A las 10.31, dos formaciones del San Martín impactaron; los pasajeros debieron ser asistidos por el SAME; la Justicia intenta entender las causas del hecho que ocurrió en el viaducto de Palermo, sobre la avenida Figueroa Alcorta
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Los que jugaban al tenis, los que habían salido a correr, los que andaban en bicicleta, los que justo pasaban por allí en auto. De repente, la calma verde de los Bosques de Palermo se estremeció y la que pintaba como una mañana tranquila, más calurosa que lo anunciado, se volvió el epicentro del caos. Gritos, gente llorando, pasajeros golpeados. Shock, conmoción. Un tren de la línea San Martín, que había salido de Retiro con siete vagones con pasajeros, la mayoría de ellos sentados, había chocado contra otro que estaba casi detenido en la misma vía y descarriló sobre el puente ferroviario que cruza la avenida Figueroa Alcorta. En cuestión de segundos, el sonido monótono del paso del tren se transformó en una frenada larga, metálica, que duró una “eternidad” de 10 segundos. Lo que siguió fue un impacto seco, un golpe que se convirtió en hierros retorcidos, y un eco concatenado de los vagones estrellándose contra sí. Caos, confusión. ¿Qué estaba pasando? Momentos después, en medio del desconcierto, se sintió una explosión.
Eran apenas las 10.31. Por razones que la Justicia intenta determinar, la locomotora del tren que hacía minutos había salido de la estación de Retiro con una carta de vía libre para circular por aquellas vías, se había incrustado contra el furgón de carga de otro tren que circulaba también hacia Pilar con el que imprevistamente se encontró en la curva pronunciada que hay a unos 300 metros del cruce de las avenidas Figueroa Alcorta y Dorrego. Más de 90 pasajeros tenían heridas de todo tipo, desde golpes leves hasta contusiones, cortes y fracturas.
En cuestión de minutos, la zona se convirtió en el epicentro de las ambulancias. Un operativo que montó el SAME desplegó más de 60 ambulancias, seis motos y dos helicópteros que trasladaron a los 55 heridos de mayor gravedad a 14 hospitales para ser atendidos. Entre ellos, uno de los maquinistas del tren, que sufrió un corte profundo en la oreja y fue trasladado al Tornú, donde fue dado de alta horas más tarde. También hubo heridos de mayor gravedad, como una beba de 10 meses que viajaba con su madre y sufrió politraumatismo de cráneo, aunque se encontraba evolucionando favorablemente. Actualmente 17 personas permanecen en observación en los hospitales Fernández, Rivadavia, Ramos Mejía, Pirovano, Durand, Tornú y Santojanni.
“Control, chocamos acá… Había un tren”. Unos instantes después del impacto, Martín (no trascendió el apellido), el maquinista del tren de pasajeros, se comunicó con el centro de control de Retiro para informar del incidente e informar la ubicación. La voz se escucha entrecortada, conmocionada, sin comprender lo que estaba ocurriendo, según se pudo oír en los audios que trascendieron de las primeras comunicaciones tras el impacto.
“Control, chocamos acá… Nos notificaron en Ocampo y chocamos acá, kilómetro cinco casi. ¡Había un tren!”, dice en tono de reclamo el motorman. Ese y los demás audios ahora están en poder del juez federal Julián Ercolini y del fiscal Carlos Rívolo. Lo mismo que los resultados de los peritajes que se hicieron en el lugar del incidente, durante casi toda la tarde. Por esa razón, el ferrocarril San Martín funcionó hasta el cierre de esta nota entre las estaciones Villa del Parque y Pilar y el tránsito por la avendida Figueroa Alcorta permaneció cerrado hasta las 18 cuando se habilitó una mano hacia Dorrego. Principalmente, las autoridades de Defensa Civil querían constatar que no existía peligro de desprendimiento o caída del puente metálico donde ocurrió el incidente. Ercolini y Rívolo esperaban poder tomar declaración a los maquinistas de las dos formaciones para comprender qué había ocurrido.
Versiones
Las primeras versiones, incluso impulsadas desde el sindicato La Fraternidad, hablaban de un incidente como consecuencia de la falta de mantenimiento de las instalaciones y las permanentes vandalizaciones que sufren las instalaciones ferroviarias, por el robo de cables, lo que obligaría a circular sin el sistema de semáforos, que es el primer mecanismo de seguridad del sistema de trenes. “Nuevamente se produce un accidente producto de la falta de mantenimiento que degrada la seguridad del sistema. El robo de cables que proveen de energía a los semáforos y señales que organizan el tráfico ferroviario es cada vez más frecuente”, se indició en el comunicado de La Fraternidad.
