Coronavirus en la Argentina: ¿cuáles fueron los grandes obstáculos de la enseñanza virtual en el país?
Menos de la mitad de los hogares tiene acceso a Internet de buena calidad en la señal, y tres de cada diez no tiene conexión fija. El teléfono celular fue protagonista, la vía de comunicación más usada para los intercambios entre docentes, estudiantes y familias, en todos los niveles de enseñanza, territorios y sectores sociales. Del lado de los docentes, más de la mitad dice que su experiencia con la virtualidad en la enseñanza antes de la pandemia era poca, o nula. Un 79 % de los directores reconoció que tenía limitaciones de conectividad, y un 66 % identificó problemas con el equipamiento tecnológico para sostener la continuidad pedagógica durante estos cinco meses, desde que los chicos dejaron de ir a la escuela, el 16 de marzo pasado, por las medidas restrictivas que impuso el Covid-19 .
A grandes rasgos, una de las primeras conclusiones que salta a la vista es que la enseñanza remota durante el período de aislamiento en la Argentina está signada por la falta de equipamiento, la conexión a Internet y la diferencia en el piso tecnológico de los hogares que asisten a escuelas de gestión privada, que duplica al de los del sector estatal. Sin embargo, y pese a todo, el 95 % de los hogares recibió propuestas pedagógicas de la escuela durante este tiempo. El ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, presentó hoy en una conferencia virtual los primeros resultados de la Evaluación Nacional del Proceso de Continuidad Pedagógica, que tiene como objetivo saber cuál fue la respuesta del sistema educativo en todo el país y contar con la mayor cantidad de datos y evidencia para la toma de decisiones.
Estos primeros resultados forman parte de dos componentes de la evaluación nacional; una encuesta en línea a una muestra representativa de 5387 directivos de todo el país, y encuestas telefónicas a 2658 hogares con niños y adolescentes en edad escolar.
"Estos primeros datos reafirman los desafíos que tenemos en cuestiones como la conectividad, la falta de computadoras o el eje de formación docente para avanzar luego en un esquema dual, cuando los alumnos regresen a las aulas. Pero también nos confirman la importancia de sostener una agenda analógica que ha decidido llevar adelante el Gobierno, como la elaboración de los cuadernillos y el programa Seguir Educando, con contenidos de radio y TV. Ahora se está imprimiendo el cuaderno número 6, y al mismo tiempo estamos por culminar el desarrollo de la plataforma educativa Juana Manso, que estará disponible en una primera instancia el próximo 18 de agosto", dijo Trotta al iniciar la presentación. Y agregó: "Para nosotros la evaluación de las políticas públicas es un elemento innegociable. Tan importante como evaluar es saber qué hacemos con esos resultados. No pretendemos que la evaluación sea una herramienta estadística, sino que sea un instrumento que nos permita corregir o profundizar aquellas políticas que tenemos que desplegar con mayor convicción a partir de los distintos momentos que transita nuestro sistema educativo".
Cómo fue el vínculo entre docentes y alumnos
Los tiempos de adecuación de la propuesta pedagógica fueron similares en todas las escuelas. Ocho de cada diez declararon que pudieron organizar el intercambio con sus estudiantes en menos de dos semanas de suspendidas las clase. El 16 % señaló que tardó alrededor de un mes en organizar la continuidad, y un 5 % reveló que aún estaba buscando adecuar su propuesta de trabajo al contexto.
Otros de los datos compartidos muestran que 3 de cada 4 directivos señalan que la escuela mantuvo contacto con los estudiantes más de una vez por semana, y que 9 de cada 10 lo hizo, al menos, una vez por semana. Solo un 10% de los estudiantes tuvo contacto dos o tres veces por mes o no tuvo contacto, algo común o transversal a todos los niveles.
Los porcentajes de uso de los cuadernos de la serie Seguimos Educando del Ministerio de Educación de la Nación, alcanzaron su nivel más alto en los hogares de mayor vulnerabilidad (41%) y entre los hogares sin recursos tecnológicos (44%). El 85% de las familias encuestadas manifestó que valora el trabajo que la escuela hace en este momento para acompañar a los chicos.
¿Qué se enseñó y se aprendió durante la cuarentena? Casi todos los equipos directivos (99%) dijeron que se repasaron contenidos ya trabajados, y que también se seleccionaron temas nuevas (95%). "Llama la atención que a pesar de las condiciones de comunicación disponibles en los hogares, la mitad de los directivos señaló que continuó con la secuencia planificada antes de la emergencia sanitaria, más en el nivel inicial (58%), y menos en el secundario (38%)", cita el documento.
Gabriela Diker, secretaria de Evaluación e Información Educativa, y Luisa Brumana, representante de Unicef en la Argentina, acompañaron a Trotta durante la presentación. Para Diker, es clave tener en cuenta que ningún sistema educativo del mundo estaba preparado para pasar a este modelo de aprendizaje en los hogares, y que por eso resulta fundamental toda esta información para analizar una amplia multiplicidad de aspectos y recuperar el aprendizaje colectivo.
Mujeres, en la casa y en la escuela
¿Quiénes ayudan a los estudiantes en las casas con las tareas del colegio? Nueve de cada diez adultos que asumieron el rol de acompañamiento en la continuidad pedagógica son mujeres. "Y si se considera que también son mujeres 8 de cada 10 docentes, se puede afirmar que la continuidad pedagógica durante la suspensión de clases ha sido sostenida predominantemente por las mujeres", concluyó Diker.
Los adolescentes también dieron su opinión. El 58% de los entrevistados consideró que fue excesiva la cantidad de tareas que les mandaban los docentes, aunque 6 de cada 10 reconoce haber aprendido contenidos nuevos, y casi la misma proporción señaló que logró organizarse mejor y de manera más autónoma; una visión compartida por muchos adultos en los chats de padres de la escuela.
De lado de los directivos y docentes, un 70% señaló que su trabajo aumentó "considerablemente" luego de la suspensión de clases presenciales; el 24% afirmó que aumentó un poco, y el resto dijo que se mantuvo o disminuyó. La mayor cantidad de horas, argumentaron, fueron destinadas a elaborar estrategias para el acompañamiento, corrección y seguimiento de las trayectorias de los estudiantes.
En relación con la expectativa de reanudación de las clases presenciales, el 90% de las familias manifiesta que continuará con su escolaridad cuando se reabra las escuelas. "La encuesta visibiliza la voz de las familias y las opiniones directas de adolescentes de todo el país. Su mirada sobre la continuidad pedagógica es fundamental para detectar desafíos y nudos críticos que las políticas educativas y sociales deberán atender en los próximos meses. Escucharlos a ellos es central como parte de la agenda", y alertó especialmente sobre los chicos y chicas más vulnerables y la prioridad del regreso a las aulas cuando la situación epidemiológica lo permita. "Ese 10% restante que no sabe si volverá representa a un millón de estudiantes, y sobre ellos habrá que poner el foco. No solo para que continúen con los procesos de aprendizaje, sino también para asegurar su desarrollo y bienestar", puntualizó Brumana.
Del anuncio participaron también Cora Steinberg, especialista de Educación de Unicef y Andrea Bergamaschi, experta en el mismo área del BID.
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