Condenaron a 40 años al violador de una niña
Ocurrió en 2008, en Coronel Dorrego
BAHIA BLANCA.- Mauro Emilio Schechtel, el violador de una niña de diez años, a la que previamente atropelló con el auto y luego trató de quemar para eliminar evidencias, fue condenado ayer a la pena de 40 años de reclusión.
El hecho ocurrió el 18 de junio de 2008 en Coronel Dorrego, cuando Rocío circulaba en bicicleta en las afueras de esa localidad, y Schechtel la atropelló con su vehículo. Al caer, la niña sufrió fuertes golpes; el mismo sujeto le ofreció ayuda y la cargó en el asiento trasero. Sin embargo, lejos de prestarle ayuda la golpeó hasta desmayarla, la amordazó, la maniató y la violó.
Dejó a la niña desmayada en el descampado, tomó una manguera y extrajo nafta del vehículo para rociarla y prenderla fuego, tras lo cual huyó. La niña despertó y con sus ropas y piel quemadas, comenzó a caminar unos 350 metros, hasta llegar a una ruta, donde la descubrió un camionero, quien acudió en su auxilio.
El testimonio que la niña les ofreció al camionero y, más tarde, a la policía permitió que horas después descubrieran el vehículo color naranja que ella señalaba y dieran con el autor, el ahora condenado Mauro Schechtel.
En la audiencia de ayer, el Tribunal en lo Criminal N° 1, integrado por los jueces Hugo de Rosa, Mario Lindor Burgos y Enrique Montironi, encontró a Schechtel culpable de abuso sexual con acceso carnal agravado en concurso real, con homicidio criminis causae en el grado de tentativa y por reincidencia, ya que en 2001 había sido condenado por abuso sexual en Coronel Suárez.
Montironi dijo en su argumento: "Todo fue un hecho atroz. Un hecho espeluznante", y calificó a Rocío como "una heroína" por haber sido la que, con su tesón, permitió esclarecer el caso en forma inmediata con abundante cantidad de pruebas que condenaron al autor.
La pena de 40 años había sido solicitada por los representantes de la familia, en tanto que el fiscal Sebastián Foglia había pedido 35 años de prisión.
"Esperábamos que se hiciera justicia. Cualquier pena es poco, pero estamos conformes y agradecidos con todos los que intervinieron, desde la gente que nos ayudó hasta la policía, la Justicia", dijo Cristina, la mamá de Rocío, y agregó: "Siento una revolución interior, felicidad, por tener a mi hija con vida, sana".