Contra el maltrato animal: así fue la inédita peregrinación gaucha a la Virgen de Luján
Por primera vez, los fieles no se trasladaron a caballo hacia esa ciudad; en su lugar, se hizo una desfile tradicionalista
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“Esta mañana [por la del domingo] se realizó el desfile tradicionalista en nuestra ciudad, la resignificación de la antigua peregrinación gaucha. Un desfile ordenado y coordinado, que llevo tranquilidad a todos, lejos de las tristes postales que vivimos durante décadas. Hoy concretamos el camino de un nuevo paradigma, que hermana la tradición con la integridad y el respeto por los animales”, dijeron desde la Municipalidad de Luján.
En 2021, y por primera vez desde 1945, la peregrinación gaucha al santuario de Luján, que se realiza anualmente cada último domingo de septiembre, fue suspendía por el municipio, con la promesa de que este año se haría de forma ordenada, y con la vuelta al espíritu de aquel desfile tradicional que rendía honores a la Virgen, organizado por monseñor Anunciado Serafini.
Detrás de esta decisión municipal, se escondía una realidad dramática que venía sucediendo hacía años. La peregrinación a caballo generaba polémica y desazón en toda la zona de Luján. Tanta que, desde hace tiempo, en el campo se corría la voz de que la razón por la que, para esa fecha, llueve torrencialmente es porque “la Virgen está enojada” por la forma en que se trataba a los caballos, que caían literalmente muertos por los caminos.
Las organizaciones protectoras hacían lo imposible por minimizar los daños y visibilizaron como pudieron la situación. A lo largo de los años, con los pocos medios con los que contaban y un trabajo sostenido, fueron creando puestos de control en las entradas a la ciudad de Lujan para asistir a los animales, ofrecerles agua, pedir certificados de anemia, y liberarlos de los carros cuando era necesario. Pero nada era suficiente y la ausencia del Estado era una constante.
La histórica peregrinación se fue degradando a medida que el entramado social de nuestro país lo hacía, y al agrandarse el cordón urbano fue perdiendo su esencia criolla. “Se llega a este punto por no haber hecho las cosas bien, porque no existieron los suficientes controles durante muchísimos años. Nació de una manera, como una peregrinación gaucha con gente que cuida sus animales y gente que sabe de caballos, que lo hace con un sentimiento que tiene que ver con lo religioso, pero relacionado con la defensa de la cultura gaucha. Culpa de gente que no tiene nada que ver con eso, que se fueron sumando a lo largo de estos últimos años, que no son de campo ni gauchos, que no cuidan a los animales y llevan alcohol y se descontrolan, terminaron pagando las instituciones gauchas. El primer responsable fue el Estado, que no supo regular ni coordinar y permitió excesos”, dijo Pancho Madero Marenco, referente tradicionalista
“La tradición viene de los pueblos de alrededores de Lujan. Nosotros visibilizamos todo durante años y era evidente que tenía que pasar esto, porque estaba todo mal. Los caballos se caían. Además a la ciudad de Luján, le salía mucho dinero y la gente no quería saber más nada”, cuenta Claudia Favano, de Rescatistas Unidos Zona Oeste.
La peregrinación
”Fue una gran jornada. Mucha gente se acercó a la misa a las ocho, en la que el rector de la basílica, el padre Lucas García, se dirigió al gauchaje. Una vez finalizada, se izó la bandera, se bailó el Pericón y luego empezó el desfile. Los quince centros tradicionalistas que participaron habían llegado durante el viernes y el sábado con los batanes [donde llevaban a los caballos]. Tuvieron un respeto enorme por todo y nuestra idea es respetar las tradiciones del hombre a caballo. El desfile fue emotivo y lo encabezó el circulo criollo Martín Fierro (como en el original), y a partir del capataz del desfile, Nazareno Cano, se generó un andar muy emotivo. Había gente de todas las edades, tanto en el público como en el desfile”, dice Nicolás Capelli, secretario de Culturas y Turismo de Luján. Y agrega: “Estamos muy contentos con este logro, por supuesto faltan ajustar cosas y no faltaron los violentos de siempre que quisieron entrar a la ciudad”.
El funcionario completa: “Teníamos muchos temores, pero estábamos decididos a frenar esto. Hubo incidentes de parte de los violentos de siempre, pero el accionar de la policía y de todas las áreas de protección ciudadana lograron que no pasaran a mayores. No se repitieron las postales trágicas que se vivieron los años anteriores.”
En la madrugada del jueves, unos 30 carros, provenientes del conurbano, intentaron ingresar a través de un camino de tierra que conecta Pilar con Lujan, pero la Patrulla Rural actuó rápidamente y los detuvieron. “También hubo un grupo de jinetes bastante grande y violento, pero lo solucionamos gracias al excelente trabajo de Protección Ciudadana, que los acompañó con móviles hasta el ingreso de la ciudad, luego de controlar que los caballos estuvieran bien. Fueron acciones rápidas, decididas y un mensaje claro de que el camino es otro”, indica.
Nuevo espíritu
“Es muy importante ahora convertir el decreto con el que se suspendió la peregrinación y se transformó en un desfile tradicionalista, y convertirlo en ordenanza. De lo contrario, esto queda supeditado al gobierno de turno”, indica Favano.
“Ya estoy pidiendo hace un tiempo que vayamos por la ordenanza. Creo que al atravesar varias ciudades deberíamos pensar en una ley provincial que traiga el orden que se busca”, plantea Capelli.
“El espíritu que queremos para la peregrinación es el amor por la vida, el trabajo y los animales, sin dejar de ver la realidad que vivimos en nuestro país. Está plasmado en el comunicado que sacamos –explica el padre Lucas García–. Es una buena iniciativa para pensar la peregrinación en positivo, dialogar y trabajar. Revalorizar la figura del gaucho y simbolizar el verdadero espíritu de la peregrinación inicial, cuidando su esencia”
El intendente Leonardo Boto concluye: “Todos los actores involucrados en la organización de este evento tradicional hemos coincidido en que no podía continuar de la misma manera. Era hora de adaptarse a las nuevas demandas y reconvertir la actividad en una propuesta que celebre la fe y las tradiciones, pero sin perjudicar a peregrinos, animales y vecinos. Tomamos esta decisión con la convicción de que expresa el sentir de la comunidad, con la vocación de construir una propuesta superadora y con la responsabilidad de ser garantes de la protección de toda la sociedad”.
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