Coronavirus en la Argentina: apps de meditación y clases virtuales de yoga, una de las recetas contra el estrés en cuarentena
Cada vez que termina de trabajar desde su casa, a las 18, Teresa Murad, de 25 años, camina hacia la habitación contigua y apaga las luces. Enciende una lámpara con luz tenue. A veces, prende alguna vela aromática para crear un ambiente distinto. Ya está lista para empezar con su clase de yoga, a través de una app que se descargó en el celular. Se llama DownDog, y le permite personalizar hasta el último detalle de su práctica.
Frente al aislamiento obligatorio para frenar la propagación del coronavirus , actividades como el yoga y la meditación cobraron un nuevo impulso entre los argentinos, tanto a través de apps para el teléfono celular como de clases virtuales. Aunque algunos ya realizaban estas prácticas vinculadas a la relajación y a la introspección desde antes de la cuarentena, muchos las descubrieron por primera vez en este contexto. Para los especialistas, el fenómeno se debe a una búsqueda de bienestar en medio de la incertidumbre y la angustia que genera la situación actual.
"La app me la recomendó mi prima. Me la bajé cuando arrancó la cuarentena y no podía seguir yendo a las clases de yoga que hacía en el gimnasio. Está muy buena porque podés personalizar la clase. Podés decidir qué tipo de yoga querés, si más dinámico, más lento, con más posturas o menos. Elegís cuánto tiempo querés que dure la clase, si querés que te hable una mujer o un hombre y en qué idioma. También podés poner música de fondo", explicó Murad, que trabaja en una consultora internacional. "El yoga me 'desestresa' y desconecta de todo", agregó.
El yoga me desestresa y desconecta de todo
Agustina Rücker, una joven estudiante de arquitectura de 20 años, también empezó a usar la app DownDog. Poco antes de la cuarentena tomó sus primeras clases de yoga, que continúa realizando de manera regular con su profesora a través de Zoom. Además, incursionó en la meditación. "El tiempo me sobraba y me pareció una muy buena oportunidad para invertirlo en esto. Rápidamente empecé a notar cambios en mi estado de ánimo, más energía, mejoras en mi flexibilidad y sobretodo una fuerte conexión conmigo misma. También me ayuda a relajarme y a concentrarme en el momento presente, que es muy bueno en momentos de angustia o de incertidumbre como los que estamos viviendo", afirmó.
Para muchos, el yoga y la meditación son una manera de lidiar con la ansiedad, la angustia y la incertidumbre que causa la cuarentena. Ese es el caso de Laura Moses, de 25 años. Empezó a tomar clases de yoga online en el Centro Cultural Recoleta, se descargó la aplicación Headspace para meditar, y también escucha un podcast con meditaciones guiadas en Spotify. Nunca antes había hecho yoga o meditación. Se lo recomendó una amiga y su psicóloga.
La meditación me ayuda a relajarme y a concentrarme en el momento presente, que es muy bueno en momentos de angustia o de incertidumbre como los que estamos viviendo
"La meditación a mí me ayudó un montón con la ansiedad. La descubrí en cuarentena. Me hace bien tanto física como mentalmente para lidiar con todo este contexto. Me ayuda a poder concentrarme mejor y a estar más tranquila. En mi casa antes no tenía tiempo para hacer yoga, o no me lo tomaba", afirmó.
Respuestas
Para los especialistas, el boom de las apps de meditación y las clases de yoga online se explica como una respuesta a la incertidumbre que genera este contexto. "En el mundo exterior hay una situación angustiante, que no sabemos hacia dónde nos conduce. La incertidumbre sobre el desarrollo de la realidad nacional e internacional, genera preocupación y ansiedad. Además, no se puede ir a los lugares convencionales de placer y esparcimiento. Todo esto conduce a un aumento de la espiritualidad y a una búsqueda del bienestar, sanamente hablando. Crece el mundo interior", apuntó Andrés Rascovsky, psicoanalista y expresidente de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA).
En algunos casos, la meditación y el yoga llegan a través de las oficinas, como una herramienta para que sus empleados puedan despejarse después de la jornada laboral a virtual. Es el caso de Joaquín, de 22 años, que trabaja en una empresa que realiza auditorías contables. Su compañía le dio la posibilidad de acceder gratuitamente a una app de meditación paga. La usa siempre después de trabajar, con auriculares puestos y la luz apagada. "Sirve para relajarte, y sacar las tensiones. Es una manera de desconectarte. Te hace descansar la mente", sostuvo.
Todo esto conduce a un aumento de la espiritualidad y a una búsqueda del bienestar, sanamente hablando. Crece el mundo interior
Quienes dan clases de yoga, mindfulness y meditación, notan que hay más personas que se sumaron a estas actividades a lo largo de la cuarentena. Estefanía Santos, de 36 años, es profesora de yoga y dueña de Bodhi Club de Arte. Da clases online y participa de la Sangha del Buen Ayre, un grupo de meditación. "Noto que hay más participación y más concurrencia. Se sumaron un 20 o 30% más de alumnos a las meditaciones. También se sumó gente del interior. En las sesiones de meditación zen a través de Zoom a veces somos como 60 o 70 participantes. Cuando di clases abiertas de yoga por Instagram Live manejaba unos 40 alumnos", indicó Santos, quien destacó que estas prácticas "son una herramienta de autoconocimiento que nos permiten encontrar la armonía".
"Siempre la meditación y el yoga son indispensables. Ahora con esta situación que genera incertidumbre, ansiedad, estrés, se necesita más que nunca. Te mantiene en un estado de equilibrio interno y ayuda a entender que esto que está sucediendo no depende de nuestras maniobras. La cuarentena nos invita a vivir en el presente. Confío en que muchos lo van a incorporar como un nuevo hábito", agregó Verónica Pires, instructora de yoga de 31 años y dueña del estudio Om Shanti en Lomas de Zamora.
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