Coronavirus: alojamiento en zonas apartadas, y viajes con el círculo íntimo, los planes de los turistas argentinos
Desde que sacó el pasaje hace poco más de dos semanas, porque confiesa que se tentó con los precios del último Hot Sale, Sofía, una arquitecta porteña, no para de pensar en sus próximas vacaciones. Dice que fue un año agotador, estresante, no por una situación particular sino por las ya conocida en todo el mundo desde que se desató la pandemia del nuevo coronavirus. Quiere viajar, tomarse un descanso, y con el pasaje en la mano y el último anuncio del Ministerio de Turismo que confirmó que habrá temporada de verano en todo el país, las ganas de disfrutar de una semana en Bariloche con su marido dejó de ser una ilusión. "Lo que nos terminó de convencer fue la posibilidad de sacar una tarifa flex, sin penalidad y con un plazo de hasta un año después de la fecha fijada para usar el pasaje. Eso nos da la tranquilidad de que en algún momento viajaremos. Elegimos la tercera semana de febrero para estar fuera de temporada alta. Como no tenemos hijos tampoco estamos atados al inicio de clases, y preferimos evitar las fechas más concurridas. Volamos a Bariloche, pero la idea no es alojarnos en la ciudad, sino en las afueras, una cabaña cerca de un lago, bien en contacto con la naturaleza", detalla.
Sin posibilidades de viajar desde que se decretó la cuarentena, con vacaciones de invierno incluidas en el encierro, la mira del 85% de los argentinos que piensa en un viaje de descanso está puesta en el verano, entre diciembre y marzo próximos. Además, cinco de cada diez viajeros, según coinciden los últimos datos de empresas turísticas como Despegar y Avantrip, piensan en un destino local, lo que significa una buena noticia para comenzar a reactivar el turismo interno.
Destinos de cercanía. Paisajes rurales o de playa. Pequeños pueblos alejados de las grandes ciudades y en contacto directo con la naturaleza. El perfil del nuevo turista también indica que en cuanto al alojamiento prefiere las cabañas, las casas y las posadas antes que los grandes hoteles. Y que viajaría principalmente en familia o en pareja, ese círculo íntimo que lo acompañó durante la época del confinamiento. Los paquetes turísticos con grupos armados y con desconocidos ya no son tentadores.
Los pasajes en avión, agregan desde Avantrip, ganaron terreno durante el último Hot Sale, con un porcentaje que acaparó el 85% de las ventas. El magro 15% restante se repartió entre la compra de productos terrestres, como hospedaje, alquiler de autos y traslados. "Nunca se había vendido tan poco alojamiento, lo que quiere decir que el plan de las vacaciones no está completo todavía", explican desde la agencia de viajes. Al igual que hizo Sofía, lo más importante para la mayoría es definir el destino y la posible fecha de viaje. Ante un panorama de tanta incertidumbre, el lugar donde alojarse puede esperar hasta último momento.
¿A dónde viajarán los argentinos este verano?
Los destinos del sur son los favoritos. En los primeros puestos de la lista de Despegar figuran Bariloche, Ushuaia, Iguazú, Calafate, Mar del Plata, Villa La Angostura y Mendoza. "Bariloche batió récords –coinciden desde Avantrip-, y Buenos Aires perdió liderazgo, un desplazamiento atado a la alta circulación del virus y la cantidad de gente".
Desde el Ente Regional Oficial de Turismo Patagonia ya están al tanto de las preferencias de los viajeros para este verano, y explican que la tendencia que los posiciona como destino favorito para la "nueva normalidad" está sustentada en tres pilares: la baja densidad de población en toda la región, la amplia oferta de servicios y excursiones en espacios abiertos y la mayor superficie del país en parques nacionales y áreas protegidas. "Todos los destinos ya están trabajando en los protocolos sanitarios para cada tipo de servicio y actividad. Además, sabemos que este año gran parte del movimiento turístico se dará interregionalmente, con patagónicos desplazándose en vehículo propio, y eso también será beneficioso para los circuitos menos conocidos, a los que nosotros llamamos 'tesoros por descubrir', como el norte neuquino, la costa de Río Negro o la Ruta Azul, en Santa Cruz", definen desde ente patagónico.
