Condenaron al mexicano que quería imponer el "método Breaking Bad" en la Argentina
Su plan criminal era ambicioso y perverso. Inclusive lo conversó con la madre de su hijo. Ella estaba en Ecuador cuando le escuchó decirle a través del Skype: "En mi master plan estoy pensando en armar una estructura mucho más fuerte. Más gang, más tipo rusa-china. Y me he repetido hasta el cansancio que tengo que ser un absoluto hijo de puta. Golpear, amedrentar, ser cruel y despiadado. Técnica de terror... No hay otra, el miedo es lo único que puede, en su momento, meter orden en lo que quiero hacer. Yo quiero traer lo de Breaking Bad; acá es moda, no se consigue y es carísima".
Pero el mexicano Rodrigo Pozas Iturbe, el hombre que quería ser cruel y despiadado, no pudo cumplir su objetivo. En abril de 2016 fue detenido y en las últimas horas fue condenado a seis años de prisión como integrante de una asociación ilícita que traficaba cocaína a Europa por medio de "mulas" que llevaban la droga oculta en las suelas de sus zapatillas. La banda extendía sus tentáculos en los confines australes: también distribuía estupefacientes en Ushuaia, Tierra del Fuego.
La sentencia contra Pozas Iturbe fue dictada por el Tribunal Oral en lo Penal Económico (TOPE) N° 3, integrado por Luis Losada, Karina Perilli y Luis Imas. El fiscal de juicio fue Mario Villar. Los jueces también condenaron a otros nueve acusados a penas de entre tres años de prisión en suspenso (tres "mulas") y diez años de cárcel.
La investigación que llevó a prisión a Pozas Iturbe -que en 2012 había sido absuelto por el Tribunal Oral Federal (TOF) N° 4 de San Martín en juicio de "la ruta de la efedrina"- comenzó en junio de 2015 cuando la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) detuvo a cinco "mulas" en Ezeiza, cuando estaban por abordar el vuelo UX 042 de Air Europa hacia España. Llevaban entre todos cuatro kilos de cocaína.
Sin precedentes
Fue un caso inédito de contrabando de drogas detectado en el país. Nunca antes se había detenido a cinco "mulas" en el mismo vuelo.
El juez de instrucción de la causa fue Marcelo Aguinsky, del fuero Penal Económico porteño. El Ministerio Público estuvo representado por la fiscal María Gabriela Ruiz Morales.
Los funcionarios judiciales y los detectives de la PSA no se conformaron con la detención de las "mulas": durante diez meses tejieron una paciente investigación para llegar a los eslabones superiores de la organización narcocriminal.
Por eso, ayer, las condenas de prisión para Pozas Iturbe y los otros nueve acusados se vivieron como un reconocimiento a los encargados de llevar adelante la pesquisa. No siempre la detención de "mulas" permite llegar a los eslabones más altos de la cadena criminal. Oportunamente, el juez Aguinsky explicó que siempre deben perseguir delitos desde un paso atrás, pero que "la Justicia puede superar esas diferencias con esfuerzo y paciencia".
Pozas Iturbe, abogado, de 45 años, fue detenido en abril de 2016 por personal de la PSA y de la Superintendencia de Drogas Peligrosas de la Policía Federal. Cayó en un departamento del barrio porteño de Palermo. Un mes antes había sido detenido Ezequiel Cettu, que en su momento había sido señalado por los investigadores del caso como uno de los presuntos organizadores de la banda.
En el dictamen donde pidió la detención de Pozas Iturbe, la fiscal Ruiz Morales había sostenido: "Se puede advertir claramente no sólo la conducta criminal de corte mafioso [del ciudadano mexicano], sino también su evidente intención de fabricar y comercializar drogas sintéticas (metanfetaminas) en la Argentina e inclusive enviarlas a Brasil [durante el Mundial de fútbol 2014], así como también a Uruguay y a Paraguay".
Cettu, de 40 años, recibió la pena más alta: diez años de cárcel por intento de contrabando de estupefacientes y asociación ilícita. Le revocaron el beneficio del arresto domiciliario.
Diego Dodero fue condenado a seis años por asociación ilícita, tenencia de estupefacientes para su comercialización y uso de documento ajeno. Durante la instrucción de la causa fue señalado como el "reclutador" de las "mulas".
Por mayoría, con los votos de Losada e Imas, las "mulas" fueron condenadas a la pena de tres años de prisión en suspenso. La jueza Perilli entendió que debían recibir una pena mayor y que todos debían ir a prisión para evitar que entorpezcan la investigación o eludan el proceso. Es que, en rigor, la causa no terminó. En el último punto del veredicto, el TOPE N° 3 ordenó extraer testimonios para que un juzgado de instrucción investigue "la posible participación" del doctor Ignacio Palazuelos en "los hechos traídos a juicio". Se trata de un abogado que se desempeñó como director del Comité de Prevención y Seguridad para Eventos Deportivos de la Ciudad de Buenos Aires durante el segundo mandato de Mauricio Macri como jefe de gobierno.Fue el defensor de Cettu durante 15 días.
El inicio de todo
El caso comenzó en junio de 2015, cuando personal de la PSA controlaba a un pasajero que estaba por embarcar. Cuando estaban revisando su ropa, el joven se puso muy nervioso, según explicaron fuentes de la investigación. "Los detectives de la PSA le solicitaron que se identificara, le formularon preguntas sobre su itinerario y el motivo del viaje, según el protocolo para estos casos. El pasajero respondió en forma contradictoria y eso constituyó un perfil de posible caso de contrabando", explicaron fuentes oficiales.
Los voceros agregaron: "En otro de los sectores habilitados para los controles, personal policial detectó a un pasajero sobre el cual se activó la alarma del dispositivo de detección; a continuación se le aplicó el procedimiento de control sobre sus ropas y las preguntas de rigor. Del procedimiento resultó que el pasajero portaba unas plantillas moldeadas con cocaína".
Ante esta situación, el primer pasajero, que contestaba las preguntas de forma nerviosa, observaba con atención el control del personal policial sobre el hombre que había activado la alarma. Tras una consulta con el Centro Operativo de Control (COC) y otras averiguaciones de los detectives, se logró vincular a los dos viajeros con una tercera persona que estaba en la zona de embarque. "Otras tareas investigativas permitieron determinar que eran cinco las personas que habían llegado juntas y que viajarían en el mismo avión", sostuvo una fuente.
Uno de los primeros pasajeros demorados con la droga fue a identificar a sus dos otros acompañantes que ya estaban en el preembarque.