Coronavirus en la Argentina: una enfermera vive en un motorhome para no contagiar a su familia
La enfermera Rocío López se mudó a un motorhome para proteger a su familia, cuando empezaron a llegar los primeros contagiados del coronavirus al hospital donde trabaja, en la ciudad bonaerense de 25 de Mayo, y tras relatar lo duro que es ver a sus dos hijos por videollamadas, pidió a la población que mantenga las medidas de protección ya que "hay que cuidarse para cuidar al otro".
"Al empezar la pandemia, le conté a mi hija de 8 años lo que era el coronavirus, que yo iba a atender esos pacientes y que habría días que no iba a tener ganas de jugar o que no iba a poder hacer la comida o sentarme a hacer la tarea porque me iban a llamar del hospital y tendría que ir, pero cuando empezaron a llegar los primeros casos, junto con mi esposo, Leo, decidimos que lo mejor era aislarme", contó a Télam Rocío López, la jefa de enfermeras del Hospital Saturnino Unzué de la ciudad de 25 de Mayo, en el centro de la provincia de Buenos Aires.
Así recordó Rocío la charla que, a mediados de marzo, mantuvo con su hija cuando comenzaban los primeros casos en el país y todos los hospitales bonaerenses ponían en marcha diversos protocolos de actuación y de capacitación para su personal de la salud.
El 17 de marzo último, la que era en ese entonces jefa de Enfermería, Mirta Vaquella, fue licenciada por estar dentro del grupo de riesgo por edad para el coronavirus y las autoridades ofrecieron ese cargo a Rocío. "Suponía un desafío importante y a la vez estar en la primera linea de esta batalla contra esta enfermedad", explicó a ese medio la mujer de 36 años.
Desde los 19 años, Rocío supo que quería desarrollarse en el ámbito de la salud y, tras varios años de trabajo como técnica de ortopedia, estudió y se recibió de licenciada en Enfermería, profesión que desempeña en el Hospital Unzué, un centro médico de cabecera al que confluyen enfermos de las localidades del partido 25 de Mayo, de más de 35 mil habitantes.
Ya como Jefa de Enfermería, se ocupó de organizar los grupos de trabajo y fue preparando a sus compañeros en el uso del Equipamiento de Protección Personal (EPP) para el momento en que tuvieran que trabajar con pacientes contagiados, lo que ocurrió en mayo último.
"En ese momento, se le preguntó a los enfermeros y enfermeras quiénes estaban dispuestos a trabajar con Covid-19, quien vivía solo o si podían adoptar medidas de aislamiento en viviendas donde hubiera dos habitaciones para que, tras estar en contacto con pacientes, pudieran dormir solos, separados de la familia", detalló Rocío.
Entonces, contó qué fue lo que decidieron junto a su marido. "Acordamos que lo principal era la prevención de la familia y que, si yo tenía un lugar para estar, como el motorhome, que permitía cuidarlos, me tenía que aislar".
"Tengo dos hijos: la nena de 8 años y un nene de 2 años y 8 meses que tiene un tratamiento preventivo de dos inhalaciones por día, así que ante eso no lo dudamos", remarcó la enfermera que se mudó al motorhome que -años atrás- le habían regalado su suegra y su esposo.
El motorhome anaranjado tenía todas las comodidades, excepto calefacción, aunque eso lo resolvió durmiendo vestida bajo varias cobijas. "Me fui a vivir ahí, estaba equipado como una casa, tenía un valor emocional especial y habíamos hecho muchos viajes en familia con él", contó Rocío.
Pero a pesar del alivio de proteger a su familia con ese aislamiento hay algo que siempre le dolió: ver a sus dos pequeños a diario por videollamadas, lo cual hace, generalmente, a la noche. "El nene habla su media lengua, es verlo y reírme de cómo habla. La nena tiene congoja y me dice: 'Te extraño, te quiero ver'", confió a la agencia de noticias.
Su familia de origen vive en Tres de Febrero y también se comunican por mensaje de texto y videollamadas: "Es muy difícil estar lejos de ellos, no los veo desde el año pasado", agregó.
El fin de semana último, Rocío se despertó sobresaltada y vio cómo las llamas consumían la alacena de madera del motorhome. Aturdida, abrió la puerta y el aire avivó el fuego, presuntamente originado en un cortocircuito, que consumió todo el interior del vehículo. "Solo quedó la carrocería", lamentó la enfermera que destacó que -a raíz del incendio- mucha gente se comunicó con ella: "Me ofrecían ropa, prestarme un departamento... Recibí mucho afecto de todos, hasta el intendente Hernán Ralinqueo se comunicó conmigo".
Rocío sigue alejada de su familia, pero ahora continúa el aislamiento en una vivienda con dos habitaciones que le consiguieron las autoridades del Hospital Unzué.
La enfermera expresó que le gustaría que la gente tomara conciencia: "Hay que usar barbijo, debajo de la nariz no sirve; si sos grupo de riesgo, aislate; y si vas a un mandado y hablás con un vecino hacelo manteniendo una distancia de 2 metros".
"[Muchas personas] creen que 'a mi no me va a pasar' y relajan [las medidas de cuidado], pero tienen que pensar que hay personal de salud que se esta muriendo", cuestionó. "Si no te cuidás, no me estás cuidando a mi, que me arriesgo todos los días. Yo tengo que tomar estas medidas, ¡¿y vos no te estás cuidando?!".
Con emoción, recordó que un día fue a hacer una compra al almacén y el almacenero le dijo: "Gracias por cuidarme". "Me dio vergüenza, uno no espera el gracias, pero es lindo que lo reconozcan y que tomen conciencia del gran esfuerzo que hace el sistema de salud en la Argentina y que hay que cuidarse para cuidar al otro", enfatizó.
Agencia Télam
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