La Justicia investiga por estas horas si esas fueron las causas del hecho. ¿Por qué, inexplicablemente, había dos trenes casi en el mismo punto, en la misma curva, circulando en la misma vía?
Pudo haber sido una tragedia de mayores dimensiones. El director del SAME, Alberto Crescenti, que se hizo presente en el lugar pocos minutos después, informó que se había logrado atender a todos los heridos dentro de la primera hora y que no había habido víctimas mortales. Incluso, cuando ya habían trasladado y bajado del terraplén a la totalidad de los pasajeros, se decidió subir a los perros de la brigada canina K-9 para verificar que no hubiera quedado ningún usuario atrapado o sin haber sido atendido.
Diálogo
El audio del maquinista permite intuir lo que deben haber sido esos primeros instantes de confusión. Cuando informó al control que acababa de chocar, se escuchó alguien que dice “¡Noooo!”. A continuación, el controlador le respondió: “Sí, sí, conductor, ahí me avisó la guarda que viene con el coche vacío. Eso es lo que sé, estoy llamando a la auxiliar de Palermo que consiguió la vía”. Y se escuchó que modula algo así como “¿Ranita Ocampo, me tomás?”.
Después, el controlador volvió a hablar con el maquinista: “¿Martín, me tomás? Ahí el auxiliar de Palermo te había dado la vía para el 53… porque ahí chocó con la Liviana”. Liviana es la forma de referirse a la locomotora de carga que circulaba con un furgón con materiales ferroviarios.
El maquinista le contestó: “Si, si, ahí me dio la libranza [se supone que es la luz verde para avanzar] a los 25 [es probable que se refiera a las 10.25, a la hora]”. Después siguió: “No sé si tomaste que lo llamé varias veces hasta que me la dio y después me concedió la vía”.
Inmediatamente, el controlador le avisó a otra formación que había ocurrido un accidente: “9-6-4, 9-6-4, tomate precaución, altura kilómetro 5 aproximadamente”.
En las primeras imágenes que se conocieron del incidente se vieron personas que bajaban del tren, asistidas por los médicos de las ambulancias que no paraban de llegar. Como el choque había ocurrido sobre el puente metálico, el rescate era más difícil. Había que subir el terraplén, de más de cinco metros de altura, que es muy empinado, y por ese mismo lugar, bajar a los heridos, a los más graves, atados a las camillas, para evitar que cayeran durante el traslado.
Había gente llorando, gritando. Personas conmocionadas que se sentían en condiciones de salir por sus propios medios del tren, pero en un estado de confusión que no les permitía ni entender qué había pasado ni cómo volver a casa. Por eso, desde el SAME se los evaluaba y ayudaba a contactar a su familia.
Momentos de confusión
“Fueron 10 segundos de sacudida, un susto terrible. Cuando me di cuenta de que estábamos arriba del puente, me dio terror porque todo se movía. Pensé que nos íbamos a caer”, contó a LA NACIÓN Christian Maidana, de 32 años, que media hora después del choque todavía estaba en el lugar, intentando entender qué había pasado. Según contó este joven que trabaja como mozo en el comedor de un colegio de Villa del Parque, había tomado el tren en Retiro. Iba mirando su celular, sentado en el tercer vagón, cuando sintió que el tren empezaba a frenar bruscamente. Mientras relataba lo vivido, todavía temblaba del shock. Alrededor suyo circulaban los paramédicos, las camillas, los heridos. Había personas con cuellos ortopédicos y gente llamando a su familia para avisar que estaba bien.
Unos segundos antes del impacto, cuando los frenos del tren ya chillaban bruscamente, Estela Mercado, que viajaba desde Retiro hacia Hurlingham tuvo una reacción instintiva que salvó a su nieta de cinco años de salir gravemente herida. Pudo ver cómo un joven que estaba parado junto a ellas se desbalanceó y se golpeó la cabeza contra un caño y cayó al suelo. “Fue algo horrible”, dijo con los ojos llorosos, mientras su nieta correteaba a su alrededor. “Ella quería levantarse del asiento, menos mal que no la dejé. En cuanto sentí la frenada brusca, la abracé fuerte”, contó la mujer, todavía conmocionada, mientras esperaba que las ayudaran para volver a su casa.
