Coronavirus. Las rutinas de los mayores de 65 años que dificultan el aislamiento
"¿Vas a ir al cumpleaños de Fede?". Mariana Carro, le preguntó a su madre, Sofía, que tiene 75 años, si iba a ir el domingo al cumpleaños de su hermano, en Pilar. "Por supuesto", respondió. Acto seguido, Mariana llamó a su hermano para sugerirle que suspendiera el festejo, por las recomendaciones que acababa de difundir el Ministerio de Salud de la Nación: que los mayores de 65 años hagan un aislamiento voluntario. Esto es que eviten el contacto social por ser el principal grupo de riesgo. La respuesta de su hermano también fue negativa.
"Vamos a estar complicados. Porque tanto mi mamá como mi papá, los suegros de mi hermano y varios familiares tienen más de 65 años. Pero nadie se siente suficientemente vulnerable como para recluirse. Mi mamá ya me adelantó que ni loca se va a quedar en su casa. Que se muere de la angustia en el encierro", cuenta Mariana.
La complejidad de la recomendación de cuarentena voluntaria para los mayores de 65 años no es menor. Porque, si bien se trata de un grupo de riesgo, las características sociales, habitacionales y poblacionales de esta generación dificultan el aislamiento. Además, no se trata de un aislamiento de sólo 14 días, como se aplica a los viajeros a zonas de riesgo de contagio. Sino, implica recluirse todo el tiempo necesario hasta que pase el peligro, que aún nadie se anima a precisar.
Seis millones de mayores
Hoy, el 15% de la población argentina tiene más de 65 años. Son unos seis millones de habitantes. La Secretaría de Integración Social para Personas Mayores porteña decidió suspender para la semana que viene la entrega de tablets y la capacitación y evalúa si se suspenderán otras actividades sociales para este segmento que se realizan en centros comunitarios y de jubilados. Además, incorporó una declaración jurada con historial de salud y viajes para aquellos que visiten a familiares que viven en hogares.
Hoy, el 15% de la población argentina tiene más de 65 años. Son unos seis millones de habitantes
Hay algunas características de los mayores de 65 que explican por qué es difícil hacerles guardar cuarentena. El 3% de los mayores de 60 años vive en geriátricos, explica el sociólogo Enrique Amadasi, excoordinador del Barómetro de Personas Mayores de la UCA y actual investigador de la Fundación Navarro Viola.
"El 50% de los mayores argentinos hoy convive con población sub 60: los hijos, los nietos, la nuera o el yerno. Los que viven solos, son sólo el 20%. Y otro 30% lo hace con otra persona también mayor de edad, en general, su pareja. Significa que uno de cada dos adultos mayores difícilmente pueda realizar un aislamiento sanitario como se recomienda, porque seguiría en contacto con otros miembros de la familia. Y si pensamos que de ese 50%, son mayoría los adultos de estratos sociales bajos, sin otras posibilidades de vivienda, es aún más dificultoso", apunta Amadasi.
Sobre este punto, Laura Barcan, médica infectóloga del Hospital Italiano y miembro de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), explica: "Pueden estar en la misma casa, pero hay que tener ciertos cuidados, como evitar áreas comunes, permanecer a uno o dos metros de distancia de la persona aislada, evitar compartir el mate, vasos y platos. Si no hay posibilidades de hacer esto, es recomendable que la persona use un barbijo quirúrgico. También recomendamos limpiar las superficies con lavandina diluida y mantener ventilada la habitación".
Uno de cada dos adultos mayores difícilmente pueda realizar un aislamiento sanitario como se recomienda, porque seguiría en contacto con otros miembros de la familia
Los mayores de 65 años en la Argentina son una población muy poco digitalizada. Por lo cual, no es muy esperable que vayan a reemplazar compras, transacciones y encuentros sociales vía web. El 70% de ellos no usa Internet; el 83% no utiliza computadora y el 44%, no se vale de un teléfono celular, según los últimos datos de la Encuesta Permanente de Hogares del Indec. Entre los que tienen mayor nivel educativo, el uso de Internet es más alto. Sólo los adultos que tienen estudios universitarios completos tienen las mismas tasas de uso de Internet que la población general: el 70% lo utiliza con frecuencia.
Tres de cada cuatro adultos mayores prefiere hacer fila en el banco y usar la ventanilla antes que el cajero automático, según un estudio que hizo en 2018 el Barómetro de la UCA sobre el uso de los servicios bancarios por parte de los adultos mayores. Van al banco, al menos, una vez por semana. Las dos razones principales alegadas: les da miedo usar el cajero automático y la segunda les gusta ir al banco. "A la gente mayor le gusta ir al banco, hacer la fila. Aunque cueste creerlo. Esta es una demanda de socialización no satisfecha que tienen los adultos mayores. Ir al banco, comprar sus remedios, ir todos los días al mercadito, ir frecuentemente al médico, los conecta con otras personas. Salen por cualquier motivo a la vida pública porque es su manera de socializar", explica Amadasi.
Luis Camera, jefe de la Sección de Medicina Geriátrica del Hospital Italiano, explica que es importante que los adultos mayores interpreten la medida como una forma de cuidado y no de reclusión. "Si es necesario, hay que pegarles algún reto a los mayores, porque algunas veces no son conscientes del riesgo que representa para ellos y para el resto de la sociedad", explica el gerontólogo.
"Existen dos grandes grupos dentro de los adultos mayores. Los robustos, que son autoválidos y se desenvuelven solos sin problemas y los frágiles, que son los que dependen más del cuidado de su entorno. Estos últimos son particularmente vulnerables a las infecciones respiratorias. Es importantísimo que se vacunen y que eviten la vida social. Pero también los robustos son población de riesgo, porque muchos tienen hipertensión o problemas cardíacos. Todos deberían seguir la recomendación de tener el menor contacto social posible", explica Camera.
Aislamiento voluntario implica, por ahora no participar de cumpleaños ni de encuentros sociales donde haya más de ocho o diez personas. No asistir a fiestas ni reuniones sociales. "No necesitan hacer una cuarentena, sino que por el momento, alcanza con reducir su vida social al núcleo familiar", detalla.
Evitar visitar a personas enfermas, no acudir al hospital en caso de presentar síntomas, sino priorizar la atención en los médicos de cabecera. "No es necesario que se recluyan y no salgan a hacer compras o pagos, pero sí que tomen las medidas de higiene y cuidado y lo minimicen lo más posible", opina.
Las personas mayores, en particular aquellos que sufren de enfermedades cardiovasculares o respiratorias, son el grupo de mayor riesgo. "Es por ello que sus cuidadores deben implementar procedimientos de aislamiento y cuarentena, de la misma forma que se hace ante cualquier brote de una enfermedad contagiosa, tales como gripe y gastroenteritis", explica Ricardo Jauregui, presidente electo de la Asociación Internacional de Gerontología y Geriatría.
"Esta medida debería abarcar no solo a las residencias para mayores, sino a aquellos que cuidan a las personas en riesgo en sus propias viviendas", agrega.
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