Coronavirus en la Argentina. Consultas médicas tardías, el otro gran riesgo de la pandemia
"Ante los primeros síntomas, consulte".
Lo que durante mucho tiempo fue como un mantra repetido por los médicos y las instituciones de salud, en momentos de pandemia de coronavirus es casi una utopía para todo lo que no sean los síntomas gripales. Pero los procesos de algunas enfermedades subyacentes continúan y una consulta tardía también puede generar graves daños a la salud general.
Son tres las principales especialidades que ya están pidiendo a la población y a las autoridades sanitarias que no las descuiden, tras más de un mes de una cuarentena que se muestra exitosa para detener la diseminación del Covid-19: cardiología, oncología y neurología (por los accidentes cerebro vasculares).
Las consultas se han reducido al mínimo, un 10% de lo habitual, y personas que podrían ser atendidas de manera temprana para ganarle tiempo a la progresión de los síntomas, prefieren no salir de casa ante el miedo a la infección, muchas veces justificado por las comorbilidades (enfermedades previas). Los expertos alertan que de todos modos hay que empezar a tratarlos antes de que la mortalidad por causas no Covid se dispare.
Del corazón: atentos a los síntomas
Es la primera causa de mortalidad en el país. Son de 90.000 a 100.000 los argentinos muertos por enfermedad cardiovascular cada año, algo menos de 300 personas fallecidas por día (un 30% del total). Hoy, la atención cardiológica está en un 50%, incluidas las internaciones por emergencias, lo que empieza a desesperar a los médicos. "Cualquier mínimo desvío de la atención puede tener consecuencias dramáticas. No sabemos qué pasa hoy con esas 300 personas", señala Carlos Tajer, ex presidente de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC).
"Cancelamos todos los consultorios desde el 13 de marzo y se paralizó la actividad asistencial. Eso tiene grandes implicancias, estamos expidiendo menos recetas de insuficiencia cardíaca, una situación de mucho riesgo", dijo a LA NACION.
La sensación entre los cardiólogos es que están descuidando a sus pacientes habituales. Las unidades coronarias están vacías o semivacías en todos los centros asistenciales en el esfuerzo por tener camas disponibles para atender a los pacientes de coronavirus; y los quirófanos se usan lo mínimo posible.
Tajer dice que la experiencia en los Estados Unidos es que los ataques agudos "bajaron" un 40%, lo que a los expertos les hace pensar que en realidad sí sucedieron esos ataques, pero no hubo atención y por ende hubo más muertes domiciliarias. En España, los procedimientos también bajaron entre un 40% y un 80%. Sin embargo, lo esperable sería que hubiera más ataques dada la situación, no menos.
Dice Tajer: "En las crisis históricas se incrementan los infartos; ahora con problemas de pánico, del encierro, el poco ejercicio, no deberían bajar sino al contrario".
Números similares manejan en el Instituto Cardiovascular de Buenos Aires (ICBA) donde las consultas en el área de emergencias cayeron 30% en marzo y 50% en lo que va de abril. En un reporte, un grupo de expertos de ese centro enfatiza que es "imperiosa la necesidad de informar a la sociedad y a las autoridades sanitarias que existirá un incremento marcado de la mortalidad por enfermedades cardiovasculares debido al mal control de los factores de riesgo, y a la demora o no realización de procedimientos no invasivos (estudios de imágenes) e invasivos (cateterismos diagnósticos y terapéuticos), que han demostrado reducir la morbimortalidad".
En ese sentido, el informe presenta distintos escenarios del impacto que podría tener un peor control de la hipertensión y otros problemas arteriales: "Entre abril y octubre de 2020 se podría traducir en un incremento de 3500 a 10.500 casos de nueva enfermedad cardiovascular prevenible", según el escenario. El informe también propone respuestas a la situación con consultas virtuales, exámenes complementarios y la atención de los síntomas urgentes (como dolor de pecho, palpitaciones o falta de aire).
Tanto el ICBA como la SAC activaron estrategias de ir a buscar a sus pacientes, pero esto puede darse solo con los habituales, no con los nuevos. "Si seguimos con este ritmo ralentizado el daño puede ser tremendo", dice Tajer. "Y no es culpa de nadie, pero ahora es cuando las autoridades sanitarias deben llamar a otros expertos, más allá de infectólogos", remarca.