Los médicos y los bomberos no paraban de atender a los pasajeros y aplicar el sistema de triage para determinar quiénes eran los pacientes prioritarios. “Llegamos cinco minutos después del aviso del choque. Subimos al puente ferroviario y atendí a 25 personas con traumatismos variados, ninguno de gravedad. Gente asustada. Tenían traumatismos de cráneo, de miembros superiores e inferiores y algunos atravesaban una crisis de pánico. Otros se bajaron del tren sin ayuda y se golpearon las rodillas con las piedras. Solo traumatismos, nada de asfixia. Había también varios pasajeros con epitaxis (hemorragia) en la nariz o labios lastimados producto del golpe. En el tren viajaba una beba de 10 meses que tuvo un traumatismo de cráneo, pero está consciente. No había vidrios rotos”, describió un médico del SAME que se especializa en triage.
Con el correr de las horas, la situación se fue despejando y pasadas las 18, el tránsito en esa zona de Palermo comenzó a rehabilitarse, solo en una mano de Figueroa Alcorta, justo en el momento de la hora del regreso a casa, cuando las principales avenidas de la zona mostraban una gran concentración de automóviles. Para ello, se debió certificar la seguridad del puente metálico y también despejar la zona del derrame de combustible que se había producido después del impacto. Además, al lugar arribaron las dos grúas que en las próximas horas deberán remover las formaciones siniestradas.
Explicaciones
Las autoridades judiciales deberán determinar por qué ocurrió el accidente, cuál de los mecanismos de seguridad del sistema ferroviario falló y si efectivamente, a ambos maquinistas se les asignó la misma vía. Los peritos trabajaron durante la tarde para encontrar indicios de si había fallado el sistema de señalamiento, debido al robo de cables y semáforos, si había habido deficiencias en el sistema de modulaciones o si el sistema de autorización, de otorgamiento de vía libre por parte de los controladores era la razón detrás dele choque de dos trenes que circulaban por una misma vía, en la misma curva, casi al mismo tiempo.
La investigación de lo ocurrido, por vía administrativa quedó a cargo de la Junta de Seguridad en el Transporte (JST). En un comunicado oficial difundido esta tarde, el organismo analizó las similitudes entre este suceso y otro ocurrido en 2021, que involucró también a dos trenes de la línea San Martín entre Retiro y Palermo. En aquella oportunidad, una locomotora colisionó a un tren de pasajeros que se encontraba detenido, tras haber sufrido un desperfecto. Aunque informó que estaba detenido en un determinado punto, la locomotora que lo chocó fue la misma que se había enviado para solucionar el conflicto técnico. La conclusión de la Junta fue que se trató de una falla en el sistema de comunicaciones: tanto de cómo se informó la ubicación, como de una deficiencia en el manejo de la comunicación recibida. “La JST identificó como principal factor desencadenante del suceso las discrepancias en las comunicaciones. El tren que tenía que brindar auxilio al tren detenido recibió la ubicación por tres vías diferentes, y en cada una de ellas la información era distinta”, dice el documento, sobre el accidente anterior. Mediante la radio grupal se dijo que el tren se ubicaba en “Palermo”, luego en “Estación Palermo” y por último que estaba en “Señal 55″. Según señala el informe, “a raíz de la investigación, se pudo detectar que el personal no recibe capacitaciones en el uso de la radio”.
También la Junta constató el faltante de postes kilométricos, que sirven para señalar la posición de un vehículo. Además, se detectaron dificultades de visibilidad, ya que al transitar la curva cercana a la Señal 55, no se logra distinguir el tramo de vía contiguo al puente ferroviario. Por eso, en diciembre pasado, la Junta recomendó: “Realizar un proceso de capacitación para el personal del Puesto de Control de Trenes, así como a todo el personal interviniente en comunicaciones radiales”. También se apuntó: “Implementar medidas para validar la información recibida y emitida por el Puesto de Control de Trenes durante las comunicaciones radiales”, entre otras medidas.
Con la colaboración de Lucía Pereyra, María Nöllman, Alejandro Horvat, Mauricio Giambartolomei, Gabriel Di Nicola y Erica Gonçalves.
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