Conmemoraron el centenario de la hazaña de la corbeta Uruguay
Rescató a una expedición sueca de los hielos antárticos
Cien años después, la gesta de la corbeta ARA Uruguay mantiene su vigencia. Ayer, con la presencia del presidente Néstor Kirchner y de la embajadora de Suecia en la Argentina, Madeleine Stoje-Wilkens (de lo que se informa en la sección Política), se conmemoró el centenario de la epopeya en la que el buque de la Armada Argentina rescató a una expedición sueca en la Antártida.
El caso resultó similar al del rompehielos argentino ARA Almirante Irízar, que en junio del año último ayudó a liberar de los hielos antárticos la embarcación de bandera liberiana Magdalena Oldendorff, en la que viajaban 26 tripulantes y 71 científicos.
Casualmente, la corbeta Uruguay también rescató un buque en el que viajaban científicos. En aquella oportunidad, de Suecia. En la última, mucho más actual, la del Irízar, los pasajeros eran alemanes.
Siempre Irízar
Otra casualidad liga la gesta de la corbeta Uruguay con la recordada actuación antártica en la que se rescató al Oldendorff: en 1903: quien comandó la corbeta de la Armada fue el almirante Julián Irízar. Casi un siglo más tarde, fue el rompehielos Almirante Irízar el que salió en rescate de un buque atascado en los hielos antárticos.
La expedición sueca que hace cien años fue rescatada por la corbeta Uruguay estaba al mando del científico sueco Otto Nordenskjold, y contaba entre la tripulación con un viajero argentino: el alférez José María Sobral.
La epopeya de la nave argentina fue reconocida por los porteños, que el 2 de diciembre de 1903, cuando la corbeta regresó a la ciudad de Buenos Aires luego de su acción en los hielos antárticos, se acercaron a la zona portuaria para celebrar la hazaña.
Aplausos para una epopeya
De acuerdo con las crónicas de la época, alrededor de 100.000 personas (muchísimas, para la Buenos Aires de hace un siglo) vivaron la embarcación después de haber rescatado de los hielos del Sur a la expedición sueca.
La corbeta ARA Uruguay, declarada Monumento Histórico Nacional en 1967, fue convertida en un museo, que se puede visitar diariamente en el Dique 4 del barrio porteño de Puerto Madero, donde se encuentra amarrada.
Allí fue donde ayer se realizó el acto conmemorativo, al que asistieron no sólo el Presidente y la embajadora sueca (que elogió al almirante Julián Irízar y a su tripulación, y agradeció la colaboración de la Armada Argentina), sino también los ministros de Defensa, José Pampuro, y de Interior, Aníbal Fernández, además del jefe de la Armada, almirante Jorge Godoy, entre otros.