Coronavirus en la Argentina. En Villa Itatí, una larga fila de vecinos espera para hacerse el hisopado
La fila de vecinos de villa Itatí es de, al menos, dos cuadras. Avanzan a paso lento y con dos metros de distancia entre uno y otro. La espera termina cuando se llega hasta los camiones que dispusieron entre el Ministerio de Salud provincial y nacional, donde se hacen los hisopados para determinar si tienen o no coronavirus. Tal vez la fila deberían ser aún más larga, pero muchos vecinos temen que por dejar aunque sea por unas horas sus casas, se las tomen o incluso asalten a sus hijos por no haber un adulto presente.
Este precario asentamiento de 15.000 personas, situado en Quilmes, está apenas separado por el Acceso Sudeste de la vecina y más pequeña Villa Azul, donde se detectaron 173 casos del nuevo coronavirus en los últimos días. Por eso hoy empezó allí el Dispositivo Estratégico de Testeo para Coronavirus en Terreno de Argentina (DETeCTAr), un operativo sanitario de detección temprana del Gobierno nacional junto al de la Ciudad que se enfoca en la búsqueda activa de personas con cuadros febriles.
Miriam está haciendo la fila. Se acercó para hacerse el hisopado porque se quiere "sacar la duda", pero afirma que está preocupada por haber dejado sola su casa: "Y si te llevan de acá, no sabés ni cuándo volvés ni quién se va a hacer cargo de los chicos".
Hasta el momento, hay 11 casos positivos confirmados en el barrio, mientras que hoy ya se hicieron 75 nuevos hisopados, según Jonatan Konfino, secretario de Salud de Quilmes.
Los 17 grupos que llevan adelante el operativo Detectar en el asentamiento apelan a la sinceridad del vecino al momento de saber si tienen síntomas: no les toman a todos la fiebre. Y algunos, confiesan por lo bajo, que se ven obligados, por temor, a decir que se sienten bien.
"Acá hay mucha gente que si te distraés te entran a la casa. No sé si te llegan a tomar la casa, pero te roban. Hay mucho paqueros, pibes que están muy mal", dice Aldana Pena, de 28 años, que vive en uno de los pasillos de villa Itatí.
"Uno en el consultorio le pregunta al paciente cómo se siente. Se evalúa caso por caso para ver qué estrategia tomar, siempre con el objetivo de cuidar la salud comunitaria", explica Konfino, que está a metros de los camiones del Ministerio.
Luego de que les realiza la prueba de PCR, les solicitan que regresen a su hogar y extremen las medidas de precaución. "Mañana estarán los resultados y, si alguien da positivo, lo iremos a buscar y los trasladaremos a un centro de salud", dice el funcionario.
En la vecina villa Azul, por los 173 infectados que se identificaron, el domingo pasado aislaron el barrio. Ambos barrios se conectan en varios puntos, y algunos vecinos temen que también cierren Villa Itatí. Algo que, según Konfino, está lejos de pasar.
"Si nos encierran estamos jugados, acá no entra nadie, en 50 años no entraron los políticos, no creo que vengan ahora a traernos los bolsones de comida", argumenta Micaela Cabalier, de 25 años, en la puerta de su casilla, levantada con pedazos de chapa.
Según el Censo en Barrios Populares de la provincia de Buenos Aires de noviembre de 2018, en Villa Itatí viven 15.142 personas, cinco veces más que en Villa Azul . Pero los problemas son similares: solo un cuarto de los 4150 hogares cuenta con cloacas y uno de cada 20 está conectado a la red de gas . El 60%, además, tiene una calidad constructiva insuficiente. Muchas de las casillas reciben agua a través de una larga de red de mangueras que van armando entre los propios vecinos.
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