Resistencia a la autoridad. Condenaron a un año de prisión a la joven detenida tras besar a su novia
Después de un año y ocho meses desde que ocurrió el hecho, la Justicia condenó con un año de prisión en suspenso a Mariana Gómez, la joven de 26 años que resultó detenida por dos oficiales de la Policía de la Ciudad y fue denunciada por "resistencia a la autoridad" y "lesiones leves". Así lo confirmaron fuentes de la defensa de Gómez, que también adelantaron a LA NACION que apelarán a la Cámara de Casación.
Al conocer la decisión del Tribunal Oral Criminal N°26, Gómez gritó: "Los pedófilos tienen que estar en cana, no nosotras", y se descompensó al salir del tribunal. "Me defendí de un acto de violencia discriminatoria de la Policía de la Ciudad", dijo Gómez en sus últimas palabras antes de conocerse el veredicto, según consignó la agencia Télam.
Los argumentos del fallo se conocerán el próximo viernes, donde se expondrán los motivos por los cuales se condenó a Gómez.
El caso
Según la denuncia presentada contra Gómez, tras el pedido de los oficiales de apagar un cigarrillo en la estación de Constitución, ella respondió: "ustedes son masculinos y no me pueden tocar". Luego, le "propinó de forma repentina varios golpes de puño y una patada a los testículos del oficial Jonatan Rojo". La acusación incluye las agresiones que habría sufrido Karen Villareal. "Gómez se abalanzó sobre ella y le arrancó cabellos del sector derecho de su cabeza". Pero para ella, el interrogante principal recae en los motivos originales del apercibimiento.
Al conocer la decisión del Tribunal Oral Criminal N°26, Gómez gritó: "Los pedófilos tienen que estar en cana, no nosotras", y se descompensó al salir del tribunal
El 2 de octubre de 2017, Mariana Gómez estaba junto a su esposa, Rocío Girat en la estación Constitución, en el hall próximo a las boleterías de la línea C del subte, según figura en el expediente por el que se eleva la causa a juicio oral. Ese día, contó Mariana, ambas venían de su casa, en Avellaneda, para hacer un trasbordo que las dejara a cada una en su respectivo trabajo. Se habían besado. Como llovía, esperaron unos minutos en un espacio que antecede a la estación de subte y prendieron un cigarrillo. Alrededor de ellas, según recuerda, había al menos 20 personas más. Minutos más tarde, se acercó un empleado de la empresa Metrovías y le pidió que apague el cigarrillo porque se trataba de un lugar cerrado, pero ella respondió que no había indicación de prohibido fumar.
"El policía me dijo: "Pibe, apagá el cigarrillo", me puso la mano en el pecho y me dijo que me iba a llevar detenido. Yo le aclaré que era mujer y le pregunté por qué. Me quise ir, empezamos a forcejear y vino otra policía, que me quiso esposar", explicó Mariana. Y agregó: "Nunca me contestaron por qué me querían arrestar. Forcejeamos, me esposaron y me quedé ahí por cuatro horas. A Rocío le decían 'que la amiga se aleje' y ella respondía que era mi esposa, incluso nos pidieron algún certificado para comprobar el estado civil".