Conflicto universitario: “El problema con este gobierno es que nos ha cortado prácticamente todo”, criticó el rector de la UBA
En una entrevista con LA NACIÓN, Ricardo Gelpi advirtió sobre los peligros de recortar el presupuesto a la educación superior y previó que la marcha del miércoles próximo será multitudinaria
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Ricardo Gelpi es el rector de la Universidad de Buenos Aires (UBA) desde 2022, pero este año adquirió mayor popularidad por el enfrentamiento entre este sector y el Gobierno. En una entrevista con LA NACIÓN, el directivo que antes se había desempeñado como decano en la Facultad de Medicina, se expresó sobre el recorte del presupuesto asignado a las universidades públicas nacionales y sobre el impacto que representa en el salario docente y no docente. Y cuestionó a la administración de Javier Milei: “El problema que tenemos con este gobierno es que nos ha cortado prácticamente todo”.
Gelpi se reunió en varias ocasiones con Sandra Pettovello, ministra de Capital Humano, y con Carlos Torrendell, el secretario de Educación, dependiente de esa cartera. Ahora, en consonancia con la decisión del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), el Frente Sindical Universitario, la Federación Universitaria Argentina (FUA) y la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA) de llamar a una nueva marcha federal el 2 de octubre próximo, el rector se mostró a favor de los pedidos que embanderan la cruzada universitaria: la restitución del Fondo Nacional de Incentivo Docente (Fonid), las paritarias y, con especial énfasis, el pedido de que el Ejecutivo no vete la ley de Financiamiento Universitario que se aprobó el 13 de septiembre pasado. Milei tiene tiempo hasta el jueves próximo para impugnar la legislación, algo que ya adelantó que va a hacer y que tiene el precedente de la reforma jubilatoria, también vetada.
–¿Qué representa para usted y su carrera la educación pública?
–Digamos que yo soy un producto de la educación pública. Estudié en La Plata, me recibí de médico y me doctoré en La Plata. Estoy en la UBA desde hace más de 30 años. En poco tiempo me invitaron a formar parte de la gestión como consejero. Yo tengo un perfil académico, no soy un político, no soy partidario. Y, con muchas dudas, dije que sí. Empecé con mucho miedo, pero fue una buena experiencia. Después pasé de consejero a vicedecano, durante dos períodos, y después, a decano. No alcancé a completar el segundo período, porque justo me eligieron como rector. Toda mi historia es en la educación pública. Te digo más, también hice la primaria y secundaria en escuelas públicas de La Plata. Toda formación pública. Por eso, cuando terminó la sesión del Consejo Superior, que el rector siempre hace lo que se llama “informe del rector”, yo comencé diciendo que para mí son días muy tristes. Porque para alguien que estuvo toda su vida en la educación pública, ver que hay un gobierno que quiere desfinanciar esa educación es muy triste, es muy triste la verdad.
–El Gobierno ya anunció que va a vetar todos los proyectos que atenten contra el equilibrio fiscal. Ahora tiene plazo hasta el jueves próximo para hacerlo. ¿Cree que Milei puede dar marcha atrás con esa decisión?
–La respuesta la tiene solamente Milei. A mí me parece que está muy convencido de que no hay que dar marcha atrás. Ojalá me equivoque. Ojalá me llamen por teléfono el día después [de la marcha], que se venza ese período para vetar, y que no lo haga. Aunque todo apunta a que lo va a hacer. Por eso, hoy el Consejo Superior de la UBA aprobó una resolución básicamente con tres puntos. El primero es apoyar la marcha del miércoles 2 de octubre. El segundo es pedirle al Presidente que no vete esa ley. Y el tercero, pedirle a los legisladores que den los dos tercios para que no se apruebe el veto. De hecho, gente de todas las universidades públicas de las provincias están hablando con los legisladores. Cuando hicimos la famosa movilización de abril, finalmente aumentaron el presupuesto. Pero creo que hay una falta de información [en el Gobierno] de lo que es la UBA o la universidad pública en general.
–También se habló de “adoctrinamiento” en la enseñanza pública. ¿Considera que hay una cuestión política, además de económica, en la decisión del Gobierno de recortar el financiamiento?
–Eso que dijo es ridículo. ¿Qué es “adoctrinar”? Yo les digo, la UBA tiene 300.000 estudiantes. Es muchísimo, es una ciudad entera. Hay facultades que tienen 80.000 o 90.000 estudiantes. No tengo el número exacto, porque varía mucho. Yo pregunto, ¿cómo hacés para adoctrinar a 300.000 alumnos? Es imposible. Imposible. Eso por un lado. Por otro lado, hay elecciones. De estudiantes, de graduados y de profesores. Hay agrupaciones de centro, de izquierda y de derecha. Yo hace años que estoy en la gestión de la UBA. En el Consejo Directivo, por ejemplo, hay representantes del Partido Obrero, en algunas facultades son del gobierno anterior. No entiendo dónde está el adoctrinamiento. Me pareció un error muy nocivo por parte del Gobierno decir eso.
