Coronavirus. Alertan sobre el riesgo de suspender las cirugías de la obesidad por la segunda ola
Especialistas advierten que esa decisión mantiene a los pacientes que necesitan el procedimiento dentro de uno de los principales grupos vulnerables frente a Covid-19
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La entidad que reúne a los especialistas en el tratamiento de la obesidad envió una carta a las autoridades sanitarias nacionales para advertir sobre el riesgo de suspender las cirugías bariátricas durante la pandemia, dado que el exceso de peso está ente los tres primeros factores que aumentan la probabilidad de tener más complicaciones en el caso de tener Covid-19.
De hecho, las personas con obesidad integran uno de los grupos priorizados para acceder a la vacunación, al igual que aquellos que tienen diabetes, cardiopatías y afecciones respiratorias crónicas, entre otras enfermedades de riesgo.
En su carta, las autoridades de la Sociedad Argentina de Cirugía de la Obesidad (SACO) argumentan que “la demora, la obstaculización o el impedimento en el acceso al tratamiento quirúrgico bariátrico y metabólico de los pacientes con obesidad, que integran el grupo definido como ‘de riesgo’ por el Ministerio de Salud de la Nación, podría transformarse en un perjuicio para su salud, tanto por el agravamiento de las comorbilidades o la aparición de consecuencias derivadas de ellas, en algunos casos irreversibles, como por la mayor vulnerabilidad a Covid-19 con los riesgos médicos que han sido demostrados, como una mayor tasa de enfermedad grave, mortalidad y contagiosidad”.
En este momento de alta tensión del sistema sanitario, la suspensión de las operaciones programadas que no impliquen riesgo de vida apunta a volver a reducir como en marzo pasado las internaciones, fundamentalmente la ocupación de las terapias intensivas. Por otro lado, Pedro Martínez Duartez, presidente de la SACO, observa que la mayoría de los pacientes que están en terapia intensiva por Covid-19 son obesos.
“¿La cirugía de la obesidad en este momento es segura? Sí y de acuerdo con la evidencia científica: en más de 2000 cirugías hechas el año pasado durante la pandemia en 133 hospitales de 138 países, entre los que está Argentina, se pudo evaluar que no hay diferencias significativas en la morbilidad y la mortalidad de los pacientes. Es decir, que no estaríamos poniendo en riesgo a los pacientes por operarlos”, planteó el especialista.
Otra pregunta en el actual contexto de tensión del sistema sanitario, según plantea, es qué cama necesitan estos pacientes. “El 99% no necesita una cama de terapia”, continúa, tras considerar que “hay margen en el sistema” para programar estas intervenciones porque la internación es de 24-48 horas y en una sala general.
En tres meses, según explica, el 86% de los pacientes alcanza un índice de masa corporal (IMC) de menos de 35 (obesidad de bajo riesgo o clase I), lo que revierte también el riesgo de complicaciones y muerte por Covid-19, de acuerdo con los estudios hechos durante la pandemia. En seis meses, esa proporción alcanza al 93%.
En 2018, que es el último año con datos conocidos, se hicieron 9000 cirugías bariátricas en el país. Eso representa, de acuerdo con el especialista, un porcentaje muy bajo de la población que se beneficiaría con la intervención. La burocracia para la cobertura del procedimiento es el principal obstáculo en el acceso: lo llega a demorar hasta dos años.
“El sistema inmunológico mejora a partir del mes de la cirugía y eso reduce la probabilidad de contraer la infección por el virus SARS-CoV-2”, señala Martínez Duartez. “No se sabe cuanto durará esta pandemia, pero la obesidad está vinculada directamente con la diabetes, la hipertensión y la apnea del sueño, que son todos factores de riesgo que agravan la condición de un paciente con Covid-19 –agrega–. Cuando las condiciones no están dadas, se puede reprogramar la cirugía, pero no suspenderla porque está demostrado que mejora las condiciones clínicas generales y, ante una eventual infección, son pacientes que tendrán menos complicaciones, mortalidad y uso de respirador.”
Salir del grupo de riesgo
En la carta que firman Martínez Duartez y Axel Beskow, secretario de la entidad, se señala que “demorar, rechazar o dificultar” por la pandemia el acceso a una cirugía que reduce otros problemas de salud asociados se convierte en “un impedimento para salir del grupo de riesgo que integran, con las consiguientes condiciones desfavorecedoras” para hacer frente a Covid-19 en caso de contagio.
"El sistema inmunológico mejora a partir del mes de la cirugía y eso reduce la probabilidad de contraer la infección por el virus SARS-CoV-2"
Pedro Martínez Duartez, presidente de la SACO
Estiman que el uso de camas de unidades críticas es inferior al 1%, con un período de internación promedio de 24 horas. En el país hay 12.501 camas de terapia tras la ampliación del sistema del año pasado para responder a la pandemia.
De acuerdo con los datos que la asociación profesional remitió a las autoridades sanitarias, los pacientes con un índice de masa corporal (IMC) de 35 kg/m2 o más (obesidad clase II y III) que fueron operados y contrajeron la infección por el nuevo coronavirus tuvieron “una evolución significativamente más benigna” que los pacientes sin una cirugía bariátrica.
Estas intervenciones se recomiendan para personas con un IMC de 40 o más o de 35 o más con por lo menos una enfermedad asociada o seis meses de tratamiento para adelgazar supervisado sin resultados.
90% menos
La SACO ya se había pronunciado sobre el riesgo de desatender otros problemas de salud debido a Covid-19, como ocurrió el año pasado. Lo hizo cuando el presidente Alberto Fernández asoció la alta ocupación de las terapias intensivas con que el sistema de salud se había relajado.
“La suma de medidas adoptadas en relación a la suspensión de tratamientos quirúrgicos de pacientes con afecciones no urgentes durante la pandemia del Covid-19 en 2020 puso en pausa la atención de innumerable cantidad de personas con enfermedades cuya postergación de tratamientos representa también un grave riesgo para la salud de estos pacientes”, señalaron hace menos de dos semanas las autoridades de la entidad.
Los resultados de la encuesta sobre el Impacto de Covid en la Cirugía Bariátrica que había hecho la SACO entre el 1° de abril y el 31 de mayo del año pasado reveló que se habían hecho en ese período un 90% menos de cirugías bariátricas con respecto a 2019.
“La gran mayoría de las patologías, gracias a los procedimientos mínimamente invasivos, requieren una internación breve, lo que permite liberar esas camas rápidamente si la demanda por otras urgencias así lo requieren”, argumentaron desde la asociación profesional.
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