Coronavirus en la Argentina. Concientizadores, la nueva tarea de empleados porteños para hacer cumplir la distancia social
Sábado a las 11. Un hombre de unos 70 años se escabulle por entre los árboles del centro del Parque Tres de Febrero -Bosques de Palermo- con un periódico en su mano. Seguramente logró evadir los controles de los principales accesos al predio y busca algún banco en donde poder desplegar su lectura. Pero a unos pocos metros, sobre el paseo que conduce al Rosedal, lo espera un grupo de concientizadores con chalecos fosforescentes para pedirle que vuelva a su casa.
Los concientizadores son empleados de distintas áreas del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires cuyos trabajos originales se encuentran suspendidos por la cuarentena y, por lo tanto, fueron reasignados al rol de garantizar el cumplimiento de las normas del aislamiento social, preventivo y obligatorio en los espacios públicos. Son, en total, un equipo de 970 personas, distribuidas entre los 500 puntos de mayor circulación peatonal de la Capital.
Estos puntos, definidos por cada comuna, son fluctuantes. Mientras que durante los días de semana los espacios de mayor aglomeración suelen ser los principales puntos de cobro (bancos, Anses), correos, supermercados y los corredores de las avenidas más importantes, en el fin de semana -momento en el que se permitenlas salidas recreativas con hijos menores de 16 años-, los lugares más concurridos son los paseos comerciales y los espacios verdes habilitados.
"El Parque Tres de Febrero es uno de los pocos de la ciudad que no está cerrado con rejas o cintas. Tiene 370 hectáreas; es muy difícil de clausurar y también de controlar", explica Martín Cantera, presidente de la Comuna 14. Cantera llegó a las 11:00 al parque para supervisar y ayudar a los concientizadores. Tres de ellos están ubicados en la entrada de las avenidas Del Libertador e Iraola, uno de los accesos al Parque. La calle está cubierta por una valla para evitar el acceso de automóviles y controlar con mayor facilidad que solo entren aquellos adultos que estén acompañando a menores de 16 años.
Infractores de la cuarentena
Según Pablo, uno de los tres concientizadores del acceso, quien prefirió no decir su apellido, los principales infractores de la cuarentena en el parque son las personas en edad de riesgo. "Intentan entrar a pasear el perro o a caminar con sus amigos, pero no los puedo dejar pasar- dice-. Muchos me discuten un rato largo, pero siempre en buen tono, contándome lo que están viviendo. Están cansados del encierro. Uno el otro día me dijo «ya está, si me tengo que morir, me muero»".
El cielo de Palermo comenzó a despejarse y cada vez hay más familias recorriendo el parque. Unas pocas cumplen con la totalidad de los requisitos de las salidas recreativas para menores de 16 que dispuso el gobierno porteño -solo los fines de semana, solo con un adulto responsable, hasta 500 metros de la casa y por un tiempo máximo de una hora-, pero la mayoría no lo hace.
A unos metros de la pérgola del lago, cuatro niñas juegan trepándose a un ombú mientras sus madres las miran y hablan. Al verlas, uno de los concientizadores que camina por el área se acerca para recordarles que no está permitido instalarse en el parque y que no se recomienda la reunión de dos familias distintas. Pero los concientizadores no siempre hacen cumpir con los requisitos a rajatabla.
"Suelen venir los dos padres con sus hijos. En verdad, lo correcto sería que venga uno, pero no vamos a pasarnos el día entero discutiendo. El tema de que vivan a 500 metros de la plaza tampoco lo controlamos porque es muy dificil", acepta el guardaparques Marcelo Suirrzz, quien trabaja ahí todos los sábados y domingos, de 10 a 18.
En el Parque Tres de Febrero
De los 580 concientizadores que trabajan los fines de semana en la ciudad, 40 están asignados al Parque Tres de Febrero. Este equipo está respaldado, además, por guardaparques, policías y agentes tránsito de la comuna -en total, otras 40 personas, según estima Cantera-.
Mientras que los fines de semana el principal rol de los concientizadores es controlar el cumplimiento de las salidas recreativas, la circulación fluida de personas y el uso adecuado de los tapabocas, los días de semana su principal desafío es el mantenimiento de la distancia social en las filas.
"Al poder entrar de a pocos la fila de afuera a veces es de una cuadra y media", cuenta Ivana Faveiro. Faviero trabaja cuatro horas por día, de lunes a viernes, en avenida Santa Fe y Armenia, afuera del Correo Argentino. Ella solía trabajar en el área de Licencias de Conducir de la Ciudad de Buenos Aires, pero como no está funcionando, le ofrecieron reasignarla como concientizadora. "Cada día, desde que llego hasta que me voy, estoy ocupándome de que las personas de la fila mantengan el metro y medio de distancia entre ellos. A mi me divierte. Hablo con la gente, me cuentan cosas. Siempre me tratan bien. Es mejor que estar encerrada en casa", dice.
"Como entendemos que hay muchos vecinos que tienen que salir a hacer sus compras o que salen a pasear una hora el fin de semana con los chicos, decidimos implementar esta iniciativa y poner a disposición a los trabajadores del gobierno -detalló el jefe de Gabinete de la Ciudad, Felipe Miguel-. En este momento, necesitamos reforzar todas las medidas de prevención y apelar a la responsabilidad de la gente que viene actuando de manera muy responsable con todos los cuidados".
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