–Volviendo a la movilización, la marcha del 23 de abril fue multitudinaria...
–Sí, bueno, se habló de 800.000 personas. Los números variaban un poco, pero iban entre 600.000 y algunos hablaban de hasta un millón. Yo fui ese día, y mucha gente hablaba de que había votado a Milei, y estaban igual en la marcha. Ese es un dato muy importante, porque no era una marcha contra él, era una marcha a favor de la educación pública.
–Pero también hubo discursos políticamente polarizadores. ¿Qué esperan para el miércoles teniendo en cuenta ese precedente?
–Los detalles de la marcha no los tengo, porque se estaban hablando en una reunión del CIN. No digo que estuvieron mal, hay que escuchar a todas las voces, pero a mí me pareció que era una marcha a favor de la educación pública y no se podía hacer política general. Entonces, hoy hablando con los gremios, Apuba [Asociación del Personal de la Universidad de Buenos Aires, que reúne a los no docentes], y con Aduba [Asociación de Docentes de la UBA], piensan que va a ser multitudinario, no sé si del tamaño de la vez pasada, pero realmente muy, muy grande, porque los alumnos, los docentes y los no docentes decían “yo voy”. Y contestando a la pregunta, se van a tratar de evitar esos discursos, que repito, no es que estaban mal, pero que se note más que es una marcha a favor de la educación pública, de forma independiente de otros temas políticos.
–Siguiendo con el pedido de que no se vete la Ley de Financiamiento, si finalmente se concreta, ¿qué impacto calculan que pueda tener en las universidades? ¿Cómo van a seguir funcionando?
–Como plan de acción mañana hay un paro muy grande y la movilización, el 2 de octubre. Las facultades están subiendo videos y contenido a sus redes, las autoridades, los decanos, están hablando con los medios: la idea es mostrar el problema. En la UBA no se habla de cerrar, porque por ahora tenemos para funcionar. Pero lo que pasa es que se están yendo los docentes. Hoy, en el Consejo Superior se habló de que, por ejemplo, de Veterinaria han salido como 40 docentes. De Agronomía, un número muy parecido. Entonces, si no dan la plata, tenemos para seguir funcionando hasta fin de año. Pero lo que puede pasar es que se van a tener que suprimir cursos, se van a ir achicando laboratorios de investigación. Lo que yo avizoro es que va a haber un decaimiento gradual de todas las actividades de la UBA, que son docencia, investigación, extensión, los hospitales. Eso va a pasar en varios meses, no vamos a caer la semana que viene. Ahí se verá si el Gobierno reacciona y cambia de posición, o llegará un momento, no me gusta decirlo, no voy a usar la palabra cerrar, pero vamos a tener que dejar de funcionar, porque sin la plata no sé cómo vamos a poder funcionar. Lamentablemente, yo lo veo así. El Gobierno se está jugando el futuro del país. El futuro de la gente joven. En un país no puede haber ciencia de mala calidad, no puede haber un servicio social de mala calidad. Y si no hay universidades, ¿quién va a hacer todo eso? O sea, el Gobierno con esta acción [el veto] está hipotecando el futuro del país. Y yo creo que esto excede a lo educativo. Creo que hay una idea política de no estimular lo que sea público.
–En su momento Milei habló sobre las auditorías. ¿Ustedes accederían a una negociación que tuviese que ver con realizar auditorías?
–Sin ninguna duda. Nosotros, en la UBA, tenemos todas las auditorías al día y las tenemos presentadas en la AGN [Auditoría General de la Nación], que es el Congreso. Ahí, en la AGN, están todos los números, los datos de esta UBA. Vos podés ir mañana a la AGN y hablar con un empleado y preguntarle cuánto es el gasto en Medicina. Y ahí está. Sin ninguna duda que accedemos a eso. De hecho, yo he visto estadísticas que muestran que el 80% de la población está de acuerdo con que las universidades sean auditadas. Así que con eso estamos totalmente de acuerdo.
–¿Y cómo fue la relación de la universidad con los distintos gobiernos en cuestiones de financiamiento?
–Pasaron gobiernos de diferentes orígenes, partidos y tendencias. Siempre hemos tenido una relación, diría, buena. Un poquito más, un poquito menos, pero podíamos funcionar bien. Nunca sobró plata, pero se podía funcionar. No solo docencia, también la investigación científica. El problema que tenemos con este gobierno es que nos ha cortado prácticamente todo. En otras gestiones había mucha inflación, pero acordábamos. Por ahí un poco por debajo, pero teníamos presupuesto de investigación y becas. Porque había una cosa que era muy común, el presupuesto se aprobaba en diciembre o en febrero, y después a mitad de año se hacía un refuerzo de las partidas para poder compensar la inflación. Eso se hacía con los sueldos. Este gobierno cortó todo. No tenemos plata para investigación, para la docencia. Yo seré idealista, pero tengo la esperanza de que el Gobierno recapacite.
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