La familia Linares está compuesta por cinco integrantes: madre, padre y tres chicos en edad escolar, entre los 4 y los 10 años. "Sufrimos el encierro cada día que pasa. Mis hijos ya no dan más. Estamos esperando las vacaciones de verano para irnos en auto al Sur. Tenemos muy lindas experiencias en la Patagonia y estamos acostumbrados a hacer miles de kilómetros por tierra. Lo más probable es que alquilemos una casa en medio de la naturaleza, que podamos ir a la montaña y bañarnos en un lago. Apenas se habilite el ingreso de turistas nos vamos", sentencia Carolina Linares, harta del encierro.
Los viajes en auto, como el que hará Linares, también son una tendencia que se avecina para este nuevo mapa turístico pos-Covid-19. Las agencias de viajes lo observan. "Algunos se animan a hacer miles de kilómetros, aunque los viajes cortos y cercanos están cobrando relevancia. La gente, atenta a la situación sanitaria, se siente más tranquila visitando lugares que conoce y a los que puede llegar en pocas horas en auto. Justamente están teniendo mucha demanda todas las ofertas y escapadas para fin de año, de entre tres y cuatro días, a destinos como San Antonio de Areco, Cariló, Chascomús, Rosario o Villa Gesell", puntualiza Paula Cristi, gerente general de Despegar para Argentina y Uruguay.
Entre el turismo de ola y el rural comunitario
En la playa, podrán regir nuevos protocolos y limitar el ingreso de personas a los balnearios, pero el corredor de la costa atlántica bonaerense siempre es una de las opciones favoritas para el turismo interno. Según las agencias, Mar del Plata, Pinamar Cariló, Miramar y Villa Gesell forman parte de un top cinco que se repite desde hace décadas. Federico Guzmán tiene cuatro hijos, y aunque todavía no definió nada piensa en la playa, como todos los años. "Tenemos dos hijos chiquitos y dos treméndamente adolescentes, y espero que podamos irnos a Miramar como lo hacemos desde hace años, siempre en la segunda quincena de enero. Pero aún es incierto. Por ser un año tan particular, en algún momento evaluamos alquilar una casa en un country, pero los precios están por las nubes. Piden un disparate. Creo que nos costaría más barato pasar toda la cuarentena alquilando una casa en la costa que el verano en un country", opina Guzmán, que siempre optó por los destinos de cercanía para viajar en familia.
A su inquietud responde el secretario de Turismo, Cultura y Deportes de General Alvarado, Tomás Crowder, que se muestra muy positivo de cara a la temporada. "Estamos trabajando en el control sanitario y la prevención desde que se decretó la cuarentena, y lo que sucede en los países del hemisferio norte, que nos llevan tres meses de adelanto, nos da pautas sobre cómo actuar. Estos últimos días se reactivaron las consultas, sobre todo de las familias que vienen a Miramar todos los años. En paralelo, también estamos trabajando con el Instituto Mixto de Turismo y los empresarios privados para ofrecerles soluciones creativas a los turistas, otras propuestas alternativas al turismo masivo de sol y playa, que son un clásico. Impulsamos el turismo de ola, que es un fenómeno que crece con el boom del surf y las ganas de aprender un deporte durante el verano y también el turismo rural comunitario, con base en la pintoresca localidad de Mechongué", cuenta Crowder, que confía en los destinos de cercanía y la cantidad de kilómetros de playas vírgenes de la costa atlántica bonaerense para recibir a todos los viajeros.
Eduardo Garay tiene 56 años, y dice que el estrés que genera el exceso de trabajo no es muy distinto al que provoca la falta de empleo, como le sucedió a él desde que se decretó la cuarentena. "Mi pareja es psicóloga y realmente tuvo muchísima demanda de sus pacientes, trabaja más ahora que antes. Yo me dedico al turismo de nieve y como la temporada de esquí se perdió, no pude hacer nada. Los dos necesitamos vacaciones urgentes, es importante para nuestra salud mental", asegura Garay, que tiene hijas de un matrimonio anterior y entonces divide sus días de vacaciones. "Como somos una familia ensamblada, cada uno se irá una semana con sus respectivos hijos y luego nos vamos otra semana los dos solos. No queremos gastar de más ni depender de un viaje en avión, entonces nos vamos a Mar Azul, que tiene playas muy amplias y podés estar distanciado de la gente sin problemas".
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