Condenas por la muerte de un niño
Un ex funcionario de la municipalidad y un ingeniero de la empresa recibieron penas de prisión
LA PLATA.- Cuando parecía haber quedado en el olvido, el juicio penal por la muerte de un niño asfixiado en un pozo, en San Nicolás, recibió sentencia.
Un ex funcionario de la municipalidad de esa ciudad y el ejecutivo de una empresa constructora fueron condenados con penas de prisión efectiva por sus responsabilidades en el fallecimiento del niño Cristian Quiroz, en 1998.
Como se recuerda, este suceso, por sus características, tuvo en vilo a la opinión pública durante las 36 horas que demandó el rescate, con un final infortunado: al ser sacado del pozo en que había caído, se comprobó que el niño estaba muerto.
Según la sentencia del juez Edgar Rodríguez, en la mencionada ciudad, el ingeniero Juan José Gómez y el ejecutivo de la empresa que había dejado el pozo como una trampa, Miguel Pampaloni, fueron condenados a cumplir dos años y ocho meses de prisión y a dos años y diez meses de igual pena, respectivamente.
Gómez había dirigido la obra donde se cavó el pozo en el que cayó y murió el niño, que tenía cinco años. Pampaloni fue el encargado de la perforación. La responsabilidad penal determinada por el magistrado fue por la negligencia de que, al concluirse la obra de perforación, ésta no fue rellenada. Además, la boca del pozo fue tapada con una débil chapa, cubierta con barro y con pasto.
Se trata, en los dos primeros casos, de una sanción por lo menos infrecuente, ya que los delitos por culpa o imprudencia, aún los de más graves resultados, no suelen conllevar penas de cumplimiento efectivo y sí sanciones condicionales.
"Desde el cielo, mi hijo ve todo esto y creo que quedó conforme porque, al menos, ve un poquito de justicia", fue la reflexión de Oscar Quiroz, padre de Cristian, al ser consultado por Infosic tras conocerse la sentencia condenatoria.
Desde el 19 de marzo de 1988, cuando su hijo cayó en el pozo de 28 metros de profundidad y 40 centímetros de diámetro, en el baldío donde jugaba, el padre del niño mantuvo una constante presión sobre la opinión pública. Estaba convencido de que si abandonaba, el expediente no iba a terminar más.
En ese sendero, el hombre llegó a instalarse en una carpa sobre la vereda del Palacio de Justicia, aquí en La Plata.
"Durante tres años y tres meses he buscado que lo de Cristian no quedara impune. Esta sentencia no le devolverá la vida, pero veo que si esta condena se mantiene firme no va a permitir que esto suceda con otros niños", dijo Quiroz. Agregó que consideraba que el juez "tuvo en cuenta que la muerte de mi hijo no fue un simple accidente, sino la derivación de una corruptela".
El fallo, que es apelable, hizo recordar que el día señalado, al caer Cristian Quiroz en ese pozo, la noticia mantuvo en ascuas al país, que siguió las alternativas dramáticas del rescate mediante la televisión. Pudo seguirse de cerca la ímproba tarea de los bomberos, que no se dieron descanso durante las 36 horas de búsquedas y de sondeos.
El mundo esperaba un milagro que no se produjo. Cuando el cuerpo rescatado se llevó al hospital de San Nicolás, los médicos comprobaron que había muerto varias horas antes.
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