"Tengo la sensación de que el Covid de a poco está siendo doblegado, se hizo un gran trabajo. Ahora hay que redireccionar esfuerzos, porque, si no, las muertes por accidentes cerebro vasculares (ACV), cáncer y corazón van a ser muchas más", coincide Alberto Alves de Lima, director médico del ICBA.
Oncología: hacer 1/3 de las quimioterapias
El cáncer provoca la muerte de alrededor de 45.000 argentinos por año y hay unos 150.000 casos nuevos por año. "Seguro que habrá un aumento de mortalidad por cánceres no diagnosticados por la intensidad de la atención del Covid-19. Por pacientes que no acceden, demoras en tratamientos y diagnósticos", dice Berta Roth, especialista en radioterapia del Cemic y ex directora del Instituto Roffo.
Como en otras dolencias y situaciones, el acceso a la salud es distinto en el país según tipo de cobertura médica y lugar geográfico. "En general, los servicios diagnósticos para cáncer de mama en centros de prepaga se siguen haciendo. Sí pueden tener una demora a la hora de definir de qué tumores se trata y a la vez hay muchos quirófanos que no están funcionando. Es un balance que es preciso tener", agrega.
De todos modos, respecto de las urgencias, hay indicaciones internacionales respecto de cuáles no se deben suspender. "Si no es muy urgente, en tumores como los de próstata de bajo grado se puede esperar tres meses", dice.
Seguro que habrá un aumento de mortalidad por cánceres no diagnosticados por la intensidad de la atención del Covid-19""
"Si somos sensatos se deberían suspender en estos momentos dos de cada tres quimioterapias que se hacen", dice Ernesto Gil Deza, director de Investigación y Docencia del Instituto Oncológico Henry Moore y de la Carrera de Oncología de la Universidad del Salvador.
Gil Deza sostiene que hay que evaluar caso por caso beneficios y los riesgos de la comorbilidad ante el coronavirus. ¿Cuánto tiempo podría darse esa suspensión en pacientes con cáncer? En muchos casos podría ser hasta tres meses; si la atención prioritaria al Covid-19 se extendiera cinco o seis meses, algunos sí necesitarán empezar tratamientos fuera de su casa, pese a los riesgos.
Respecto de las emergencias oncológicas, donde peligra la vida del paciente, como por ejemplo, en caso de compresión medular, el tratamiento debe ser tan urgente como siempre. "La cuarentena es mejor que los screenings (diagnóstico por imágenes) de rutina", remarca Gil Deza, a la vez que sostiene que esta situación revalorizó el diagnóstico clínico por síntomas.
Neurología: ¿dónde están los pacientes?
Según un estudio de estimación hecho por el Fleni publicado el año pasado, cada año se producen entre 50.000 y 60.000 accidentes cerebrovasculares (ACV) en el país; es la tercera causa por enfermedad luego de la enfermedad cardiovascular y el cáncer.
"Es muy difícil cuantificar las pérdidas, o la falta de oportunidad en los hospitales para diagnosticar otras patologías en el marco de esta pandemia. Lo que está claro es que los hospitales están sin dudas subocupados. En Fleni, donde usualmente estamos en 80 u 85% de ocupación, tanto de casos graves como de urgencia, ahora nos preguntamos dónde están esos pacientes. Porque las patologías siguen su curso", dice Claudio Pensa, director médico de Fleni.
Pensa cree que podría darse tanto que la gente soporte formas leves de ACV y no consulte tanto, como que la cuarentena obligatoria haya reducido efectivamente las causas del ACV. "Las condiciones para patologías de urgencia podrían ser distintas en confinamiento. Si el estrés de la vida diaria, la falta de afecto, la mala alimentación, los conflictos laborales y demás pueden influir negativamente en la vida humana y lo provocan, se podría pensar que ahora desaparecieron esas causas que generan arritmias y que desencadenan ACV e infartos", afirma.
La otra opción es que el miedo y el terror de los pacientes por la pandemia hacen que frente a consultas de no extrema gravedad los pacientes subestimen la situación clínica o "aguanten" los padecimientos. Algo que sería peligroso en términos de la salud general. Por eso, se pide que no se desdeñen los síntomas que pueden sentirse en casa, como alteraciones en la conciencia o motrices.
En Fleni, no solo las camas están libres sino que las consultas de guardia cayeron de 2000 a 200 mensuales. También allí comenzaron estrategias para buscar a los pacientes habituales y hacerles seguimiento telefónico.
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