Costa atlántica: en las playas se impusieron la distancia social y los barbijos
MAR DEL PLATA.– El viento que sopló sostenido y fresco casi todo el día de ayer desde el Este mantuvo la arena bastante despejada en este inicio de fin de semana largo, que aquí se vive como un primer examen real para los protocolos en las playas públicas y los balnearios. Así se empezó a marcar el camino hacia una temporada en la que convivirán los barbijos, el alcohol en gel y la distancia social.
Inspectores municipales esperaron en las distintas bajadas de la costa para controlar algo más que la distribución de las personas en el espacio frente al mar. También insistieron en recordar la prohibición de consumir bebidas alcohólicas, uno de los grandes problemas que ofrece la temporada de la mano de los jóvenes.
Lejos de entregar instructivos, el personal apenas tuvo que recordar algún detalle. Por ahora, al menos en este comienzo, hubo lugar suficiente como para que cada uno se mantenga en el formato "burbuja familiar", a un mínimo de dos metros de otros grupos cercanos.
Fue una suerte de aprendizaje para los turistas que, desde anteayer llegaron sin restricciones a los destinos de la costa atlántica. Durante las últimas 48 horas, las localidades se convirtieron en el principal centro receptor de visitantes.
"Bajamos desde el departamento con barbijos puestos. Sabíamos que iban a ser indispensables como en cualquier lugar público", explicó León Pérez, de la Capital, que, junto a sus dos hijos, se arrimó a la zona de Playa Bristol para disfrutar del sol.
Aquí y en los distintos municipios del frente marítimo bonaerense comenzaron a dar estos primeros pasos por un escenario inédito.
"Lo que sugerimos como primordial es que mantengan distancia de otra gente, entonces sí se puede prescindir del barbijo", explicó uno de los empleados municipales que controlaba cerca de la rambla. La esperanza está puesta en que haya conciencia social y prevalezca el sentido común en esta búsqueda de evitar contagios de coronavirus.
Los balnearios privados también estrenaron sus formatos de una temporada afectada por el Covid-19. En estos espacios hay requisitos algo más exigentes: control de temperatura al ingreso, recomendación de higiene de manos inmediata, vestuarios sin duchas, sanitarios con capacidad restringida y piscinas que se usan por turnos. Este último punto aún espera, ya que la máxima de 18°C grados de hoy no sumó mayor cantidad de interesados en una zambullida. Mañana, con un pronóstico de 26°C, quizás sea otra historia.
Separaciones
Pedro Gartía, encargado del parador Hemingway de Cariló, destacó la muy buena concurrencia de personas que tuvieron en este arranque del fin de semana largo y, por sobre todo, el cumplimiento de las medidas de cuidado que se aplican en atención al protocolo vigente para el rubro. "Tenemos personal que asiste e informa sobre cómo deben moverse dentro del balneario en el marco de las nuevas pautas", explicó a LA NACION.
Lo fundamental es que en espacios comunes –baños, oficinas de atención al público y restaurantes– se deben desplazar con tapabocas. Un accesorio del que solo pueden prescindir cuando están en las carpas, en los pasillos internos o camino hacia el mar.
Hemingway implementó una novedad en el marco de esta adaptación a las nuevas exigencias. A la separación natural que existe entre carpas se agregaron otras, transparentes, que se extienden otros tres metros y garantizan la distancia con el vecino, aun cuando no están en el espacio de sombra. "Creímos que era un buen valor agregado para que el cliente se sienta seguro", indicó Gartía.
Por Villa Gesell, destino que ha sido de los más estrictos durante la cuarentena en términos de restricciones para el ingreso de no residentes, dio la bienvenida a los turistas de este fin de semana largo con barbijos gratuitos que llevan estampado un mensaje bien claro: "Seamos responsables, cuidémonos".
El intendente de esa localidad, Gustavo Barrera, anunció ayer la puesta en funcionamiento de la aplicación "Gesell Digital" que, entre otros datos, permite conocer desde un teléfono celular y en tiempo real qué lugar de la costa del distrito tiene disponibilidad y cuál está saturada, siempre de acuerdo a los parámetros de distancia social recomendados. Si la señal es una bandera verde, adelante. Pero si es roja, habrá que buscar otro lugar.
Será, según plantean y esperan las autoridades de la zona, la temporada de los servicios al aire libre. En cumplimiento de esta consigna el rubro gastronómico se abrió paso hacia las veredas y otros espacios. En Pinamar, el municipio habilitó la instalación de decks y eliminó el cobro del canon para quienes inviertan en esta opción.
La idea también tiene su experiencia marplatense, con esa suerte de terrazas que con permiso comunal brotan en distintos corredores comerciales, como las calles Güemes y Olavarría, Belgrano, Diagonal Pueyrredón y otras donde ya se ven mesas y sillas en la calzada.
Ese cambio, luce aún más notorio en la zona portuaria. Los restaurantes extendieron la posibilidad de atender a los comensales en comodidades que avanzaron sobre la playa de estacionamiento. "El puerto es de por sí un gran atractivo turístico y al cliente le vamos a brindar las mejores condiciones para que puedan sentirse cuidados sin perder el placer que significa comer nuestros frutos de mar", explicó María del Carmen Suárez, responsable entre los concesionarios del Centro Comercial y Gastronómico del Puerto.
Como ocurre en el resto de los nuevos espacios habilitados por el municipio para la gastronomía en la vía pública, la apuesta va más allá de un despliegue de mesas y sillas. Se generaron reparos con acrílicos e incluso verdaderas cápsulas que permiten degustar sabores locales sin tener que sufrir al viento. Es que el aire libre es la gran consigna de este verano.
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