de antigripal para chicos y adultos.

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